Cine para gamers: crítica de Gamer
Puede que en la mente de Neveldine (director de otras cintas de acción mediocres como las dos entregas de Crank o Ghost Rider: el motorista fantasma) estuviera la idea de rodar una crítica de la "deshumanización" de la sociedad a través de los videojuegos online. Y en este sentido, el guión está escrito de un modo coherente, con algunos puntos que invitan a la reflexión, en particular todo lo que rodea al simulador social Society y a sus usuarios en el mundo real (mucho cuidado con los avatares de rubias explosivas). Sin embargo, las secuencias de acción, rodadas con cámara al hombro, partes ralentizadas y un amplio espectro musical, desde la electrónica al piano, nos hacen olvidar el argumento rápidamente y se convierten en las verdaderas protagonistas.
Las partidas de Slayers, inspiradas en Call of Duty (que en 2009 ya se había convertido en un fenómeno de masas) son un homenaje a los jugadores. La forma en que se despliegan los equipos, la selección y personalización de armas (con un omnipresente G36 C en manos del protagonista) y la personalidad de Kable (Gerard Butler) se pueden encontrar ahora mismo en cualquier servidor. Más difícil resulta identificarse con Simon, el jugador que le controla, que resulta plano y no genera ninguna simpatía a los espectadores. Y lo mismo ocurre con el resto de personajes: malos y "comparsas" genéricos, que hacen de atrezzo.
La trama se desvirtúa pronto. Las partidas de Slayers desaparecen, para sumergirnos en la conspiración de los Humans, luchadores por la libertad, que se enfrentan al megalómano Castle (dueño de todo el universo cibernético, interpretado por "Dexter" Michael C. Hall). Y aquí es donde comienza un paseo de tópicos, que sin aburrir en ningún momento, no aporta nada. Tristemente, el clímax, en que la mente del protagonista lucha por vencer el control de los implantes es bastante flojo.
Desde el punto de vista visual, el uso de filtros y los juegos de cámara que hemos mencionado más arriba esconde la falta de medios: ciudades vacías, paisajes de cemento y pocos elementos futuristas, que se han resuelto con efectos digitales "ramplones". Y sin embargo, la banda sonora es muy adecuada, con mención especial al tema Sweet Dreams (versión de la canción de Eurithmics) que suena durante el arranque.
Gamer es una película entretenida, poco ambiciosa en el presupuesto, pero con ideas (y un reparto) que podía haber dado mucho más de sí. Como curiosidad, además, Sam Witwer (Starkiller en los juegos Star Wars El poder de la Fuerza) tiene un pequeño papel. Lo que hay que reconocerle es que conoce a su público: los jugones adultos y les ofrece unas cuantas referencias para disfrutar.
Si queréis saber mucho más sobre el cine que interesa a los gamers, no os perdáis nuestro especial.
VALORACIÓN:
Una historia previsible, con secuencias de acción estilizadas y un planteamiento que lanza guiños a los jugadores habituales. El comienzo es prometedor, pero se "desinfla" a medida que pasan los minutos.LO MEJOR:
Las secuencias de acción y la crítica subyacente.LO PEOR:
La historia es previsible, y justita de presupuesto.76
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