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Cine para gamers. Crítica de Johnny Mnemonic

Cine para gamers. Crítica de Johnny Mnemonic
ARGUMENTO: En un mundo en el que la información se ha convertido en el tesoro más valioso, los encargados de transportarla son correos humanos con memorias instaladas en sus cabezas. Uno de ellos, Johnny, recibe una importante cantidad de datos que en realidad contienen la cura de la enfermedad del momento. Su cabeza ahora tiene un precio.1995 - DIRIGIDA POR: Robert Longo - PROTAGONIZADA POR: Keanu Reeves, Dina Meyer, ICE-T, Takeshi Kitano, Dolph Lundgren, Dennis Akiyama, Udo Kier.

El film empieza fuerte, a lo Blade Runner: un texto de esos que intimidan para poner en situación al espectador. El problema es que si en la película de Ridley Scott ese recurso nos introducía de forma magistral en el maravilloso argumento del film con una última frase mítica que apuntaba el dilema moral que se iba a plantear, en Johnny Mnemonic nos deja más confusos de lo que estábamos antes de empezar y con la sensación de que alguien se ha inventado un argumento mientras estaba de compras en el supermercado.

A partir de ahí, nos encontramos con un jovencísimo Keanu Reeves pre Matrix que lleva en la cabeza un disco duro para almacenar información, porque se supone que ahí estará más protegido que en ningún otro sitio. El problema es que el pobre tiene menos espacio que un portátil de saldo, y aunque el muchacho se las ingenia para duplicar su capacidad y poder llevarse más pasta con cada recado, los desalmados remitentes no lo tienen en cuenta y le encufan tal cantidad de datos que le provocan terribles dolores de cabeza (más que los que le debió provocar su sastre dándole un traje dos tallas más grande).

Cine para gamers. Crítica de Johnny Mnemonic

El caso es que en el último envío que le meten en el cerebro está nada menos que la  fórmula de la cura de la enfermedad de ese año -el 2021- el "temblor negro", cuyos síntomas solo vemos una sola vez en el film cuando la bella protagonista comienza a sufrir unos espasmos que parecen el Baile de San Vito en versión futurista.

Cine para gamers. Crítica de Johnny Mnemonic

La película discurre ante el estupor del espectador entre persecuciones, peleas, decorados supuestamente molones y un Keanu Reeves -que se ganó con creces su nominación a peor actor en los Razzies de ese año- que no para de gritar, apretar los dientes y quejarse de todo.

El dislate continua en aumento y parece llegar a su punto álgido cuando nos encontramos con el mismísimo Dolph "Ivan Drago" Lungren en el papel de predicador biblico asesino encargado de sacarle la información a Johnny... a hostias (lo siento, no pude evitar el chiste fácil). Pero no... en la parte final esto es superado ampliamente cuando nos encontramos con que el primo lejano de Flipper resulta ser el hacker capaz de piratear hasta los ordenadores del Pentagono y solucionar todo el desaguisado.

Cine para gamers. Crítica de Johnny Mnemonic

Miestras tanto, el gran Takeshi Kitano, que pasaba por allí, lleva las riendas de la Yakuza y sufre por la pérdida de su hija que también tuvo la dichosa enfermedad. Y el rapero Ice-T, que por aquel entonces se apuntaba a un bombardeo, se pasea con una ballesta en la mano con la sensación de estar a punto de descojonarse en cada plano. Sin duda, uno de los repartos más eclécticos que hemos visto en nuestro especial Cine para gamers.

La película, basada en un relato corto del propio guionista, William Gibson, y dirigida por Robert Longo, un pintor y escultor que solo dirigió esta película (no es difícil entender por qué) y que hablando de ello dijo "making a painting is one thing, making a film kicks your ass", es un disparate de principio a fin, y de hecho fue un fracaso total en taquilla. Eso sí, tuvo un videojuego con versión para Mega CD, y hasta un pinball. Tiene la gracia de que al menos es una referencia de cómo se empezaba a percibir la gran influencia de internet y la evolución de la tecnología, y el peligro de manejar cantidades ingentes de información a través de la red.

VALORACIÓN:

Un argumento sin pies ni cabeza, fruto del incipiente poder que empezaba a tener internet. La historia sirve de excusa para una película de persecuciones, peleas e idas de olla a cuál más sorprendente, en la que Keanu Reeves grita mucho.

LO MEJOR:

El hecho de apuntar, en 1995, el poder que iba a tener internet.

LO PEOR:

El dislate general. La sensación de que nadie se la toma en serio.
Hobby

35

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