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Crítica de 300: el origen de un imperio

Crítica de 300: el origen de un imperio
ARGUMENTO: En 300: el origen de un imperio conocemos las consecuencias de la batalla de las Termópilas. El general griego Temístocles lucha por conseguir la unidad de las polis griegas. Él dirige las tropas que se enfrentan con el ejército persa liderado por Xerxes y Artemisa para impedir la invasión del país.2014 - DIRIGIDA POR: Noam Murro - PROTAGONIZADA POR: Sullivan Stapleton, Rodrigo Santoro, Eva Green, Lena Headey, Jack O'Connell y Andrew Tiernan. En cines a partir del 7 de marzo.

Como ya os comentamos esta mañana y os hemos venido informando a través de los tráilers, clips de vídeo, spots y demás informaciones previas al estreno de 300: el origen de un imperio, el meollo de la película es la batalla de Salamina, un hecho crucial en la historia de occidente ya que supuso un punto de inflexión que cambió el curso de los acontecimientos.

El guión de Zack Snyder y Kurt Johnstad, basado en la novela gráfica de Frank Miller titulada "Xerxes", posterga sin embargo este momento hasta el último minuto y prefiere retrotaerse al instante en el que todo comienza: diez años antes de la batalla de las Termópilas, Temístocles hiere de muerte al rey Darío I, inflamando las ansias de venganza de Artemisa, una mujer griega torturada por los hoplitas desde niña y rescatada por los persas, que se cría junto a Xerxes, al que manipula para que se convierta en un rey-dios capaz de aplastar a los griegos.

Crítica de 300: el origen de un imperio

En este sentido y puesto que accedemos, por una parte, al nacimiento del Xerxes que conocimos en 300, por otro al pasado de Artemisa y además a la semilla que siembra Temístocles con una simple flecha sentenciando la ira de los persas, la película funciona como bien como precuela, pero además pasa por encima de los hechos ya conocidos mostrándonos otro frente de batalla, naval, en este caso, que dirimía el poder entre Temístocles y Artemisa a la vez que Leónidas y Xerxes se medían en el paso de las Termópilas.

Pero va más allá todavía al contarnos cómo prosigue la historia con los persas tomando Atenas y dirigiéndose a ese lance final en Salamina. Así que es también coétanea a 300 y secuela de aquélla.

Crítica de 300: el origen de un imperio

En cuanto a su estructura, 300: el origen de un imperio, como véis, nos da una visual más amplia temporalmente y además desplaza el foco de Esparta a Grecia, es decir, de lo más regional a la confluencia de la totalidad de las ciudades-estado griegas, que precisan unirse para acabar con el enemigo. Como cada una de ellas funciona de manera independiente, no hay ese orgullo de grupo de 300 y por tanto no se traslada esa emoción ante los caídos o esa fuerza de lo grupal.

Incluso en la forma de luchar, los atenienses, que son los que más tiempo pasan en pantalla extendiendo regueros de sangre, mutilando cuerpos y arrancando cabezas de cuajo (no echaréis de menos el toque gore, porque tiene para dar y tomar), tienen grandes diferencias con los espartanos: sus cuerpos son más estilizados y menos musculosos, casi podríamos decir de atletas olímpicos, y parecen mucho más individualistas y menos organizados. Esto, que puede parecer anecdótico, hace que te plantees dos cosas: la primera de ellas que esta película, parece, que no es que lo sea, más seria (la fotografía también es mucho más oscura para subrayar este hecho) y lo segundo es que le cuesta una barbaridad transmitir emociones. En todos los sentidos, es más fría y distante.

Crítica de 300: el origen de un imperio

Si recordáis 300, seguro que os vienen a la mente algunas secuencias antológicas "pocos caen, pero todos son hermanos o amigos". Digamos que en este caso, te cuesta más empatizar con los atenienses, porque además, las batallas, en su mayoría navales, son bastante largas y todos caen como chinches: tanto los inmortales que se suponía que eran duros de roer, como los griegos, por no hablar de la facilidad con la que se hunden los magníficos barcos persas.

Se echa en falta y de qué manera a Leónidas y a sus hombres de rojas capas porque hay que reconocer que Sullivan Stapleton no termina de tener ni la mitad del carisma de aquél por más que sea presentado como el héroe de Maratón por su capacidad como estratega y su decisión en el combate.

Crítica de 300: el origen de un imperio

La otra gran baza de la película es Eva Green. Me encantaría poder decir que lo que perdemos por la ausencia de Gerard Butler lo ganamos con su presencia, pero no es así en absoluto. Leónidas era el líder de un grupo, un hombre de recios valores, mientras que Artemisa, tal y como es retratada en la película, tiene un comportamiento totalmente errático y, si bien regala un topless que dará de qué hablar las próximas semanas en una de las escenas de sexo más grotescas e injustificadas de las vistas hasta la fecha, no termina de dar el miedo que podría debido en gran parte a que no parece tener claro ni su bando, ni su objetivo.

Queda prendada de Temístocles, pero luego quiere destruirlo, pero luego quiere ir a su encuentro, pero luego quiere matarlo... Demasiados peros. Y en fin, ¿esto qué aporta a la historia? Pues poco, la verdad. La actriz no tiene la culpa de que maltraten así a su personaje y lo defiende con coraje... Hasta el punto de eclipsar al propio Xerxes.

Crítica de 300: el origen de un imperio

Lo que más se echa en falta es una resolución un poco más potente que enfatice de verdad la cohesión de las polis griegas y muestre un desenlace emocionante. El personaje de Xerxes directamente desaparece al final, ¿indicativo de que una tercera parte vendrá a cerrar el círculo? Podría ser, pero desde luego, parece claro que en ese caso, será la última.

Si te gustó 300, verás que 300: el origen de un imperio no tiene las resonancias míticas de aquélla; ni tampoco su fuerza visual o su ritmo. Lo que sí abundan son los chorretones de sangre por doquier, que quedan bien reforzados por el 3D (bastante logrado y que aporta poderío a los combates). Su valor más patente es el de completar la historia ya conocida y la de atreverse con un estilo parecido pero diferente, lo que no deja de sonar como "más de lo mismo, pero algo peor"...

VALORACIÓN:

Apta como precuela, secuela y contenedora de 300, la cinta de Noam Murro no termina de alcanzar a su predecesora a pesar de ofrecer algunas claves para comprender mejor la historia en su conjunto.

LO MEJOR:

Sin ser original, se rige por sus propias reglas, lejos de emular el tono de 300.

LO PEOR:

El protagonista carece de carisma, se echa en falta un narrador y el final está contado a medias.
Hobby

72

Bueno

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