Crítica de Adam by Eve: Netflix acerca la música J-Pop a Occidente

Otra cosa no, pero no podemos acusar a Netflix de no apostar por todo tipo de contenido en su plataforma streaming. En los últimos años, el gigante norteamericano se ha convertido en un lugar de acogida para proyectos de toda índole.

El ejemplo más reciente es Adam by Eve: A Live in Animation. Quizás el título de esta película —por llamarla de alguna manera— pueda llevar a equívoco, ya que no estamos delante de un nuevo anime de Netflix, sino de un ejercicio audiovisual verdaderamente experimental.

Adam by Eve: A Live in Animation no es una película o una serie de Netflix. Se trata de una pieza audiovisual de 58 minutos de duración que combina un montón de elementos audiovisuales de diferentes corrientes para construir algo entrañable y especial.

Pero ¿por qué decimos que es una combinación de elementos? Quizás, para eso, debemos explicar en qué consiste el proyecto. Es decir, cuáles son los elementos que ha mezclado este proyecto de Netflix que ya está disponible en su catálogo streaming.

Lo primero que debéis saber es que el «Eve» que aparece en el título se refiere al cantante de pop japonés (J-Pop) conocido como Eve. Este tipo es un artista nipón bastante curioso, ya que además de ser una estrella de la música también ejerce como mangaka, término comúnmente utilizado para describir a un escritor y dibujante de manga.

En ese sentido, no debería sorprenderos que Adam by Eve: A Live in Animation sea realmente un musical en Netflix. Es una pieza audiovisual de una horita que emplea música compuesta por el artista japonés para dar forma a una historia muy interesante.

La historia no deja de ser una revisión del mito de Adán y Eva, fundacional en nuestra religión y extendida como mitología popular en Occidente y más allá de sus fronteras. Sin embargo, la cinta no se conforma con ser una colección de videoclips.

De alguna forma, sí que lo es. De hecho, las canciones que utiliza la película y la forma de enfocar su estructura audiovisual no dejan de ser videoclips unidos por un hilo conductor que da sentido a la narrativa general, como si fuera un álbum experimental.

Lo más curioso de Adam by Eve: A Live in Animation en Netflix es que no se conforma únicamente con usar imágenes «live action». De alguna forma, ésta también es una película de animación, a su manera. Usa muchos recursos anime como significantes, aunque aporten muy poquito como significado.

Esto hace que la película de Netflix se vea como una colección de herramientas visuales que, unidas a las canciones originales de la estrella J-Pop, sirven como excusa para vender la música de Eve. Una música que, sea «tu rollo» o no, tiene una letra ambiciosa y práctica a partes iguales.

Adam by Eve: A Live in Animation es una curiosidad en el catálogo de Netflix. Seguramente pase desapercibida por muchos espectadores, especialmente por su carácter de nicho influenciado por los gustos musicales. O por el conocimiento del artista que hay detrás.

Sin embargo, tiene un aspecto que queremos destacar y pueda servir de reclamo a un público mucho más amplio. Y ese aspecto es la visión comercial, moderna y presente que hace del mundo japonés. O, mejor dicho, de una parcela del país asiático, tan aclamado por millones de occidentales y del que cada vez queremos conocer más y más.

Esta película, de alguna forma, ejemplifica una pequeña estructura de la cultura popular japonesa, la más fresca y juvenil. Da pinceladas sobre el retrato de la adolescencia, la importancia de la música y la aproximación a su comercialización en el mercado.

Quizás coincidir con el lanzamiento de «Motomami», el nuevo disco de Rosalía, no ha sido la mejor forma de competir en el mercado occidental, en el nuestro. Pero, desde luego, más allá de lo anecdótico y banal de este estreno de Netflix… No está nada mal.

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Para ser honestos, nosotros hemos pasado un gran rato disfrutando de las imágenes, las conversaciones, los diálogos y las canciones. Cuanto menos, es una forma muy original de aproximar la música pop japonesa a un público mucho más amplio.