Logo Hobbyconsolas.com
Logo HobbyCine

Crítica de Ámsterdam: un cóctel lleno de estrellas... abocado a estrellarse

Ámsterdam

Crítica de Ámsterdam, la nueva película escrita y dirigida por David O. Russell y protagonizada por Christian Bale, Margot Robbie y John David Washington. Estreno el 28 de octubre de 2022.

El elenco de Ámsterdam es un sueño hecho realidad: Christian Bale, Margot Robbie y John David Washington son los protagonistas absolutos de la película, pero además en ella vemos desfilar a Robert De Niro, Anya-Taylor Joy, Rami Malek, Michael Shannon, Matthias Schoenaerts, Mike Myers, Andrea Riseborough, Zoe Saldaña, Chris Rock, Taylor Swift o Timothy Olyphant, entre otros.

Es, lo que se dice, un dream team para alumbrar una historia escrita y dirigida por David O. Russell que ya nos ha deslumbrado en otras ocasiones con los repartos de proyectos como en La gran estafa americana o Joy. Y el veredicto es que es... reincidente.

En esta película arrastra los mismos problemas que en las precedentes: espectaculares repartos, ideas visuales interesantes, con mucha atención a la forma, pero poca historia que contar y alargada de forma innecesaria, recreándose en el estilo. Es una de esas cintas ensimismadas en sí mismas que no terminan de ser tan graciosas o ingeniosas como pretenden.

Ámsterdam nos invita a viajar a los años 30 para conocer a un médico estrafalario cuyo fin es el de aliviar el dolor de los veteranos de la Primera Guerra Mundial escondiendo sus cicatrices, administrándoles analgésicos y opiáceos para combatir el dolor con el que conviven a diario y en suma, para hacer su existencia más soportable en un mundo que no les resulta demasiado amigable.

Pero... ¿cómo llegó Burt Berendsen a estar en esa situación? La cinta nos retrotrae a su tiempo en las trincheras cuando trabó amistad con algunos compañeros que se convirtieron en los ejes de su futuro como Harold Woodman o la excéntrica enfermera Valerie Voze, una artista incomprendida pero consumada capaz de convertir la metralla extraída de sus cuerpos en obras dignas de una exposición.

 

Adelantados a su tiempo e imbuidos de unas enormes ganas de vivir, se mudan a Ámsterdam donde disfrutan de los mejores años de su vida... Hasta que, de repente, esa conexión se rompe. Valerie desaparece durante doce años y Burt, que fue el primero en abandonar al grupo para tratar de recuperar al amor de su vida, pasa por sus horas más bajas.

Sin embargo, un misterio volverá a reunirlos cuando descubran que un general ha sido contactado por un grupo clandestino para tratar de articular un golpe de estado militar sin precedentes.

Ámsterdam
Disney

Paupérrima a nivel argumental, deliciosa para degustar a nivel visual. Por más que la historia nos lleve a conocer un episodio real y escalofriante de la historia estadounidense y nos presente a personajes entrañables a su manera, Ámsterdam no logra conmover, alarmar y a duras penas consigue entretener porque se hace muy larga.

A menudo da palos de ciego: quiere ser una comedia a veces, otras opta por el musical y en general hace algunos intentos de emular el estilo de los hermanos Coen con una trama urdida de forma muy patosa para derrocar al poder, pero nada cuaja en una película muy irregular a la que le cuesta llegar al meollo de la cuestión después de más de dos tercios de metraje.

Donde se erige poderosa es en la puesta en escena. David O. Russell le ha birlado a Iñárritu a su director de fotografía de cabecera, el talentosísimo Emmanuel Lubezki (a quien hemos echado de menos sobremanera en Bardo, todo hay que decirlo) que aquí tira de paleta de ocres para hacernos flotar por las secuencias de la película.

Ámsterdam
Disney

En todas ellas destaca el trabajo de Margot Robbie para transformarse en Valerie Voze, un personaje ficticio del que es imposible no enamorarse a primera vista pero también por su vena artística. Y es que uno de los aspectos más destacados de Ámsterdam es la dirección artística en la que se recopilan trabajos como collage con técnicas mixtas de fotografía, artes plásticas y trabajos manuales.

Por lo demás Russell también busca su propio estilo para contar esta historia: a menudo opta por primeros planos de los personajes, o composiciones de dos o tres personajes a los que coge en planos cortos y con la cámara contrapicada, casi echándoselos encima al espectador. Todo ello contribuye a crear un cierto surrealismo y un juego con la audiencia, que no sabe a qué atenerse.

El problema es que todas esas ideas en la forma no están avaladas por la historia que se quiere contar, que acaba siendo como una anécdota final más que un hilo argumental consistente que se haya ido desarrollando desde el comienzo. Russell parece más interesado en una historia de amor algo errática como la de El lado bueno de las cosas.

En Ámsterdam han ambición, hay talento y hay intención de despertar en el espectador sentimientos pero falta lo más importante: contenido. Es como un regalo con un envoltorio precioso pero que decepciona en cuanto cae el lazo al suelo y descubres que dentro hay mucho menos de lo que te habían dado a entender.

VALORACIÓN:

Es imposible esconder la desilusión que provoca tener en pantalla un elenco tan sensacional y a la vez tan desaprovechado: el estilo se come al mensaje en la nueva propuesta de David O. Russell que reincide en todos sus manierismos para acabar entregando un trabajo frustrantemente insatisfactorio.

LO MEJOR:

Cada aparición de Margot Robbie: ilumina la pantalla y su personaje está asociado al arte del collage, por lo que resulta estimulante y muy creativo.

LO PEOR:

Le sobra mucho metraje para lo que quiere contar, se va por las ramas sin necesidad alguna.
Hobby

55

Regular

Descubre más sobre , autor/a de este artículo.

Conoce cómo trabajamos en Hobbyconsolas.