En el terreno de la comedia nacional, puede que El autor, (The Motive), sea la entrada más fuerte del año, saliéndose de la fórmula del regionalismo, el romanticismo y los tópicos que tanto abundan últimamente y buscando a un espectador un poco más exigente (vale, vale, y rarito también).
Se trata de una película en la que lo más importante, son los personajes. Álvaro (Javier Gutiérrez), un hombre con vocación de convertirse en literato, intenta durante años escribir su propia novela, pero tras muchas tribulaciones y un estrepitoso fracaso sentimental se da cuenta de que su verdadero problema es que no tiene nada relevante que contar.
A pesar de haberse arrastrado por master classes, simposios y talleres literarios durante años, la escritura se le resiste y su trabajo resulta mediocre mientras que su expareja (María León) recibe elogios y consigue lanzar bestsellers arrolladores. ¿Cuál es entonces su problema?
Siguiendo los consejos de su profesor y mentor (un magnífico Antonio de la Torre), decide fijarse en lo que le rodea para encontrar su inspiración… Solo que no podrá evitar interceder en su entorno para hacer “más interesante” la realidad. De esta forma sus vecinos se convertirán en materia literaria haciendo que él, el gran manipulador autoerigido como un Dios, pierda de forma paulatina su humanidad.
El autor… de sus desdichas
En un juego metalingüístico de ecos unamunianos, los personajes de nuestro autor terminan revelándose. La realidad es incontenible en El autor y a pesar de las manipulaciones del protoliterato y de su forma de aplicar escrupulosamente la lógica narrativa de la teoría de la literatura superponiéndola a ese 13 Rue del Percebe en el que vive, se le escapa la lógica de sus personajes.
Sobre todo, porque para su desgracia no lo son: no está en su mano decidir sus acciones y carece de la imaginación e inteligencia necesarias para anticiparse a ellos. Ni la portera morbosa y cotilla de El autor, ni los inmigrantes apurados de dinero, ni el xenófobo amante del ajedrez pueden contenerse en unas líneas.
Manuel Martín-Cuenca (con una estética menos preciosista que la de Caníbal y más exenta de artificio y adorno) abunda en la idea del creador-voyeur consiguiendo que un patio interior se transforme en un espectáculo de luces chinescas, que un no-personaje se luzca en un karaoke y que nuestro Álvaro se crea un titiritero que bascula a pesar de su mediocridad entre dos extremos: inspirar pena y resultar aterrador.
Una base sólida bien aderezada de novedades
Basada en la novela corta escrita en 1987 por Javier Cercas (célebre por “Soldados de Salamina”) y titulada “El móvil” y contando con la música del gran José Luis Perales, esta propuesta encuentra en Javier Gutiérrez un maravilloso aliado para salir adelante. El intérprete transmite al espectador un amplísimo repertorio de sensaciones que nos llevan a compartir su envidia, su desidia, sus frustraciones, su juego y finalmente incluso a llegar a aborrecerlo.
No es una película fácil, tampoco redonda por completo, pero sí bastante curiosa y repleta de secundarios de excepción entre los que sobresalen especialmente Antonio de la Torre y Adelfa Calvo (La isla mínima). Por el contrario María León, excelente actriz, no consigue convencer en esta ocasión. Se aprecia la precipitación del rodaje y da la sensación de que apenas se ha familiarizado con el texto.
Con una atmósfera a veces asfixiante, a veces perturbadora, El autor pone de relieve la inmensa dificultad que entraña la creación. El director ha confesado sentirse identificado con el protagonista y haber ironizado sobre el acto creativo para desdramatizar el proceso en el que se desnuda, aunque a buen seguro no de forma tan literal como el propio Álvaro...
Arriesgada, compleja y también algo retorcida, El autor es una de esas películas que te hacen sentir incómodo y que te lleva por sitios que no te esperas. Y da gusto que así sea, que estamos hartos de caminos trillados.
VALORACIÓN:
Satírica, perversa, incómoda... Esta comedia es una estupenda traslación a la gran pantalla de una novela corta de Javier Cercas. Consigue sorprender y de paso hacernos pensar acerca de qué define nuestros roles y cuáles son nuestras motivaciones.LO MEJOR:
La definición de los personajes: el principal, interpretado de lujo por Javier Gutiérrez y secundarios como los de Antonio de la Torre o Adelfa Calvo.LO PEOR:
No es una película de ritmo regular y hay evoluciones de personajes que resultan demasiado abruptos.70
BuenoDescubre más sobre Raquel Hernández Luján, autor/a de este artículo.
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