Crítica de Basada en hechos reales, nueva película de Roman Polanski

Algo ha pasado con Basada en hechos reales, la última película de Roman Polanski, que nos hace catalogarla como una de sus cintas más flojitas de los últimos tiempos a pesar de contar, nada más y nada menos, que con este material de base: la novela de la escritora Delphine de Vigan del mismo título, "D'après une histoire vraie", galardonada con el prestigioso premio Renaudot en 2015 y Olivier Assayas como corresponsable del guión junto al propio Polanski.

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Hay que sumar a esto las magníficas interpretaciones de las dos actrices principales, Emmanuelle Seigner y Eva Green, y la elegancia de una puesta en escena sobria pero eficiente. Pero entonces, ¿qué falla? Sobre todo, el ritmo al que el espectador va incorporando información: siempre va dos pasos por delante de la narración, lo que arruina cualquier golpe de efecto o sorpresa. Y en un thriller psicológico como éste, que explora el proceso creativo desde dentro, la identidad y los propios fantasmas e incluso el proceso de deconstrucción y bajada a los infiernos de una persona para verter parte de su propia historia en un libro, era esencial dosificar cada detalle para no desvelar nada antes de tiempo...

En este thriller psicológico, Delphine (Emmanuelle Seigner) es una sensible y atormentada novelista de éxito, paralizada ante la idea de tener que comenzar a escribir una nueva novela. Su camino se cruza entonces con el de Elle (Eva Green), una joven encantadora, inteligente e intuitiva que se convierte en su obsesión.

Elle comprende a Delphine mejor que nadie, y pronto se convierte en su confidente. Delphine le abre las puertas de su vida, confiando ciegamente en ella. Pero, ¿quién es Elle en realidad? ¿Qué pretende? ¿Ha venido para dar un nuevo impulso a la vida de Delphine o para arrebatársela?

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Vaya por delante que el casting de Basada en hechos reales no podría ser más acertado: Seigner en su quinta colaboración con su esposo, se desnuda ante la cámara y Eva Green es cautivadora y encarna a la perfección su rol en una película que se articula como un juego de espejos macabro. Sin embargo, los bandazos del guión que coquetea con algunas ideas para desecharlas después y que deja claras sus intenciones antes de tiempo, bloquea el disfrute de una cinta que podría haber sido redonda.

Como ya imaginaréis, una película imperfecta de Polanski se puede convertir con facilidad en la mejor propuesta que hay en carteleras porque no deja de ser un gran cineasta, al que acaso exigimos demasiado por el simple hecho de comprobar las obras de arte que nos ha brindado en otras ocasiones. Pero es que siendo justos, parece que ha acabado su etapa de mayor esplendor: en esta película se desprende cierta falta de frescura que deriva, por una parte, de que hemos visto ya muchas películas de temática similar que saben sorprender mejor y, por otra, de una suerte de erotismo trasnochado que roza a veces lo ridículo entre ambos personajes, lo cual nunca llega a justificarse. 

Gran acierto rodar Basada en hechos reales en francés (es su segunda película después de La venus de las pieles en la que ha optado por esta lengua) y permitirnos escuchar de la perfecta dicción de Eva Green y los matices que da a su ambiguo y misterioso personaje... Trece años llevaba la actriz realizando únicamente trabajos para la televisión y el cine en inglés antes de este retorno a su lengua materna.

Como curiosidad, los cuadernos de Delphine muestran reproducciones de los cuadros del pintor Edward Hopper, una referencia artística que no es baladí en absoluto, ya que es un representante del realismo cuyas obras suelen retratar la soledad. ¿Una pista para comprender a Delphine? Al menos al comienzo, sí.

Otro de los aspectos más reseñables de Basada en hechos reales es la exquisita banda sonora de Alexandre Desplat el reciente ganador del Oscar por la BSO de La forma del agua que sigue superándose en cada nuevo trabajo.