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Crítica de Ben-Hur, la película en su versión de 1959

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Ben Hur 1959 - ppal
Ben-Hur, la película que estableció el récord de Oscars aún imbatido, y la mayor superproducción de su época, vuelve a la actualidad con el estreno de su remake. Aquí está la crítica de una de las grandes películas de la historia del cine.

Ben-Hur no estaba llamada a ser el incontestable éxito que fue. Ni siquiera Charlton Heston, que luego clavaría el papel, estaba contemplado para encarnar al protagonista. Pero como suele ocurrir con los más míticos films de la historia (Casablanca, Ciudadano Kane, Alien,Blade Runner) todos los elementos acabaron encajando para completar una de las más grandes películas de la historia del cine.

Ben-Hur está basada en una exitosa novela escrita por un general americano del ejército de la Unión, Lee Wallace (agnóstico, por cierto). Su éxito fue inmediato en todo el mundo, y la épica historia del príncipe de Judea que desafía el todopoderoso Imperio Romano se transformó en una fiebre que hoy podríamos comparar a la de Star Wars o Matrix, dado que en todas ellas hay un componente religioso muy acusado.

Era de esperar que, con la llegada del cine, Ben-Hur fuera llevada a la gran pantalla y así sucedió en dos ocasiones a principios de siglo, la muy modesta de 1907 y la más ambiciosa de 1925 (como ya sabréis, en 2016 acaba de llegar una nueva versión que ha resultado ser algo fallida).

Ben Hur 1959

Pero no sería hasta 1959 cuando se realizaría la versión definitiva. Aunque las películas de romanos estaban de capa caída, la MGM se embarcó en un proyecto inmenso, con el que podría forrarse o irse directamente a la ruina. De sobra sabemos que fue lo primero. Aunque la inversión de 15 millones de dólares, la mayor para una película hasta ese momento, y las cifras eran mareantes: decenas de miles de extras, miles de caballos y camellos, el decorado más grande jamás construido… y, al final, nueve meses de rodaje de los cuales tres fueron solo para la famosa carrera de cuadrigas. Finalmente, casi 80 millones de recaudación, 11 Oscars y, lo que es más importante, un lugar eterno en el Olimpo del cine, compensaron todo el riesgo y el esfuerzo.

William Wyler, el director, un artesano en toda regla, o director de estudio como se decía entonces, fue el encargado de coordinar con maestría todo aquel tinglado. Para el papel principal pasaron nombres como Paul Newman, Marlon Brando, Kirk Douglas y ¡Leslie Nielsen! Como lo oís. De hecho en las ediciones especiales se puede ver su casting (quizá no le cogieron por hacer alguna de sus payasadas de Agárralo como puedas). Y, por supuesto, no faltaron un puñado de secundarios del más alto nivel, entre ellos un divertido Hugh Griffith que se llevó un Oscar por su excelente papel de jeque Ilderim.

Y a partir de aquí, y ahora que os he puesto en contexto, ¿es Ben-Hur una película a la altura de sus abrumadores números? Pues para un servidor, sin ninguna duda. Muchos dirán que es muy larga –de hecho está entre las películas más largas de la historia-, otros que peca de exceso de grandilocuencia o que su teatralidad es exagerada, algo que resulta aún más acusado en el doblaje al español (como bien se encargaron de parodiar Cruz y Raya en su más brillante sketch)

Y no se puede negar que en mayor o medida, todo esto es cierto. Como también lo es que se trata de una memorable historia narrada de forma excelsa. Que las interpretaciones, sobre todo la de un Charlton Heston conmovedor y pleno de furia en su momento cumbre, están llenas de fuerza y pasión. Que su división en varios actos perfectamente estructurados soportan muy bien el metraje de más de 200 minutos.

Y, lo más importante, que supone uno de los mayores ejemplos de una forma de hacer cine irrepetible, un inmenso espectáculo del minuto uno a los créditos, donde mucho antes de la aparición de los efectos digitales era posible hacer virguerías mediante inagotables dosis de talento, esfuerzo e imaginación, y en la que las escenas más íntimas transmiten la misma (inmensa) potencia emocional que las grandiosas batallas navales o la alucinante carrera de cuadrigas (que inspiró al mismísimo George Lucas, y que dirigió, por cierto, Yakima Canutt, el eterno ayudante/especialista de John Ford).

Ben Hur 1959

La venganza y la redención se desatan en unos diálogos con sabor a clásico. Juda Ben-Hur y Mesala nos regalan uno de los enfrentamientos personales más rabiosos y desatados que se han visto jamás (por no entrar en la revelación de Gore Vidal, uno de los guionistas, acerca del trasfondo amoroso entre ambos hombres). La cantidad de secuencias y momentos inolvidables es infinita, mientras la película nos lleva en volandas desde Judea hasta Roma, pasando por las aguas del Mediterráneo embarcados en el infierno de las galeras . Y, además, introduce el elemento religioso de una manera magistral, de forma que las apariciones de Jesús de Nazaret (claramente utilizado como el alter ego del protagonista) son contadas –de hecho ni le vemos el rostro- y sin embargo su influencia en el desarrollo de los acontecimientos es crucial. Seas o no creyente, los momentos milagrosos ponen la piel de gallina. También hay sutiles, pero directas, alusiones a favor de la libertad, diversidad de razas y religiones, algo no muy común en aquellos años.

La carrera de cuádrigas es un momento icónico del cine
La carrera de cuádrigas es un momento icónico del cine

Por si le faltara algo, mi admirado compositor Miklos Rozsa se marca una verdadera OBRA MAESTRA, para mi gusto, la mejor banda sonora de toda la historia (yo me hice con ella hace unos años). Casi tres horas de sinfonía repleta de variadísimos momentos orquestales que van desde las melodías más bellas hasta las fanfarrias de épica desbordante. No por nada se es el maestro de John Williams

Ben-Hur no es ni mucho menos una película perfecta, pero quedará para siempre como una obra grandiosa en todos los aspectos. Nos ha dejado la eterna huella del atormentado rostro de Charlton Heston, arrastrado por el odio a una aventura colosal.

Nota: Este análisis ha sido realizado por Manuel del Campo, CEO de Axel Springer España, ex-aficionado a posar con modelos de Lara Croft y cinéfilo consumado.

VALORACIÓN:

Majestuosa obra del Hollywood dorado, que aprovecha una historia sensacional para ofrecer un espectáculo único y apasionado, exagerado en sus virtudes (muchas) y en sus defectos (pocos). Una de las películas más emblemáticas de la historia que aún hoy sigue abrumando por su tremenda fuerza y la inolvidable maestría de muchas secuencias.

LO MEJOR:

Una grandiosa historia narrada de forma sublime. Las interpretaciones: Charlton Heston se come el personaje. La carrera de cuádrigas. La BSO.

LO PEOR:

A veces, exceso de grandilocuencia y teatralidad. Diálogos impostados. Algunas secuencias son demasiado largas, lo que pesa en la duración.
Hobby

90

Excelente

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