Crítica de La bestia, la película en que Idris Elba se convierte en la presa de un león asesino

Con La bestia (Beast), dirigida por Baltasar Kormákur y protagonizada por Idris Elba, me han hecho un regalo. Es una historia de supervivencia, en un entorno hostil y frente a un enemigo implacable. 

No es una historia nueva. Lo hemos visto en la nieve (Infierno blanco, 2011), en los pantanos (Rogue, 2007) o en medio del mar (Infierno azul, 2016). Pero me sigue resultando apasionante. Porque lo que vamos a ver -además de a un animal devorando gente- es el triunfo (o no) del hombre en las situaciones más extremas. 

Antes de hablar de la película (y hay mucho que decir), permitidme que os ponga en situación.

Cuando era pequeño, me contaron la historia de una persona que se había bajado del coche durante un safari para filmar a los leones y terminó devorada. No supe si aquello era verdad o sólo se trataba de un "cuento" para que nos portásemos bien... hasta unos años después.

Resulta que aquel turista alemán protagonizaba de una de las secuencias más impactantes de Hombres salvajes, Bestias salvajes, un documental del género mondo de 1975. Está grabado cómo una leona se acerca por su espalda y acaba con él, ante los gritos de su mujer y los pitidos de otros coches. Y como podéis ver, se me quedó grabado.

Años después, disfruté muchísimo con Los demonios de la noche, un película de 1996 con Val Kilmer y Michael Douglas basada en un hecho real; la caza de dos leones -el Fantasma y la Oscuridad- que mataron a los hombres que construían el ferrocarril de Tsavo, en Africa, a finales del siglo XIX. 

Toda esta introducción a nuestra crítica de La bestia, es sólo para justificar que la historia tiene trazas de realidad... y que me gusta el género de "leones que se comen a personas". Si a vosotros también, estáis en el lugar adecuado. 

Por cierto, con todas estas manías de "devorahombres" también aprendí que el golpe más fuerte que puede dar un animal es el coletazo de una ballena, después la coz de una jirafa, y el tercer golpe más poderoso es el zarpazo de un león... pero eso no va a detener a nuestro protagonista.  

Ahora bien, el modo más sencillo de definir la cinta es que es un auténtico desastre. Casi todo funciona mal, pese a que el planteamiento promete. Era un regalo envenenado.

Crítica a lo Bestia

No vamos a entrar en el -muy previsible- argumento ni en el trasfondo de los personajes. Pero baste decir que una de las hijas adolescentes que acompañan al doctor Nate Samuels arranca la película con una camiseta de Jurassic Park. 

Es un buen guiño; la idea de poner a niños en situaciones de pánico funciona muy bien (no creo que nadie se haya olvidado del pequeño Alex en su colchoneta en Tiburón). Pero en este caso están completamente desaprovechadas. Sus diálogos son incoherentes, y la relación con su padre queda desdibujada, pese a los intentos de darle credibilidad. 

Que los otros dos protagonistas se comporten como el peor doctor de la profesión médica y el peor cazador de toda Sudáfrica sirve a la historia, pero no deja de sacar al espectador de la situación. Incluso el león deja de comportarse como tal para parecerse a un "malo" de cartón piedra, que pierde el olfato y el oído cuando conviene al guión. 

Así que en poco más de 90 minutos de metraje toda la épica de hombre contra naturaleza, la supervivencia y las pinceladas de terror, se van desvaneciendo para terminar en una aventura casi infantil.

Creedme si os digo que la resolución carece de toda épica. El espectador espera una resolución desesperada, visceral, tan salvaje como los dos protagonistas, y se encuentra con algo previsible y, de nuevo, que rompe las reglas de lo que se ha tratado de construir.

Incluso la fotografía, para una película rodada en Sudáfrica, está desaprovechada. No se saca partido a la luz, ni la exuberante naturaleza de la sabana. No esperéis planos de "los cinco grandes" ni grandes paisajes.

Con poco esfuerzo se pueden encontrar algunas lecturas subyacentes bajo la aventura: la crítica a los cazadores furtivos, o el paralelismo entre el león y el propio Dr. Daniels, como defensores de la manada (o de su familia). Nada demasiado profundo ni innovador.

El rey león

Pero no todo es malo en La bestia. También hay secuencias emocionantes y dos personajes protagonistas, Nate y el león, capaces de soportar todo el peso de la película. Ambos tienen un enorme magnetismo, y el felino es majestuoso y amenazador. 

La verdad es que aunque el rostro del animal se haya "humanizado" para darle unos rasgos más amenazadores, siempre que aparece "se come" la escena. Es un recurso que funciona muy bien tanto en imagen como en lo sonoro, porque sus rugidos consiguen poner los pelos de punta.

Entonces, ¿merece la pena ver La bestia? Se trata de una cuestión de expectativas. El planteamiento es de sobra conocido, la ejecución es simplemente correcta y el guión hace aguas por todas partes. Pero reconozco que me lo he pasado bien.

Y sobre todo, como hemos mencionado antes, los dos protagonistas tienen un atractivo innegable. Podía haber sido mucho más, pero se queda en un olvidable entretenimiento veraniego.