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Crítica de Bumblebee - Los Transformers que queríamos ver en cine

Jesús Delgado

Crítica de Bumblebee
Bumblebee es el spin-off de Transformers centrado en el Autobot amarillo que da nombre a la película. Esta precuela dirigida por Travis Knight asienta un "nuevo" comienzo a la saga cinematográfica de Transformers de Michael Bay y Paramount.

Estas navidades los cines estarán dominado por el cine fantástico, pero también por el nostálgico. Paramount vuelve a apostar por los Transformers de Michael Bay, pero esta vez con una variación completamente distinta en cuanto a planteamiento, tono, estética y dinámica narrativa. Para ello, volvemos a los años 80 con un spin-off / precuela titulado Bumblebee

Bumblebee se aleja de los episodios de Transformers: El último caballero y regresa a 1987, fecha terrestre, cuando la guerra civil del Planeta Cybertron está en su momento más candente. El bando de los Autobots está perdiendo la guerra contra sus enemigos acérrimos, los totalitarios Decepticons, quienes arrinconan más al líder Optimus Prime y sus más cercanos aliados.

Consciente de la inminente derrota, Prime enviará a Bumblebee al lejano planeta Tierra para preparar una base en la que reagrupar sus desperdigadas fuerzas. Sin embargo, el joven explorador Autobot no será el único cybertroniano en viajar a nuestro mundo, pues será perseguido por tres perversos Decepticons: Shatter, Dropkick y Blitzwing. Por suerte, el robot amarillo no estará solo, ya que pronto encontrará inesperados aliados entre los terráqueos.

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Y hasta aquí os podemos contar de la sinopsis de esta película dirigida por Travis Knight (Kubo y las dos cuerdas mágica) y que protagonizan Hailee Steinfeld (Spider-Man: Un nuevo universo, El juego de Ender), el carismático luchador John Cena Jorge Lendeborg Jr. En los siguientes párrafos analizamos para vosotros esta película que, aventuramos, reconciliará a los aficionados de los Transformers originales con las versiones moderna y live action.

¡Autobots, transfórmense y avancen!

Ya os adelantamos que no escucharéis esta frase, y aún así, si estabais mosca con las anteriores versiones de Transformers paridas por Michael Bay, creemos de corazón que esta nueva película os va a hacer dar una nueva oportunidad a las películas de Transformers de acción real.

Bumblebee, en muchos sentidos, se aleja de las mastodónticas epopeyas de ruido y metal amorfo y nos plantea una película honesta, sin pretensiones y que pretende ser homenaje a la década de los 80 y a los juguetes de los Transformers que Hasbro lanzó al mercado en esta época y en la que se basan un montón de series animadas, cómics y las citadas películas. 

El fan de Transformers, avinagrado por el delirante y caótico rumbo, el humor grueso y los tópicos propios del cine Bay (más cercano a las más olvidables entregas de la saga Fast & Furious que a los robots originales) encontrará en el presente título lo que posiblemente estaba buscando desde el año 2007 y después de cinco películas no ha encontrado. Y es que, finalmente, sí tenemos entre manos una película que nos recuerda al eterno conflicto entre Autobots y Decepcticos, con referencias narrativas y visuales bien reconocibles.

Sin haceros ningún spoiler severo, ya os decimos que la secuencia inicial de la película es un ejercicio de fanservice que hará sonreír a los fans más veteranos, reconocimiento por diseño y patrones de colores (además de por sus rostros) a los Autobots y Decepticons más conocidos de la G1 (la generación original de personajes según juguetes y series de dibujos). Shockwave, Ratchet, Soundwave, Arcee y otros personajes que ya vimos en otras películas, con aspectos muy diferentes, son retratados ahora con una enorme fidelidad. Algo que también ocurre con Optimus Prime y su emblemático aspecto de camión FL86.

Pero no solo de escenas de apertura vive esta película. También encontramos referencias a los juguetes originales (sus mecánicas de transformación) y a convenciones argumentales propias de los cómics de Marvel de los 80. Esto es, la idea de un Bumblebee explorador, habiendo de enfrentarse, superado en número y potencia de fuego, a un enemigo muy superior. Habitualmente, este último representado por un robot más grande y peligroso o, como es el caso de la película, una pareja de Decepticons pertenecientes a la división de Fuerzas Especiales. 

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Por otro lado, también hay guiños muy potentes a la animación. En este caso, podemos mencionar la canción The Touch, de Stan Bush, el tema musical de la película animada de 1987. También podemos señalar que dos secuencias de combate "copian" secuencias de los dibujos animados. Más concretamente una de la citada película y una coreografía de lucha del opening de 1984, que es calcado movimiento a movimiento. 

Paralelamente, aunque se produce un efecto de retrocontinuidad en la historia de la película, presentando algunas inconsistencia respecto al trasfondo que ya se había contado, en general se consigue hilar muy bien con los eventos de la primera película de acción real de Transformers y presentar un escenario coherente de cara a ella.

Tanto es así, que si aceptamos los fallos de continuidad, podríamos desear que este fuera el modelo a seguir en futuras películas, planteando una nueva línea temporal al margen de anteriores entregas y desarrollando historias mucho más cercanas a cómics actuales de Transformers como las de las colecciones More than Meets the Eye o Robots in Disguise. O, salvando las distancias, también podemos comparar la estética de esta película a los planteamientos de juegos tales como Transformers: Devastation, War for Cybertron o The Fall of Cybertron. Todo ello bastante más "fiel" a los conceptos originales de los juguetes que lo planteado por Bay y sus producciones. 

¡Los maravillosos años 80 y su larga sombra!

En muchos aspectos, como ya hemos apuntado, Bumblebee se aleja de los delirantes planteamientos de Bay y apuesta por una orientación muy distinta. Por un lado, aunque la presencia de Michael Bay se hace notar ligeramente en sus funciones como productor, debido a ciertas secuencias a y una violencia implícita en ciertas secuencias, se nota mucho más la sombra de Steven Spielberg y el intento de hacer una película a la que se pueda llevar a los niños (y a la mayor parte de los adultos), brindándoles una cinta divertida y que no te deja mareado tras dos horas y media de continuas explosiones.

En conjunto, Bumblebee se convierte en un homenaje completo al cine de los años 80. Títulos como Cortocircuito, E.T. El extraterrestre, Jóvenes Ocultos, El Club de los Cinco, etc... son referentes de esta película, que bebe de todas ellas para desarrollar una serie de planteamientos. Esto se traduce también a los los estereotipos de los personajes y los recursos narrativos de la trama, que, aunque sobados, nos parecen simpáticos. Esto, claro, hace que la historia sea un pelín predecible y que debamos hacer ciertas concesiones al argumento, en aras de pasarlo bien y entrar al trapo.

Este baño ochentero también transpira en la propia historia, en la base espiritual de la historia, las aspiraciones de sus personajes, las atmósferas y el comportamiento de antagonistas y protagonistas. Toda la Era Reagan queda muy bien reflejada a través de ese logrado efecto nostalgia. Claro que a ello también se aúna el tributo a la música, la moda, los utensilios, los vehículos y las convenciones sociales de la época. Este homenaje se hace, paralelamente, con un buen gusto, eliminado la testosterona gratuita, jugando muy bien con el tratamiento de los personajes femeninos. De ahí que la cinta esté orientada a un público mucho más hetereogéneo y abierto a verla y disfrutarla. 

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Toda esta mezcla es parte de la fórmula del éxito de Bumblebee. Que la película esté siendo acogida con tan buenas críticas no es un disparate. Travis Knight como director demuestra ser un tipo muy competente y un animador muy apto. Recordemos que antes de Kubo, Knight ya trabajó en distintas producciones animadas, bastante divertidas. Este toque personal, por cierto, se nota mucho en las secuencias con robots, y en el uso del color y las animaciones. Precisamente esta sensibilidad del director hace que los personajes fantásticos tengan mucho más atractivo respecto a lo visto hasta ahora. Solo podemos desear que regrese en un futuro, ya que su competencia podría ser la que la saga Transformers demanda a gritos para resurgir como un producto de entretenimiento algo más que divertido para algunos.

En lo tocante al cuadro actoral, no podemos decir que esta película de Transformers sea excelente en el plano dramático, tampoco lo pretende. Pero sí que podemos decir que, en general, su reparto cumple con las expectativas. Sobre todo, su protagonista femenina, Hailee Steinfeld, es una intérprete que llena ella sola la pantalla con sus dotes dramáticas y capacidad para transmitir emociones y sensaciones. Aunque se trata de intérprete cuyos papeles se han limitado a comedia y aventura en los últimos años, no conviene perderla de vista. Podemos estar ante una de las grandes actrices de Hollywood de aquí a un tiempo. 

Concluimos señalando que Bumblebee es una película palomitera, divertida y sin ningún tipo de trampa ni cartón. Es aventura ochentera, humor, ciencia-ficción y está protagonizada robots que se transforman y luchan entre sí. De ahí que juzgándola dentro de su género, hayamos de valorarla muy positivamente como de lo mejor que hemos tenido en 2018 dentro de su materia. Ahora, quien busque algo más elaborado, como un drama neorrealista alemán, quizá deba buscarlo en otra sala de proyección.  

VALORACIÓN:

Posiblemente la mejor película de acción real de Transformers hasta la fecha. Acción y aventura sin pretensiones y una mejora sustancial a nivel argumental y visual.

LO MEJOR:

Los guiños a la G1 de Transformers (cómic, juguetes y dibujos), la adecuación del tono y estética, las referencias ochenteras, Hailee Steinfeld...

LO PEOR:

Pequeñas incongruencias de continuidad. Hay que hacer pequeñas concesiones de género y pretensiones para disfrutarla. Algunos giros previsibles.
Hobby

81

Muy bueno

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