Crítica de Campeonex, la secuela del exitazo de Javier Fesser que se estrella con los eSports

Campeones obtuvo en 2018 un respaldo masivo por parte de la audiencia, encandilada por la propuesta de Javier Fesser, un director polifacético y arriesgado que lo mismo se atreve con cintas de animación como Mortadelo y Filemón contra Jimmy el cachondo que con dramas como Camino o colecciones de relatos audiovisuales como en Historias lamentables.

Con esta nueva película se aprecian distintas intenciones: retomar el contacto con un reparto no profesional (cuando fue descubierto por él) que ha seguido haciendo sus pinitos en otras producciones demostrando su carisma y capacidad de conectar con el público y repetir una fórmula exitosa agregando nuevos componentes que le permiten actualizar la trama. 

Fesser, ganador de 7 premios Goya y nominado a los premios Oscar de la Academia de Hollywood por su genial cortometraje Binta y la gran idea, firma el nuevo guión junto a Athenea Mata, la actriz que dio vida al personaje de Sonia en la primera entrega. En el libreto ha colaborado también David Marqués, coautor de aquella.

Del baloncesto al atletismo y del atletismo a los eSports

Ha pasado el tiempo después de una victoria pírrica y un jarro de agua fría colosal. Julio quiere volver a reunir al equipo, lo que le lleva a emprender la búsqueda de un nuevo entrenador que sea capaz de convencer a todos los miembros para regresar.

Cuando está a punto de tirar la toalla se presenta ante él una novata gafada pero con gran voluntad y capacidad de trabajo. Ella se afanará por demostrar sus cualidades y por poner en práctica sus conocimientos, pero un golpe de mala suerte hará que inscriba al equipo de "Los amigos" en una modalidad deportiva distinta al baloncesto: el atletismo.

Adicionalmente uno de los mejores amigos del equipo está postrado en silla de ruedas, lo que no impide que sea un as jugando en Movistar Riders y sueñe con correr con sus colegas. Mientras sortean todo tipo de calamidades y desventuras, terminarán inscritos en un torneo de eSports donde tendrán ocasión de demostrar que no todo es ganar.

Una película que se mueve en dos direcciones distintas

Campeonex hereda de Campeones todos los defectos que tenía aquella película: la sensación de que nos hacía reirnos de los personajes en lugar de hacerlo con ellos, el buenismo desbocado de todas las moralinas que quiere lanzar y ciertos sketches fuera de tono que no funcionan en el plano humorístico para nada.

Pero a todo ello se añade algo particularmente desesperante: una segunda parte de la película,que le resta atención al grupo para dársela a Brianeitor, gamer y streamer con millones de seguidores muy conocido en Movistar Riders que se convierte en el absoluto protagonista en un larguísimo publirreportaje de los eSports que va a desquiciar a todo aquel a quien le importe un pimiento.

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El patrocinio de la película le sale caro al resultado: se hace tan larga esta última parte que llega a rozar el tedio, máxime cuando el argumento es más que predecible.

Pero, ¿por qué este cambio? Pues porque Campeonex tiene claro que quiere atraer al público joven y rascar nicho de una audiencia que en principio podría haber sido pasiva a Campeones. Y luego está, por supuesto, la búsqueda del rendimiento en taquilla, sacándole jugo a la popularidad de la celebridad fichada.

Fesser quiere refrescar la trama, hablar el lenguaje de las nuevas generaciones y demostrar incluso que los eventos deportivos en clave digital pueden ayudar a romper barreras físicas. 

Ningún problema con el mensaje, que pretende resultar inspirador, pero muchos con respecto a la forma en la que se lanza. Supone un cambio de dirección tan grande que arruina la experiencia de visionado (toda la peripecia en general está deslavazada en un guión inconsistente) y se percibe incluso como una pequeña traición al espíritu de esta historia, que era el del esfuerzo colectivo.

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Campeonex - Galería de imágenes II (13 imágenes)

La visibilidad del reparto original está muy medida: es agradable reencontrarse con Gloria Ramos, Sergio Olmo, Jesús Lago Solís, José de Luna, Fran Fuentes, Alberto Nieto, Roberto Chinchilla y Stefan López e incluso con un Jesús Vidal, algo más apartado, por vía telemática esta vez, no sabemos si por exigencias del guión o de su agenda.

Buen fichaje el de la actriz Elisa Hipólito y el de Jelen García (Fuimos canciones), que tienen una química inmediata y capitanean esta nueva aventura con bastante corazón. Y, anecdótico, pero digno de ser mencionado, tenemos también a la hija del director, la actriz Claudia Fesser, que ya apareció en el papel de recepcionista en la primera película en un nuevo rol.

Solo al final de la maratoniana diatriba, la historia vuelve al icónico actor y "cemento" del grupo, Juan Margallo, en un desenlace que emociona, aunque llegue ya cuando los 125 minutos de metraje nos han dejado exhaustos. Al montaje le habría hecho falta mucha tijera para tener la fluidez necesaria.