Crítica de Channel Zero temporada 2 - El primer episodio de No End House

No cabe duda de que el terror está viviendo una nueva juventud en el terreno televisivo. Series como American Horror Story le han dado una pátina de glamour y el público ha renovado tanto sus expectativas como las referencias acerca de lo que da miedo. En ese sentido, hay pocos referentes más modernos que los creepypasta, leyendas urbanas creadas (de forma premeditada o no) a través de internet.

En esa fuente de inspiración se basa la serie de Syfy llamada Channel Zero, cuya primera temporada ya pudimos ver en HBO hace unos meses. Cada temporada se basa en una leyenda diferente. Mientras que Channel Zero temporada 1 se basaba en la leyenda de Candle Cove, esta segunda temporada se centra en La casa sin fin, una serie de relatos que han sido popularizando a través de webs de creepypasta en los que los protagonistas acceden a una misteriosa casa, en la que cada habitación es más terrorífica que la anterior y los miedos que allí se dan cambian en función de lo que más tema cada persona.

Por ahora, el primer episodio de Channel Zero No End House es el único disponible en HBO España (y, por cierto, se puede ver gratis desde el canal de Youtube de Syfy), pero sus 44 minutos ya bastan para dejar las bases bien asentadas. Su protagonista es Margot (Amy Forsyth), una joven atormentada por la muerte de su padre, a la que sus escasos amigos animan a entrar en La casa sin fin. Es una extraña atracción que aparece cada cierto tiempo en diferentes ciudades de EEUU y dicen que sus 6 habitaciones muestran miedos diferentes según quien las visite.

No entraremos mucho más en el argumento para que la descubráis por vosotros mismos, pero como podréis suponer, el surrealismo y el terror psicológico juegan un papel crucial en la trama. A medida que se avance en la trama, las imágenes se vuelven más y más retorcidas, hasta el punto de que los visitantes comienzan a dudar si todo es un espectáculo o si se están volviendo locos. No solo veremos las neuras de Margot, sino también la de Jules (Aisha Dee), la mejor amiga de la protagonista, que también parece guardar algún oscuro secreto.

En ese sentido, tanto el desarrollo de los personajes como el de la propia trama nos parecen mejor llevados que los de Candle Cove, los cuales adolecían de un ritmo excesivamente pausado y de unos planteamientos visuales que no acababan de inquietar. Aquí, tanto las imágenes como la música ofrecen un retrato tan elegante como inquietante, los cuales desembocan en un final que, aunque tremendamente previsible, nos deja con ganas de más.

¿Quieres saber más sobre las leyendas urbanas? Lee este libro.

¿Qué son los caníbales? ¿Cómo es posible que la casa entienda la psique de cada persona? ¿Y qué significa la escena que sirve a modo de prólogo del capítulo? Como es de esperar, la temporada 2 de Channel Zero juega tanto con el terror como con el suspense y, aunque la fórmula está algo quemada en la actualidad, sigue funcionando con propuestas como esta, que no se basan tanto en los diálogos de los personajes (algo más común en los primeros minutos, por la necesidad de generar un contexto) como en las imágenes extrañas que pone ante nosotros.

Ya se menciona en la propia serie que la casa es presentada como una exposición artística de un autor desconocido y es cierto que se juega mucho con la imaginería propia de esas situaciones: formas simétricas que generan inquietud, bustos serenos que parecen cambiar con el paso del tiempo... No solo tenemos temores viscerales en la ecuación, sino también la intimidante pulcritud del arte más convencional.

Así, aunque tiene ciertos defectos (como ya decíamos, lo previsible del final), el primer episodio de Channel Zero temporada 2 nos ha convencido y estamos pendientes del estreno del episodio 2 para ver hasta qué punto se juega con nuestras mentes. ¿Habrá valor de llegar hasta la sexta habitación? Por favor, que no aparezcan payasos. Más, no...