Crítica de Cry Macho, el regreso de Clint Eastwood al cine de cowboys

Hay profesionales que llevan el cine en la sangre y a los que parece que es imposible apartar del mundo audiovisual, no importa cuántas veces parece que se hayan retirado o que nos hayan dado una última obra para cerrar su carrera.

Este parece ser el caso de Clint Eastwood, que se pone una vez más delante y detrás de las cámaras con un regreso muy sentimental al género de cowboys. Este fin de semanase estrena en las salas de cine de nuestro país Cry Macho, la nueva película de la leyenda del western.

Esta película neo-western viene producida y dirigida por el propio Eastwood, con un guión de Nick Schenk (Gran Torino) que toma como base la novela N. Richard Nash. Junto con Eastwood encabezando el reparto tenemos a Dwitght Yoakam, Natalia Traven, Fernanda Urrejola, Horacio Garcia Rojas y a Eduardo Minett como co-protagonista.

Cry Macho nos transporta a Texas al final de la década de 1970, con Eastwood interpretando a Mike Milo, un ranchero experimentado y vieja estrella de rodeo que ya se ha retirado después de haber caído en desgracia en el último tramo de su carrera.

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Tiempo después, su antiguo jefe le contrata para que viaje a México y traiga de vuelta su hijo Rafo, un chico de 13 años bastante problemático que se mete en todo tipo de líos e incluso participa en peleas de gallos y cuyo entorno familiar tampoco resulta ser ideal.

El viaje significa todo tipo de problemas para Mike, empezando por que Leta, la madre de Rafo, no está muy por la labor de dejar ir a su único hijo. La carretera de vuelta a Estados Unidos supone una aventura para Mike y Rafo a través de la exploración de la cultura mexicana y una reflexión sobre los valores actuales y la masculinidad.

Os decíamos que esta es una película neo-Western porque aunque no es una "peli de vaqueros" al uso, la cultura de los cowboys y los rodeos juega una pieza fundamental en la historia. Eastwood se toma su tiempo para mostrarnos su amor por este aspecto de la cultura estadounidense y la importancia de los caballos y su entrenamiento.

Esto especialmente se nota y se refleja en la cinematografía, que es uno de los puntos más fuertes de Cry Macho con planos espectaculares de los parajes mexicanos y estadounidenses, y con una fotografía preciosa en los momentos más sentimentales y pausados de la película.

Precisamente a través de este género y la figura de los cowboys y los hombres rudos solitarios, Eastwood explora uno de los temas principales de la película: la masculinidad y qué significa ser un hombre, especialmente poniendo en perspectiva los valores con los que creció la generación del director y cómo estos han ido cambiando a lo largo de los años. 

Cry Macho nos da un "road trip" es esta extraña pareja entre un vaquero que ya está de vuelta y media y cansado de la vida, y un chaval gallito que piensa que el más bruto es el mejor de la pista. Gracias a su tiempo juntos, ambos van encontrando un equilibrio mientras se explora y reconstruyen los valores que forman a un buen hombre, y qué significa serlo.

Es un cambio sorprendente y con el que parece que Eastwood también explora su propia carrera y los personajes a los que nos tiene acostumbrados. Ya de por sí, esto es una buena base, pero también hay que decir que muchas veces Cry Macho peca de demasiado predecible, ya que es muy fácil ver por dónde van a ir los tiros y no llega a sorprendernos del todo. 

Con su última película, se intenta hacer una crítica a los clichés, pero se queda en un tono demasiado amable y sentimental que no llega a calar tanto como podría. También el que el tono y la cinematografía sean muy pausados y contemplativos no termina de ayudar, ya que a veces el tono se nos queda un tanto monótono y desinfla parte del ritmo.

Aunque Eastwood hace un trabajo soberbio y Minett se defiende como puede, también hay que decir que el reparto no se mide bien en comparación con el actor veterano y muchas actuaciones dejan que desear con excepción de Natalia Traven. 

También es cierto que aparte de Mike y Rafo, quienes sí que pasan por una curva de aprendizaje mutua y su relación es de lo mejor de la película, el resto de personajes tampoco tienen mucho más chicha para explorar. Esto especialmente se nota en los personajes femeninos, que tampoco parecen tener mucha más construcción aparte de sus arquetipos. 

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Como nota final, hay que decir que aunque siempre somos partidarios de un buen doblaje en castellano, Cry Macho es una de esas películas que se van a apreciar más en versión original. 

Parte de la "gracia" de la película es ver a Mike tratando de navegar a través de los pueblos mexicanos por los que ambos pasan, y ver cómo consigue saltar muros enormes y conectar con otros personajes pesar de la diferencia lingüística, y estos detalles posiblemente sean difíciles de captar del todo en una versión doblada.

Cry Macho no es la película estelar con la que Clint Eastwood se va a retirar, pero sí que sigue siendo una historia sentimental con reflexiones y valores importantes y una fotografía bellísima con la que se toma su tiempo para desengranar todo lo que nos quiere contar.