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Crítica de Dragon Ball: Guerreros de fuerza ilimitada

Crítica de Dragon Ball: Guerreros de fuerza ilimitada
ARGUMENTO: Nuevo Namek se ve "parasitado" por una especie de planeta tecnológico del que surge una horda de robots. Goku y sus aliados acuden en su ayuda, para descubrir que una versión metálica de Cooler parece estar detrás de todo. 1992 - DIRIGIDA POR Daisuke Nishio - GUIÓN DE Takao Koyama.

Para cuando llegó esta película, Cooler ya se había convertido en un conocido villano del universo Dragon Ball, así que se ve que decidieron estirar el chicle, a pesar de que este personaje parecía haber muerto... Al igual que su hermano Freezer, él regreso en Guerreros de fuerza ilimitada con un nuevo look robótico, aunque mucho más refinado. Tan protagonista como él resulta el Big Gete Star ("Big Genester" le decían en la traducción española -_-p), un gigantesco astro constituído por chips y trozos metálicos. Éste es el verdadero "cerebro" detrás de la invasión de Nuevo Namek y toda una novedad en las películas. Desde luego, Goku no había tenido que enfrentarse antes a la maldad de un planeta...

Por cierto, como sabemos que os gustan estas curiosidades, podríamos traducir "Big Gete Star" como "gran estrella fusionadora", ya que ese "Gete" viene de la expresión japonesa getemono, que significa juntar, unir.

Crítica de Dragon Ball: Guerreros de fuerza ilimitada

La estrella parece dar las órdenes, pero el interés de la película recae en esta nueva versión de Cooler, todavía más poderosa que la anterior. Esta vez no hay ayudantes de élite, sino un ejército de robots de los que dan cuenta Piccolo, Gohan y Krilin. ¡Sí, Krilin acaba con algunos enemigos, albricias! De nuevo, Piccolo es el luchador más interesante de los "secundarios", entre los que también están Mutenroshi, Oolong y Yajirobee. Pero, ¿para qué mandan a estos últimos al planeta, si no iban a servir de nada? Pues para aportar el alivio cómico, claro...

La gran incorporación al plantel viene con Vegeta, que se estrena aquí en las películas de Dragon Ball... ¡Y en estado súper saiyano, nada menos! De hecho, estos acontecimientos guardan cierto paralelismo con el combate contra los androides A-19 y A-20 del manganime. Al igual que sucediera allí, aquí Goku está muy confiado pero es puesto contra las cuerdas, sólo para que Vegeta lo salve de una patada en el último momento. En el original, Goku estaba enfermo del corazón, mientras que aquí... Bueno, aquí Cooler es endiabladamente fuerte y punto.

Crítica de Dragon Ball: Guerreros de fuerza ilimitada

 

La verdad es que la lucha de Goku y Vegeta contra este metálico rival no resulta particularmente interesante más que por el hecho de que puede regenerarse. Nada nuevo a estas alturas, la verdad. No hay técnicas interesantes y, de hecho, el comienzo del combate viene marcado por un larguísimo flashback que nos muestra cómo acabó Goku con Cooler en la película anterior. ¡Venga, copy-paste y a rellenar minutos, igual que en el anime!

 

Por suerte, el final de la pelea viene marcado por una buena sorpresa: en realidad hay un ejército con decenas de "metal Cooler" y todos van a por nuestros héroes. Si han sudado tinta con uno, ¿qué podrán hacer contra tantos? Por un momento nos hacen creer que podrían ganar, pero enseguida presenciamos una bien traída elipsis temporal tras la que Goku y Vegeta han caído sin remedio.

El Goku más cyberpunk

De nuevo, el protagonista es el Big Gete Star. En este último acto de la peli, se nos cuenta que este planeta tecnológico comenzó con un pequeño y ambicioso chip (seguro que era de Apple) que se fusionó con todo lo que encontró en un cementerio espacial. Añadió más y más y más... Hasta que dió con los restos de Cooler. Argumento forzado no, lo siguiente... Pero lo interesante es contar con esta nueva fusión maligna, en definitiva.

Así pues, se desvela que el villano es un ser deforme y monstruoso constituído de cables y chips. ¡Cuan Akira es esto! Goku y Vegeta han sido "cableados" y su energía alimenta al Big Gete Star, lo cual ofrece una imagen curiosa e inquietante. Al final, todo se resuelve con Goku sacando más y más energía, lo que sobrecalienta el astro. ¡Oh, no, no habían calculado que fueran tan poderosos!

 

Crítica de Dragon Ball: Guerreros de fuerza ilimitada

 

Los dos últimos minutos están protagonizados por el monstruoso Cooler gigante que veis arriba, un enemigo también diferente a lo que tiene por costumbre ofrecer Dragon Ball, aunque su resolución es un tanto precipitada: bolazo de energía (¡ni siquiera es un Genkidama esta vez!) y para casita, que llueve.

 

La acción resulta muy forzada e intrascendente durante toda la película, pero se salva de la quema por la imaginería que pone en escena y por otro detalle más: el humor. Sí, durante un par de ocasiones esta Guerreros de fuerza ilimitada usa un humor absurdo que no veíamos desde los primeros capítulos de Dragon Ball. Krilin protagoniza varios, pero la palma llega con esa "caída triunfal" de Goku y Vegeta desde el cielo. Gohan, entusiasmado, va a cogerlos... Y se dan la torta padre a varios metros de distancia. Es un humor muy "slapstick" y extraño, pero tiene su gracia. Que no todo van a ser combates apocalípticos...

 


Recuerda, puedes ver las críticas del resto de películas de Goku en nuestro especial Dragon Ball.

VALORACIÓN:

Bastante inferior a la anterior aparición de Cooler y basada en ideas demasiado "marcianas" (valga la expresión) como para resultar atractiva. Tiene algunos golpes de humor y de pelea que merecen la pena.

LO MEJOR:

Ese humor absurdo que brota de la nada.

LO PEOR:

Que Vegeta se estrene en las pelis con tan poco éxito.
Hobby

62

Aceptable

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