Crítica de Emma, la adaptación de la novela de Jane Austen protagonizada por Anya Taylor-Joy

Este viernes, 30 de octubre, llega a nuestros cines, ¡al fin!, la nueva adaptación de "Emma", la famosa novela de Jane Austen escrita por Eleanor Catton (la ganadora del Premio Booker que en el año 2013 se convirtió en la más joven en recibir el prestigioso galardón) y dirigida por Autumn de Wilde en el que supone su debut en la dirección de un largometraje tras una larga trayectoria en el mundo del corto.

Emma. es, de largo, el estreno más relevante de cuantos verán la luz esta semana y nos transporta a la Inglaterra del Periodo de la Regencia para presentarnos, en clave de comedia romántica, a una joven heroína bastante atípica en su contexto social que se niega a casarse.

El punto que hay tras su nombre no es una errata, es el título oficial de la película y tiene su por qué. Un punto significa un final y un final implica una sensación de completitud y optimización. Emma, "M y A", en el juego de palabras que se propone en un momento dado con el alfabeto griego, personifica la perfección absoluta, es un personaje completo, intachable e insuperable. De ahí que no sea posible que siquiera llegue a plantearse casarse, ya que ella es, por sí misma, un todo que no necesita complementos.

Anya Taylor-Joy da vida a Emma Woodhouse, esta vanidosa muchacha de 21 años que, viviendo en una posición acomodada con su hipocondríaco padre (un hilarante Bill Nighy), poco tiene que preocuparse por sí misma: es hermosa, es inteligente y es rica. ¿Para qué preocuparse por su estado civil?

Su talento natural como casamentera hace que ponga todos sus recursos en lograr uniones satisfactorias en su entorno, de modo que termina descuidando sus propios sentimientos. Así, cuando su institutriz decide casarse, Emma se queda sola y decide encontrarle un novio a su amiga Harriet Smith (Mia Goth), una chica sencilla y modesta que difiere bastante de su lujoso estilo de vida.

Solo cuando alguien la obligue a poner los pies en el suelo y le haga darse cuenta de sus defectos comprenderá que es tan importante ser autosuficiente como desprenderse de la soberbia y el orgullo al tratar con los demás.

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Emma - Galería de imágenes (13 imágenes)

Hay muchísimos valores de producción a destacar en Emma. ya que se trata de una película muy bien ambientada que cuenta con una dirección artística y una fotografía exquisitas. En no pocas ocasiones los fotogramas parecen cuadros que han cobrado vida.

El marco es sensacional, pero no lo es menos todo lo que tiene que ver con el vestuario de Alexandra Byrne, cuya carrera bascula entre películas de época como Hamlet, María, reina de Escocia o Elisabeth y blockbusters comoAsesinato en el Orient Express y cintas de superhéroes como Doctor Strange o la saga Vengadores. La película es un festín en lo que atañe a vestidos, tocados, trajes, cuellos y toda clase de detalles de atrezzo, lo que la convierte en candidata idónea de cara a los Oscar en esta materia.

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No solo estamos ante una adaptación muy fiel a la novela, sino que Emma. también sabe jugar sus cartas con un humor de lo más particular que incluso podría haber funcionado mejor con un montaje más ágil en ciertos pasajes.

En la banda sonora unen esfuerzos David Schweitzer (responsable de la música de videojuegos como Angry Birds) e Isobel Waller-Bridge (Fleabag); una curiosa elección que no termina de cuajar en ciertos momentos pero que en otros sí que consigue que haya armonías juguetonas que casan bien con las intenciones de un guión bien pertrechado de secuencias divertidas y emocionantes.

En suma, si os decidís a ir al cine, ésta es una magnífica propuesta: con Emma. reiréis y encontraréis muchos alicientes de los que disfrutar que van más allá de la historia en sí. En más de una ocasión desearéis moveros por los amplios campos y las villas que se muestran en la película...