Crítica de Explota Explota, la comedia musical con las canciones de Raffaella Carrà

La percepción que tenga el público de Explota Explota dependerá totalmente de su predisposición: si sois de los que tenéis ganas de ir al cine a ver una película de evasión con la que darle un puntapié en culo a este año disfrutando de una propuesta colorista, alocada, divertida y que hasta se atreva a hacernos soñar con una España tardofranquista abierta al cambio y a derrocar el puritanismo, estáis justo ante lo que estáis buscando.

Si, por el contrario, buscáis un musical de calidad, con inmejorables números de baile y con voces memorables que pasarán a los anales de la Historia del Cine, ya os advertimos que no es esto lo que vais a encontrar. Pero, la verdad, el momento que vivimos pide más lo primero que lo segundo, así que no nos vamos a quejar en exceso de que la mayoría de los secundarios no sean cantantes profesionales, lleguen por los pelos entonar sus fragmentos musicales y que den muy bien el tipo en lo que se refiere a fisognomía, aunque no tanto en lo que se refiere a destreza para bailar.

Hay películas que honran su título y Explota Explota es una de ellas porque es, tal cual, una explosión de color, brillo y alegría: una cinta que exuda buen rollo y que nos lleva a recuperar algunas de las canciones más famosas de la magnética, incombustible y atlética Raffaella Carrà.

La cinta cuenta la historia de María, una joven sensual y con ansias de libertad a principios de los años 70, una época que en España estuvo marcada por la rigidez y la censura, especialmente en televisión.

Tras regresar a Madrid el día de su boda, abandonando a su futuro marido a punto de casarse, María conocerá a en Barajas a Amparo, una mujer con la que entablará una amistad de forma instantánea y a Pablo, un apuesto joven que trabaja en RTVE. 

Convencida de su vocación por el baile, María decidirá probar fortuna entrando como aprendiz de las famosas "rosettes", el cuerpo de baile de la famosa María de España, que cuenta con un espacio semanal en la cadena.

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Nacho Vázquez debuta en el largo con esta película tras haber realizado los cortometrajes CCCP, Renuncio y Re da ¿Da o No da? en 2011, 2015 y 2016 respectivamente. También es suya la idea original del guión, que no es otra cosa que una comedia de enredos que ha escrito junto a Eduardo Navarro y David Esteban, ambos vinculados a comedias televisivas y que de paso demuestra bastante cariño no solo por la época que retrata (desde un prisma muy edulcorado) sino también por el género de la revista que de facto a comienzos de los setenta era uno de los estandartes de RTVE.

La pimienta la pone una Verónica Echegui (Orígenes secretos) divertidísima que no solo se convierte en una robaescenas sino que además demuestra contar con una vis cómica que es un verdadero filón. Más de dos secuencias parecen tener sus aportaciones en forma de improvisaciones que funcionan de lujo.

Ingrid García Jonsson (Instinto), por su parte, también realiza un excelente trabajo y demuestra una verdadera relación de simbiosis con su compañera de reparto con la que queda de manifiesto que se lo ha pasado muy bien rodando la película. Juntas derrochan energía y se comen la pantalla mostrando una amistad preciosa.

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Se les suman un buen puñado de secundarios fabulosos: desfilan ante nuestros ojos Natalia Millán, Pedro Casablac, Carlos Hipólito... Y tenemos algún que otro cameo como el de la propia Carrà en un momento sensacional.

De Explota Explota nos quedamos con su desinhibido descaro, con su cuidadísima iluminación, su detallista vestuario (de una paleta cromática rica que le da especial protagonismo a los colores puros) y su mensaje, lanzado con mucho humor y algo de parodia hacia la famosa "deontología profesional" que anduvo a vueltas con el largo de las faldas, la profundidad de los escotes y otras tantas zarandajas en pro de la protección de un público que lo que pedía era más bien normalidad y que acabó llevándonos al extremo contrario: el destape.

Es imposible ver esta comedia musical sin echarse unas buenas risas y sin salir del cine un pelín más optimista de lo que uno entró, lo que hace que sea un visionado muy especial. Y atentos a lo bien que están hiladas las canciones con la historia, que también tiene su mérito darle forma a un todo en el que cada letra, suma.