Pocos tópicos del cine de terror son tan eficientes como el de los acechadores en la distancia. Si Hitchcock acuñó con La ventana indiscreta toda una serie de temas que se han calcado en otros proyectos de forma idéntica o variando las intenciones del observador y el observado, aquí estamos ante una nueva vuelta de tuerca en la que, durante buena parte del metraje, no sabemos qué está pasando.

La articulación de la película El extraño (Watcher, en versión original) es la de un thriller psicológico en el que como espectadores estamos del lado de la protagonista. Su encanto reside en la corrección de la propuesta y en la explotación de sus recursos principales: una Maika Monroe (It Follows) sensacional y un aprovechamiento del espacio fantástico.

Al fondo laten además otras cuestiones como lo hostil que puede resultar trasladarse a un país cuando no se domina el idioma y no hay una red familiar en que apoyarse, los terrores femeninos o las referencias, sutiles pero incisivas, a la tradición vampírica. A fin de cuentas, la película está ambientada en Rumanía. Respira cierto aire de "la vieja escuela" que le sienta realmente bien.

Originalmente, el guión desarrollaba la historia en Brooklyn pero por fortuna, se tomó la decisión de desplazarla a Bucarest, la ciudad a la que llega Julia junto a su esposo Francis.

Se mudan de Nueva York a la ciudad natal de él debido a un ascenso, pero sus compromisos laborales pronto se traducen en jornadas interminables y una gran ausencia en la vida de su esposa que aún está aprendiendo a hablar en rumano y no tiene a nadie con quién relacionarse.

Adicionalmente, Julia se percatará de que, desde el otro lado de la calle, alguien la acecha permanentemente. Cuando se decide a contárselo a Francis, éste no termina de darle crédito y achaca sus miedos a la paranoia y la soledad.

Sin embargo, todo se vuelve aún más turbio cuando aparece en las inmediaciones de su apartamento el cadáver decapitado de una joven. Se trata ni más ni menos que de la cuarta víctima de un sanguinario asesino en serie al que la policía ha apodado como "la araña".

Los ojos de la perdición

El extraño es una película sobre el poder de la mirada y hasta qué punto puede llegar a condenarnos. Que determinada persona te mire significa que puede verte y ser objeto de su interés, ergo se traduce en que te convierte en una diana humana. Pero como sucede con los vampiros tienes que dejarlos entrar, algo que puede hacerse mediante un gesto en apariencia inofensivo.

Mirar y ser visto es como morder la manzana prohibida, picar el cebo o exponer el cuello. La mezcla de temor y curiosidad es la fuente de todos los males.

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No hemos nombrado It Follows de forma baladí: la protagonista de esta película también es perseguida y se encuentra en una huida constante pero es que además incluso hay un pequeño paralelismo con aquella cinta cuando entra a un cine a ver Charada un clásico del suspense.

Puede que el mayor pecado de El extraño sea el de ofrecer pocas sorpresas al final y pisar demasiado el acelerador: tan acostumbrados como estamos a los giros del guión, el desenlace se hace algo evidente y fácil de predecir... casi apresurado si tenemos en cuenta el desarrollo sosegado y calmado del resto del film.

Con todo, nos proporciona cerca de 95 minutos de ejercicio de intriga que funciona muy bien y es digno de ser señalado como notable máxime teniendo en cuenta que supone el debut de Chloe Okuno, cuyo trabajo anterior más conocido es el rodaje del segmento de V/H/S/94 "Storm Drain" y uno de los episodios de la serie Déjame entrar.