Crítica de Fast and Furious 9: más velocidad, acción y humor que nunca

Parece que ha pasado toda una vida desde que todo este universo arrancara con el rugido de un coche en 2001... pero el caso es que, veinte años después, estamos ante el inminente estreno de la novena entrega de Fast & Furious, una esperada secuela para los fans de la saga que además han tenido que soportar una espera inusualmente larga para reencontrarse con sus personajes favoritos y verlos en acción, dado que han transcurrido cuatro desde el estreno de Fast & Furious 8 en 2017.

Para mantener el motor bien engrasado es necesario introducir novedades a modo de gasolina y a la vez mantener la esencia y eso es justo lo que consigue Fast & Furious 9 echando mano de villanos ya conocidos de la saga (ojo, que hay secuencia postcréditos) y dando a conocer a un personaje muy especial: Jakob, el otro hermano de Dom, interpretado por John Cena.

Hay ciertos elementos que, como bien sabéis, se mantienen en un bucle perfecto: el grupo "se separa" tras cada misión hasta que se les echan encima los acontecimientos y tienen que hacer piña para resolver la siguiente amenaza mundial... Y todo acaba en una estupenda comida "en familia". En otras palabras: los espectadores ya tienen clarísimo qué es lo que van a ver y no van a salir defraudados de esta aventura que tiene además varias bromas que muestran el nivel da autoconsciencia del guión.

Las fantasmadas automovilísticas que hemos visto en esta franquicia son de aúpa, al punto de que se hizo popular la idea de que tras saltar rascacielos, lanzarse de un avión o atreverse con un submarino, lo único que nos quedaba por ver era "la conquista del espacio". Pues bien: agarraos el cinturón porque os vais a quedar sin palabras, se rebasan todos los límites de lo verosímil y la película alcanza un nivel de locura insuperable. Ahora sí que sí, no sabemos cómo nos podrán sorprender en las entregas 10 y 11, que serán las que clausuren la saga. Por el momento, Vin Diesel ya ha dejado caer que él conoce el final definitivo, para ir creando expectación.

Pero ésta es solo una pequeña porción del circo de tres pistas que ha supuesto el rodaje de Fast & Furious 9 que vuelve a contar con un equipo de profesionales al que habría que ponerles un monumento por la barbaridad de piruetas, agarres, saltos y demás destrezas que exhiben en pantalla: los especialistas y dobles de acción son increíbles.

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Los efectos especiales van a la zaga con un nuevo elemento que da un gran juego a la hora de componer las persecuciones y colisiones de vehículos: los electroimanes de gran potencia. Es un recurso narrativo tan fantasioso como cualquier otro, pero está muy bien explotado.

La película además sabe sacarle jugo al reparto con las caras ya conocidas (la magnética Charlize Theron volviendo como Cipher o Kurt Russell como el enigmático Mr. Nobody) e introduciendo otras como la de Helen Mirren en el papel de Queenie en una secuencia que es pura fantasía en la que la vemos zafándose de la policía tras robar un ostentoso collar.

Y, por supuesto: EL TEMA. Que no es otro que una vez más, la familia, en esta ocasión no solo la elegida, sino también la carnal. La película arranca con un flashback en el que conocemos la razón de la enemistad de Dom y Jakob así como el destino de su padre y su legado. Buenos fichajes los de Vinnie Bennett, Finn Cole y JD Pardo para dar vida a los jóvenes Dom, Jakob y Jack Toretto. 

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La peor parte, una vez más, se la llevan las mujeres. Mia es "la Toretto poco importante" que no entra en la pelea de gallos y ni que decir tiene que ha debido de resultar irresistible filmar un par de nuevas secuencias de música machacona y tías buenas contoneándose a cámara lenta a las que se trata peor que al ganado (de ellas se dice habla como posesiones "en nómina"). Otra vez cosificadas al extremo, por más que con un giro con cameo de Cardi B. incluido se quiera dignificar la aberración. Compensa algo ver cómo el personaje de Nathalie Emmanuel se resarce creciendo un poco dentro del grupo y saliendo de su área de confort. Y también se ha resuelto con elegancia la ausencia de Paul Walker en un momento en el que se busca la complicidad con el espectador.

En resumidas cuentas, con Fast & Furious 9 estamos ante una pieza de entretenimiento puro y duro en el que no os van a faltar derrapes, vuelcos espectaculares, explosiones y conspiraciones de alto nivel (además de todo el postureo del mundo y muchas miradas intensas). Solo introduciendo en la trama un agujero de gusano y fichando Christopher Nolan como director conseguirían sorprendernos en el futuro: el resto de locuras que se les ha pasado por la cabeza a los guionistas, ya se ha hecho realidad.