Crítica de Feedback, el asfixiante thriller de Pedro C. Alonso

El director de publicidad Pedro C. Alonso debuta en el mundo del largometraje con una historia que él mismo dirige y coescribe junto a Alberto Marini (Gomorra). La película Feedback es una producción internacional a cargo de Vaca Films y Ombra Films en la que participa Jaume Collet-Serra como productor.

Se trata de un thriller dramático intenso en el que nos introducimos en una emisora de radio justo antes de que dé inicio un polémico programa de radio titulado “La cruda realidad”. Su presentador, la estrella mediática Jarvis Dolan, ha decidido contar, en un programa especial contra el Brexit, con su compañero Andrew, con quien comparte un pasado de celebridad y excesos.

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Sin embargo, poco antes de que arranque la emisión, el estudio es tomado por dos individuos violentos y armados, que están empeñados en sacar a Andrew la verdad acerca de una fatídica noche en la que cometió el peor error de su vida. Están allí, por tanto, para sacar a la luz un escándalo que podría acabar con la reputación de ambos, pero no de cualquier forma: quieren obligarlos a confesar en directo, de modo que tienen que seguir el guión dictado por los asaltantes convirtiendo el programa en una auténtica pesadilla.

A todas luces, la película Feedback es un descenso a los infiernos en el que varios elementos son explotados con gran precisión, especialmente el espacio y el diseño de sonido. Aunque puede presentar similitudes puntuales con películas como Money Monster, pronto escapa por otros derroteros.

Prácticamente toda la película transcurre en una única localización: un claustrofóbico estudio de radio en el que es muy importante ubicar al espectador. En declaraciones para HobbyConsolas, el director nos ha contado cómo fue ese proceso de documentación exhaustivo para la elaboración de un guión que él mismo califica como "el trabajo más duro" de su carrera. De hecho, tan importante era la definición del espacio que se construyó una maqueta para poder ensayar los movimientos de cámara.

La salida, la pecera y los pocos pero importantes elementos del decorado harán que este social horror thriller se vuelva poco a poco más asfixiante y que vayamos descubriendo todas sus capas: desde el subtexto de la postverdad (la tesis vendría a ser que el pasado es incognoscible, dado que cada personaje tiene su propia versión de los hechos) hasta una pátina de home invasion (algo que veremos explotado de nuevo, pronto, en la esperada película Nosotros) en la que cobra especial impacto el uso del sonido, así como su ausencia en momentos puntuales. De modo tal que la cámara anecoica, también denominada dead room (una habitación diseñada para absorber las ondas acústicas y eliminar el sonido) se convierte en una metáfora perfecta de un silencio que los asaltantes quieren romper y que a los protagonistas les conviene mantener a toda costa.

La omnipresencia de los relojes, la amenaza de salir en directo y la paradoja de estar encerrado en un medio de comunicación masivo contribuyen a crear un malsano caldo de cultivo para la acción, que poco a poco se vuelve más densa e impactante con picos de violencia que harán que más de dos se estremezcan en la butaca.

Feedback es bastante afilada, a pesar de ser una película pequeña y en apariencia sencilla. No hay decisión de casting tomada a la ligera: Ivana Baquero (El laberinto del Fauno) vuelve a dar muestras de ser una excelente y versátil intérprete y Eddie Masan se deja la piel junto a Paul Anderson, por no hablar de sus acosadores Richard Brake y Oliver Coopersmith, que sufre una caracterización extrema para su papel.

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La elección de ambientes cromáticos también que constata que la carrera de Pedro C. Alonso tiene una potente raíz en el mundo de la publicidad: las luces rojas, la cámara anecoica amarilla, la frialdad azulada del estudio... La forma de teñir la imagen y de jugar con los puntos de vista muestra su predisposición a no dejar de sorprender al espectador y tenerlo "cautivo" de principio a fin.

Desde luego, Feedback es un thriller lo suficientemente interesante como para no perderlo de vista de cara a nuevos proyectos. No en vano, se autodenomina un "espectador voraz" que quiere evitar a toda costa los caminos fáciles y trillados y las respuestas simples y su forma de demostrarlo es cristalina: esta película tiene mucha enjundia y generará debate al estar de rabiosa actualidad.