Crítica de The Gentlemen, la nueva película de Guy Ritchie

El simple hecho de que se estrene una película de Guy Ritchie es ya motivo de celebración porque tiene un sello autoral muy reconocible y unas cuantas películas en su filmografía para enmarcar. Y eso, a pesar de que su último trabajo nos dejó a más de dos desconcertados... No es que su nombre se nos viniera a la cabeza de primeras para dirigir el remake en acción real de Aladdin...

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Ahora, para la película que nos ocupa, The Gentlemen (Los señores de la mafia), recupera el estilo, los temas y la garra de sus mejores trabajos mostrando una serie de líos relacionados con las mafias que pretenden repartirse el pequeño imperio británico de la marihuana y retratando a toda una serie de flora urbana de lo más dispar.

La película narra la historia de Mickey Pearson, un expatriado estadounidense que ha levantado una lucrativa industria alrededor de la marihuana en Londres. Cuando se corre la voz de que pretende deshacerse del negocio, una serie de pintorescos, aunque indudablemente deshonestos personajes harán lo posible, mediante complots, sobornos y chantajes, para arrebatarle a Mickey sus dominios.

Hablar de The Gentlemen nos obliga a centrar buena parte de nuestra atención en el repartazo que pone en pie la película y que incluye a algunos personajes directamente memorables. Matthew McConaughey, Charlie Hunnam, Henry Golding, Michelle Dockery, Jeremy Strong, Colin Farrell, Hugh Grant y Eddie Marsan son algunos de los pesos pesados que se reparten el tiempo en pantalla, siendo Farrell y Grant quienes dan más muestras de habérselo pasado pipa durante el rodaje.

A McConaughey también hacía tiempo que no lo veíamos en un papel tan sólido tras un impás de dos años en películas menores y parece demostrar así que vuelve al ruedo de los papeles hechos a su medida.

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Divertida, juguetona y con bastante mala baba, además de mucho metalenguaje, la película ofrece exactamente lo que el espectador espera ver, de modo tal que no se le pueden poner excesivos peros ni al qué ni al cómo, salvo, eso sí, que no os encontrareis con una trama en exceso original, sino más bien contada de una forma lo suficientemente enrevesada como para no servíroslo todo en bandeja y obligaros a estrujaros las meninges.

Por supuesto hay cierto gamberrismo muy de agradecer, así como ciertos toques paródicos respecto a tribus urbanas y el modus operandi brutal de las mafias que terminan en situaciones muy cerdas (ya sabréis a qué nos referimos cuando la veáis). Ni que decir tiene que la corrección política le trae sin cuidado...

Así, hay que destacar otros aspectos de la película como el diseño de vestuario, las caracterizaciones y, cómo no, la definición de los espacios. Nada es baladí en la puesta en escena (con toques que apuntan directamente a Trarntino) y, por supuesto, cada pequeño detalle que en un principio podría parecer insustancial, acaba por convertirse en relevante para la trama.

De la acción tendríamos también que dar algunas pinceladas, porque si en algo es experto Ritchie es en persecuciones... En esta película hay varias excelentes protagonizadas por Hunnam que os pueden traer a la cabeza su trabajo en Rey Arturo. 

The Gentlemen hace honor a su título y apenas muestra a mujeres en pantalla, ese pastel se lo come prácticamente solita Michelle Dockery (Downton Abbey), y lo hace de maravilla, la verdad, mostrándose poderosa o vulnerable en función de lo que requiera la ocasión.

Hay quien opina que Ritchie ha rodado esta película "con el piloto automático", pero hay que reconocer que incluso así, sigue siendo uno de sus mejores trabajos recientes y que, reclamando como su propio territorio el género de los gángsters de poca monta, no hay quien le pueda disputar el cargo, sobre todo si lo hace con semejante elenco...