Crítica de The Guest con un Dan Stevens enigmático

¡Qué grata sorpresa supone ver The Guest! Si conoces la trayectoria del director Adam Wingard puede que lleves ciertos prejuicios a la sala de cine. Y es que suele desenvolverse en el género del terror como pez en el agua como ha demostrado en ocasiones anteriores. Baste citar su participación en las corales V/H/S, The ABC's of Death, V/H/S 2 o las individuales A Horrible Way to Die o Home Sick.

Ya en su día hablamos de otra peli bien curiosa Tú eres el siguiente que también resultaba refrescante. En esta ocasión vuelve a hacer tándem con el guionistaSimon Barrettpara narrarnos la irrupción de un personaje muy peculiar, David (Dan Stevens), en una clásica familia estadounidense.

Él es perfecto soldado patriota que se presenta en la casa de uno de sus compañeros fallecidos en Afganistán. Demasiado perfecto, de hecho. Tras presentar sus respetos a la familia, es invitado por ésta alojarse en su casa durante un tiempo y a partir de ese momento veremos cómo se desenvuelve con cierta aprensión.

Nos hallamos ante el prototipo de hombre ideal: fuerte, sexy, decidido, encantador y siempre tiene las palabras justas en la boca... Pero... ¿qué hay detrás de esa sonrisa? Los Peterson lo van a descubrir, muy a su pesar. 

Wingard juega con acierto en The Guest con muchos ingredientes con los que recrea una atmósfera ochentera: desde las luces saturadas hasta la música, la caracterización de los personajes o los tiros de cámara. Y la traca final con la deslumbrante puesta en escena y un par de giros dramáticos es de lo más disfrutable.

Además coquetea con el espectador dejándolo siempre dos pasos por detrás de los acontecimientos y escamoteándole información, con lo que consigue mantener el interés y la curiosidad de principio a fin, permanentemente al filo de la sospecha.

El sólido casting resulta más que convincente y Dan Stevens disfruta encarnando a su gamberro alter ego en la ficción y jugando con el resto del elenco en el que también destaca la icónica figura de Maika Monroe a la que también vimos en The Bling Ring.

Quién lo ha visto y quién lo ve ahora en The Guest, por cierto, si tenemos en la retina otros trabajos suyos como el de Downton Abbey, Sentido y sensibilidad o El quinto poder... Su transformación física es apabullante y su magnetismo conjugado con el tono casi cómico que rezuma el guión lo convierten en inquietante e hilarante a partes iguales (buenísimos los puntazos de la ducha, el barril de cerveza y similares).

Vaya por delante que The Guest es un delirio de principio a fin, una subversión del sueño americano y que, por intrascendente que pueda parecer (que la revisen quienes hayan percibido como un mero pasatiempo), tiene algo en su venenoso corazón de crítica social al orden establecido. 

Lo mejor de todo es que viene envuelto en una estética subyugadora, nostágica e hipnótica y con un sentido del humor tan ácido como el de una fresca manzana que es digna de ser mordida. Es hora de sucumbir y condenarse.