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Crítica de Kidding, serie de Michel Gondry protagonizada por Jim Carrey

Kidding
¿Te apetece una comedia atípica? Te contamos qué nos ha parecido Kidding, la serie de Michel Gondry protagonizada por Jim Carrey y Judy Greer que puedes ver ya en Movistar + a razón de un episodio por semana.

Ya podéis ver en Movistar + "El verde es el color de arrancar", el primer episodio de Kidding, una serie dramática con toques de humor negro dirigida por Michel Gondry. Esta semana hemos asistido a una polémica de lo más curiosa: uno de los guionistas de Barrio Sésamo, Mark Saltzman, explicó que su relación de pareja influyó en la forma en la que se relacionaban los personajes de trapo Epi y Blas. Dicho de otra manera, que en su mente eran una pareja homosexual. Explicó, con total naturalidad: "cuando escribía Epi y Blas, cuando pensaba en ellos, eran pareja. No tenía otra forma de concebirlos, de contextualizarlos".

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Es más, aunque no era la intención definitiva del guionista, ha confesado que muchos de los aspectos de su relación de pareja acababan reflejados en las historias que protagonizaban las dos famosas marionetas: "Arnold [su pareja sentimental], como editor de cine, era el ordenado, el organizado, como Blas. Yo era más como Epi, el bromista. [...]. El trastorno obsesivo compulsivo de Blas creaba fricción con lo caótico que soy yo. Y esa es la dinámica de Epi y Blas. Llevé esa dinámica a los personajes, claro". 

A raíz de esas declaraciones, Frank Oz, el legendario creador de marionetas y responsable de concebir a Epi y Blas, ha respondido en Twitter, aclarando que le parece bien que Mark Saltzman los perciba como una pareja gay, pero que los personajes no fueron creados con identidad de género alguna. Simplemente, son amigos. ¿Por qué me remito a este suceso para hablaros de la crítica de Kidding? Porque muy pronto vais a daros cuenta de hasta qué punto tienen cosas en común la realidad y la ficción.

Jim Carrey interpreta en la serie a Jeff Piccirillo, un hombre que trabaja en un show infantil dando vida a Mr. Pickles. A pesar de vivir una edad dorada en su carrera televisiva, siendo un personaje público querido por todos por su bondad, sabiduría y amabilidad, en su vida personal todo parece desmoronarse.

El trágico fallecimiento de uno de sus hijos precipita el fin de su matrimonio y, aún en fase de duelo, se ve conminado a hacer algo más por los millones de niños que ven su programa: hacerles ver que la muerte forma parte de la vida y ayudarlos así a prepararse para algo que puede suceder en su entorno inmediato en cualquier momento. 

Enseñarlos, en un programa especial e íntimo rodado con público en directo, a pedir ayuda y a afrontar la pérdida, ya que todo el mundo parece exigirle que siga siendo, incluso en su plano personal, el mismo que en su pequeño imperio audiovisual. Jeff necesita conciliar a su yo íntimo y su alter ego, sentirse útil y demostrar así a todo el mundo, a su propia familia, que sufre y no es indolente ante los cambios que se están produciendo en su vida. 

Los niños saben que el cielo es azul, lo que no saben es qué hacer si se les cae en la cabeza

Y llegados a este punto es cuando podemos poner en común el mundo creado para la serie por Dave Holstein y el nuestro propio. Parece que, indefectiblemente, existe la tendencia a tratar a los niños con cierta condescendencia: los adultos somos los encargados de formarlos y también tenemos la gran responsabilidad de escoger a qué estímulos los exponemos.

Ciertos programas de televisión son uno de los más importantes: aprenden idiomas, los colores, los números e incluso pautas de comportamiento. Pero ¡ay, si en ellos se cuela algún contenido que se considere inapropiado! ¡Ay, si vemos en las marionetas identificación de género! ¡Ay, si se tratan "temas feos" que pueden herir la sensibilidad de los pequeños espectadores! Pero, ¿acaso ellos no sienten la pérdida cuando fallece un familiar o amigo, cuando son obligados a cambiar de colegio o a marcharse de lugar? ¿Acaso no tendrán que lidiar con sus propia percepción de género? ¿No llegará un momento en el que descubran su sexualidad? 

Queremos a los niños callados, pero primero dejan de hablar y luego salen en los sucesos

La grandeza de Kidding es la que nos propone una dicotomía entre la realidad y la ficción, que es la misma que padece en sus propias carnes Jeff/Mr. Pickles. Y en general, todo el show... Nadie nos dijo que Epi y Blas eran "hombres" de trapo, pero es que da igual lo que hubiera debajo de sus pantalones y lo que hicieran juntos al apagarse las luces del estudio... Si representaban a seres humanos como lo hacían Espinete o Caponata (no he visto nunca un puercoespín gigante rosa ni una gallina enorme y amarilla charlando), ya que eran versiones antropomorfas de animales reales, ¿por qué nos rasgamos las vestiduras porque su guionista sea gay y haya contado una anécdota tan bonita como ésta en la que descubrimos que su vida real se colaba en los guiones? ¿Qué hay de malo hablar con un niño sobre la muerte o el sexo sin tratarlo como si fuera idiota? ¿Qué tal si en lugar de tratar de aleccionarlos compartimos con ellos nuestra ignorancia?

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Michel Gondry es especialista en mostrar la desazón de una ruptura amorosa como ya demostró con el propio Carrey, trabajando a sus órdenes en ¡Olvídate de mí! y nos lo devuelve a la pequeña pantalla sacando de él una interpretación memorable en la que se mezcla el tono cómico-patético y el dramático. Muchos encontrarán en esta elección de casting un acicate para ver la serie, habida cuenta de que la fatalidad también tocó la vida del intérprete cuando se suicidó su novia, procurándole un depresión con la que aún parece estar lidiando.

Kidding
Showtime

En suma, otra vez Kidding parece sobrepasar la línea de lo factible para desnudar al personaje y mostrarnos al hombre que hay debajo y desnudarlo de nuevo para descubrir al actor, como si de una muñeca matrioshka se tratara. ¿Llegaremos al corazón en el último episodio? En unas semanas lo sabremos: de momento Movistar + ha lanzado ya sus dos primeros episodios, así que solo restan ocho, que irán llegando cada miércoles a la plataforma. 

Solo con dos vistos, la serie deja bien claro que va a hacernos pensar, y mucho, sobre lo poco ejemplares que somos los adultos y lo perdidos que podemos llegar a estar... Por no hablar de la disfuncional la forma en la que nos relacionamos en no pocas ocasiones. Ganas de ver más, aunque haya momentos realmente sórdidos que nos acentúan ese contraste entre la imagen que proyectamos o que deseamos proyectar y lo que se cuece dentro de nosotros mismos (que se lo digan al propio Carrey). Por cierto, ¡empezar con los cameos de Conan O'Brien y Danny Trejo es un puntazo! ¡Y Uke-Larry genera un amor instantáneo!

VALORACIÓN:

Michel Gondry, el director de películas como Olvídate de mí o Rebobine, por favor, dirige su primera serie de televisión con su característico estilo y una muy buena mano para reconciliarnos con la vis tragicómica de Jim Carrey.

LO MEJOR:

El guión tiene frases lapidarias y el personaje principal es tan humano y entrañable que es muy fácil engancharse a la serie.

LO PEOR:

Kidding rebosa excentricidad: si esto te repele o si no eres fan de Jim Carrey es probable que te resulte cargante.
Hobby

85

Muy bueno

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