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Crítica de Leaving Neverland, el polémico documental sobre Michael Jackson

Leaving Neverland
Leaving Neverland es un documental de 4 horas filmado por Dan Reed para HBO, en el que James Safechuck y Wade Robson narran los supuestos abusos sexuales a los que Michael Jackson les habría sometido a finales de los años 80 y principios de los 90. Tras su paso por el Festival de Cine de Sundance, se emitirá en Movistar + vía #0 el 9 y el 10 de marzo de 2019.

Antes de empezar a escribir la reseña de Leaving Neverland, creemos que conviene realizar una apreciación: no vamos a juzgar ni el legado de Michael Jackson como artista ni la veracidad de los hechos relatados en este documental, dado que ninguna de las dos cosas nos compete en este análisis.

En otras palabras: tras ver Leaving Neverland, no vamos a deciros qué pensamos que deberíais hacer con sus discos ni mucho menos vamos a ser tan ingenuos o tan ambiciosos como para dar por supuesto que conocemos toda la verdad acerca de una cuestión que ni siquiera ha conseguido dirimirse satisfactoriamente en los tribunales y que persiguió como una sombra funesta al cantante en vida y también tras su muerte.

No tenemos una máquina del tiempo para viajar al pasado, no tenemos evidencias físicas que corroboren los testimonios que aporta este documental y el director es un hombre muy consciente de esta tesitura, de ahí que adopte un enfoque lo más aséptico posible para dejar que sean los espectadores quienes saquen sus propias conclusiones.

Entrar y salir de Neverland

En entrevistas personales, James Safechuck y Wade Robson narran sus experiencias y la forma en la que Michael Jackson los habría embaucado tanto a ellos como a sus familias, permitiéndoles acceder a Neverland, su rancho descrito como "un Paraíso terrenal".

Allí, los progenitores de los niños habrían bajado completamente la guardia y permitido que sus hijos disfrutaran de su complicidad con la estrella mediática, comiendo chucherías, montando en atracciones, visitando su zoo y su sala de cine, pero también multitud de alcobas secretas en las que el cantante habría perpetrado sus abusos. Ambos hablan de un patrón muy similar, con una alta dosis de afectividad, ausencia de violencia y una fuerte vinculación emocional. Hablar antes del tema, dicen, habría sido una deslealtad que además les habría separado de su ídolo, que les indicaba que esa era una manera más de demostrarse su amor.

En el documental aparecen también Macaulay Culkin y Brett Barnes, el primero en la grabación de un anuncio con Jackson y en las fotos incautadas en un registro policial en Neverland y el segundo de gira con el "rey del pop", aunque se especifica que ambos se han mantenido firmes en su postura de que Jackson no tuvo con ellos un contacto inapropiado. La segunda parte de Leaving Neverland aborda los juicios y el posicionamiento de ambos por aquel entonces, además de narrar el impacto en la familia de sus respectivas relaciones con el artista.

Pero, por encima de todo, como su propio nombre indica, trata del desengaño: del momento en el que se le cae a uno la venda de los ojos, que es a la postre la intención del documental. Neverland es el lugar en el que los niños nunca crecen, pero es un lugar ficticio. ¿Qué sucede cuando un niño se convierte en un adulto? ¿Qué pasará si algún día se consigue demostrar que los hechos que relatan estos dos hombres son ciertos?

Reed no se cuestiona si Michael Jackson era un pedófilo, sino que lo da por hecho desde el principio, sirviendo de altavoz a dos personas que dicen haber sido sus víctimas durante su infancia y adolescencia. Ellos son los verdaderos protagonistas, con su relato de primera mano y los testimonios de sus familias y no hay espacio para la especulación o el sensacionalismo: no se ahonda en la personalidad de Jackson, su infancia y los resortes que lo habrían llevado a realizar este tipo de prácticas. Ni se lo acusa, ni se lo justifica, ya que como realizador el narrador trata de disolverse lo máximo posible. Respecto a las imágenes que ilustran las palabras, hay material de archivo, como los planos de Neverland y fotografías del rancho, así como materiales aportados por las propias familias, cartas, faxes, vídeos caseros, regalos... Con ellos, tratan de explicar la excepcionalidad de su relación con él, así como su profundo desencanto cuando se sintieron "reemplazados" por otros semejantes como "favoritos" del artista, que periódicamente introducía nuevas amistades en su vida.

Leaving Neverland
HBO

Por qué ahora

Uno de los argumentos de los detractores de Dan Reed es que a lo largo de los años ha habido contradicciones en los testimonios de James Safechuck y Wade Robson. Aquí hay que hablar de un doble conflicto: el emocional e íntimo de ambos y el social. Es evidente que la sensibilidad hacia este tema ha cambiado a lo largo de los años y es inevitable ver que gracias al caso de Harvey Weinstein y al movimiento #MeToo ha sido posible que se genere un caldo de cultivo apropiado para que estos testimonios salgan ahora a la luz. Y que lo hagan de esta forma tan clara y directa: llamando a cada cosa por su nombre y dando numerosos detalles al respecto (espeluznantes, por cierto, dan mucho más miedo que cualquier película de terror).

En el programa de Oprah Winfrey que se emitió a continuación del documental Leaving Neverland, Robson además explicó que en el momento en el que testificó como defensor de Jackson en 2005 ni siquiera tenía conocimiento de que lo que él había vivido era una situación de abuso, algo que concuerda con la forma en la que narra sus encuentros sexuales con el artista, con quien parecía tener una relación amorosa que iba más allá de lo corporal. Safechuck, por su parte, contó que durante mucho tiempo se odió a sí mismo sin saber por qué, hasta que tuvo conocimiento de una entrevista a Wade que le abrió los ojos. Robson, además, expresó que ser padre fue el detonante para hablar, dado que comprendió perfectamente hasta qué punto era vulnerable en el momento de los abusos.

Leaving Neverland
HBO

Respecto al trabajo pendiente, ambos admitieron tener una relación distante con sus respectivas madres, con las que les cuesta comunicarse, dada la situación. No saben si podrán perdonarlas por permitirles pasar tanto tiempo a solas con un adulto y, por tanto, por su permisividad a la hora de exponerles a un peligro evidente.

Y después, ¿qué?

Leaving Neverland no es una película difamatoria, por más que pueda resultar tentador tacharla con este adjetivo sin pensar demasiado. Ni siquiera sus presuntas víctimas parecen haberse zafado del cegador brillo de la estrella. Una de las cosas que predispone al espectador a creer lo que está viendo y escuchando es el hecho de que, a pesar de las contradicciones en las que han incurrido a lo largo de los años, ambos protagonistas accedieron a participar en el documental sin percibir nada a cambio y tras agotar la vía legal allá por 2013. A pesar de que están a punto de cumplirse diez años desde la muerte de Michael Jackson, parece que siguen estando en una posición delicada en la que es más probable que tengan las de perder.

Ha habido un verdadero terremoto mediático en torno a este documental sobre Michael Jackson: la familia intentó de todas las maneras posibles bloquear su estreno en Sundance, algo que acabó ocurriendo a pesar de sus injerencias. Tras su lanzamiento, en Estados Unidos no se ha hecho esperar una demanda hacia HBO, la productora... pero no por calumnias, dado que Jackson ya ha fallecido, sino por incumplimiento de contrato. Al parecer, HBO fue la encargada de grabar el evento Michael Jackson in Concert in Bucharest: The Dangerous Tour (1992), y en ese momento se firmó un contrato en el que se especificaba que la compañía no podría, de ahí en adelante, "hacer comentarios despectivos con respecto al artista o cualquiera de sus representantes, agentes o prácticas comerciales, ni realizará ningún acto que pueda dañar, desacreditar o hacer que la reputación o imagen pública del intérprete quede perjudicada". Por tanto, y basándose en la resolución de la sentencia como "no culpable" de Michael Jackson, la familia entiende que HBO está desacreditando al artista con este documental y rompiendo dicho acuerdo.

Leaving Neverland
HBO

Mientras esto se aclara, la decepción generalizada ha sido también mayúscula: ha habido numerosas estaciones de radio en Canadá y Estados Unidos que han retirado sus temas musicales y el creador de Los Simpson Matt Groening y los productores ejecutivos James L. Brooks y Al Jean han tomado la decisión de retirar el episodio 3x01 de la serie de animación titulado "Papá, loco de atar" en el que participó Michael Jackson. Digamos que la polémica ha sido análoga a la que acompañó a Ridley Scott cuando decidió eliminar el trabajo de Kevin Spacey de Todo el dinero del mundo cuando fue acusado de abusos sexuales y decidió rodar de nuevo sus secuencias con Christopher Plummer en su lugar, con la diferencia de que, al producirse esta "repudia colectiva" de forma póstuma, la glorificación del ídolo es tal que se ha polarizado por completo la opinión pública. Hay quien considera que es uno de los casos en los que hay que "amar al artista y odiar al individuo", hay quien no consigue separar ambas facetas y hay quien se posiciona de forma impertérrita a favor de la estrella y lo defiende con fervor.

Como espectadores, independientemente de vuestro posicionamiento previo y posterior, es muy probable que se os remuevan las vísceras y que películas como la sobresaliente The Tale vuelvan a vuestras mentes. Y ojo, que Reed ha dicho estar interesado en realizar una nueva película contando con los testimonios de Gavin Arvizo y Jordan Chandler, el primer niño en acusar al cantante en 1993, así que si dan ese paso al frente, es probable que asistamos a nuevos enfrentamientos en torno a la esquiva figura de un hombre que guardaba inquietantes secretos, como poco.

Hay quien habla de "pornografía emocional", pero nada más lejos de Leaving Neverland: no es una película que busque la lágrima fácil en el espectador, o que trate a las supuestas víctimas con condescencia o que trate de ser el flagelo del escarnio público ante un monstruo. Estamos más bien ante el retrato de una persona enferma a través de la cruda exposición de experiencias indemostrables que puede que se conviertan en el pilar que haga hablar a muchos más y terminen de rasgar el tupido velo que ha venido pesando sobre un artista cuya impronta puede quedar opacada para siempre. 

VALORACIÓN:

Leaving Neverland es un documental centrado en la relación que dos adultos dicen haber mantenido con Michael Jackson en su infancia y adolescencia, en la que se incluyen abusos sexuales. Se trata de un enfoque muy humano en el cual el realizador trata de mostrar la información que tiene de la forma más aséptica posible.

LO MEJOR:

Que aunque se toma su tiempo en el arranque, todos hablan de forma directa y concisa, sin rodeos. No busca el amarillismo ni la difamación.

LO PEOR:

No es algo estrictamente malo, pero os advertimos de que es un documental tremendamente duro que incluso te genera malestar físico.
Hobby

80

Muy bueno

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