Crítica de Molly's Game con Jessica Chastain e Idris Elba
Aaron Sorkin, el guionista de libretos tan complejos y redondos como La red social, Moneyball o Steve Jobs además de series como El ala oeste de la Casa Blanca o The Newsroom, salta a la dirección y lo hace con una película larga que evoluciona como un tiro, sin dejar apenas respirar al espectador. Molly's Game no solo no defrauda sino que hace al espectador utilizar la materia gris, así que bien jugado.
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La protagonista absoluta es Jessica Chastain en el rol de Molly Bloom, una mujer ultraexigente consigo misma que pasó de ser una esquiadora de talla mundial a ser millonaria antes de los 21. Tras perderse los Juegos Olímpicos debido a un desafortunado accidente, decide mudarse a Los Ángeles con la intención de conseguir un trabajo como camarera y disfrutar del cálido clima durante un tiempo antes de ingresar en la facultad de Derecho.
Por un cúmulo de casualidades, Bloom empieza a organizar las más exclusivas apuestas de póker clandestinas en las que participan estrellas de Hollywood, deportistas, empresarios y la mafia rusa. Finalmente encuentra la forma de explotar sus habilidades empresariales.
Durante una década se convierte en la impulsora de este imperio de partidas de póker, hasta que el FBI la investiga por sus posibles conexiones con el crimen. El prestigioso abogado Charlie Jaffey (Idris Elba) es su única posibilidad para librarse de la cárcel.
Sorkin traslada su metodología a la hora de escribir guiones a la dirección de Molly's Game: el montaje es preciso, ágil, brillante y nos lleva a zambullirnos en la vida de una peculiar mujer que busca su lugar en el mundo explotando su talento e inteligencia, bordeando la ley y desafiando la autoridad, eso sí.
Ni que decir tiene que Jessica Chastain adopta el papel con la mayor naturalidad del mundo, haciéndolo suyo desde el primer instante y mostrando toda la evolución psicológica de su personaje que nos lleva desde su juventud hasta el final de un proceso judicial que se deriva de su actividad ilícita. No solo es un thriller bien medido y cargado de ritmo, sino que también desarrolla el drama íntimo del personaje, marcado por una familia de lo más exigente y peculiar.
Puede que haya momentos de la trama que inviten al espectador a perderse un poco... Y no será porque no abunde en explicaciones acerca de lo que está sucediendo, pero sí que es cierto que si no conoces el mundo del póker, tiendes a dejarte llevar sencillamente por la narración. Como sucediera con El caso Sloane, estamos ante una cinta que requiere de toda la atención del público.
Por otra parte, Molly's Game está bien cargada de secundarios de lujo: desde Idris Elba hasta Kevin Costner, Michael Cera, Chris O'Dowd o Graham Greene pero es ella quien en todo momento narra la historia, su historia, basada como no podría ser de otro modo en su propio libro, de título homónimo.
Más anodinos resultan otros ingredientes de este cocktail como la banda sonora de Daniel Pemberton, que me ha sorprendido por su sencillez después del festín que nos brindó el año pasado en Rey Arturo: la leyenda de Excalibur. Quizás la temática no invitaba tanto a la creatividad pero aún así es bastante plano en su trabajo. La suerte.
Molly's Game es por muchas razones un monumento erigido a su protagonista que asume el reto con la profesionalidad que la caracteriza brindándonos un personaje femenino lleno de matices como pocas veces vemos. Diría que hay algo en la película que se estila poco: se toma al espectador en serio presuponiendo que está capacitado para entender algo complejo, algo que se agradece.
Sorkin en suma hace un notable debut aunando su toque comercial con una historia inteligente, absorbente y bien provista de talento. El mensaje queda claro: por muy brillante que seas hay un componente que nunca podrás controlar y que se escapará a tus tribulaciones.
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VALORACIÓN:
Aaron Sorkin se estrena como director con una película vibrante y cargada de adrenalina en la que cuenta la historia real de una mujer cuyo destino cambia abruptamente tras un accidente.LO MEJOR:
Chastain, tan arrolladora como siempre brindándonos un papel femenino memorable. Sorkin demuestra tener un gran talento dirigiendo a sus actores.LO PEOR:
Hay momentos que pueden resultar confusos por la prolija retahíla de explicaciones que da el guión acerca del póker. Los diálogos son vertiginosos.80
Muy bueno