Crítica de La monja guerrera, la adaptación del cómic que reparte hostias (consagradas) en Netflix
Netflix sigue potenciando su catálogo de series. La plataforma de streaming sabe que su contenido original es su mejor arma para hacer frente a la competencia ante la guerra del streaming, donde los grandes estudios pueden jugar la baza de retirar los derechos de retransmisión al resto de plataformas en lo que a sus producciones se refiere, dejando grandes películas y series únicamente en la plataforma del estudio que la produjo.
Ante esta línea, Netflix ha lanzado el 2 de julio de 2020 la nueva serie basada en cómics titulada La monja guerrera. Se trata de una adaptación de los cómics titulados Warrior Nun Areala, escritos en la década de los 90 por Ben Dunn y que en su momento creó bastante crispación en ciertos círculos religiosos.
Hoy en Hobby Consolas, os contamos lo que nos ha parecido la primera temporada de La monja guerrera, que como decimos, ya está disponible en Netflix. Benditos seáis quienes leáis la crítica.
Con la Iglesia hemos topado
No hace falta ser un erudito para darse cuenta, con solo leer el título de la serie de Netflix, que La monja guerrera va a tocar la fibra religiosa de más de uno. La serie no se cortará un pelo en tirar de ciertos estereotipos eclesiásticos, y sacar a la luz determinadas polémicas en torno al clero de la Iglesia Católica. No es la primera ver que un cómic, y sus adaptaciones cinematográficas o televisivas, usan las conexiones con la iglesia y sus símbolos. Se nos vienen a la cabeza series como Lucifer, o casos como el de Constantine.
Dentro de los estereotipos, cabe la pena destacar que la gran mayoría de la primera temporada de La monja guerrera se ha rodado en España. Más concretamente en Andalucía. Localidades como Málaga, Ronda, Sevilla y su Alcázar, Antequera y Almodóvar del Río aparecen en la serie. Claro que existe cierta fijación por mostrar España como un país anticuado en muchos de los planos. La serie también cae en la trampa de los tópicos españoles, fiesta, playa y comida. Aunque se compensa con la posibilidad de hacer brillar algunas perlas de nuestro patrimonio.
Reza todo lo que sepas
Al igual que otras series que tocan el tema del ocultismo y el misticismo, La monja guerrera girará en torno a un extraño artefacto conocido como el Halo, que es en esencia la aureola de un ángel desaparecido y que confiere a la monja que lo lleva capacidades y poderes sobrehumanos. En otras palabras, si tienes el Halo, básicamente eres una superheroína. Bendecida por Dios, eso sí. Por supuesto, cuando el Halo llega a Ava Silva (Alba Baptista) en circunstancias de lo más especiales, pronto se verá que, más que una bendición, también puede ser lo contrario.
El elenco principal de La monja guerrera nos va a dejar algunos personajes cañeros que tendrán sus momentos de gloria (in excelsis Deo). Probablemente la más cañera de todas, y la que más ha conseguido engancharnos a la serie, es la conocida como Mary Escopetas (Tonya Turner), quien no solo no tiene pelos en la lengua, sino que va acompañada de aquello que le presta el apodo. También tenemos a la hermana Beatrice, interpretada por Kristina Tonteri-Young y que es lo más parecido a un crossover entre monja y ninja. Con shuriken y kunais incorporados.
El Maligno siempre acecha
El ritmo general de la serie es bueno, y tiene buenas dosis de acción y momentos en los que se permite tomarse un respiro para parodiarse a sí misma. Algunos personajes nos van a encandilar más que otros, pero es algo inevitable en este tipo de series. De hecho, el personaje de Ava Silva, la protagonista de esta adaptación de los cómics de Ben Dunn, no será ni de lejos el personaje favorito de muchos de los que vean la serie, que se decantarán por algunas de sus compañeras.
Hay cierta trama que, pese a cumplir su objetivo en la serie, se corta de forma tan repentina que nos hace dejar de comprender por qué el showrunner le dedicó tanto tiempo en los primeros episodios de La monja guerrera. Por otro lado. Hay que tener presente, y esto que viene es un spoiler del final, así que dejad de leer en este párrafo y saltad al siguiente si no habréis terminado la serie, que esta primera temporada no es autoconclusiva. La temporada concluirá cuando se va a liar realmente parda, así que, salvo que funcione muy mal, tendremos noticias de una segunda temporada de La monja guerrera.
Se trata de una serie divertida, a veces demasiado cómica, con muchas referencias a la cultura pop en sus comentarios que también se fuerzan en ocasiones. Sin embargo es muy entretenida, tiene ritmo para no perder el hilo con escenas largas y aburridas y, como hemos mencionado, abunda en acción. Eso si, no esperéis que innove o que esté a la altura de otras adaptaciones de cómics como The Umbrella Academy. Pero ciertamente merece la pena echarle un vistacillo a La monja guerrera en Netflix.
¿Os gustan las series de este rollo con mezclas de ocultismo y similares?
VALORACIÓN:
Esta nueva adaptación de cómics a serie de Netflix nos mete de lleno en una guerra sagrada por controlar una reliquia sacra que otorga a su portadora un poder descomunal. Gran ejecución, pese a algunas carencias.LO MEJOR:
Las escenas de acción. Algunos personajes apelan al lado más salvaje de los espectadores.LO PEOR:
Explota algunos estereotipos en muchos sentidos. Algunos personajes que parecen ser relevantes carecen de peso real.76
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