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Crítica de No culpes al karma de lo que te pasa por gilipollas

No culpes al karma de lo que te pasa por gilipollas
Crítica de No culpes al karma de lo que te pasa por gilipollas, comedia romántica dirigida por María Ripoll basada en la novela homónima de Laura Norton y protagonizada por Verónica Echegui, Álex García, David Verdaguer, Alba Galocha, Cecilia Freire, Elvira Mínguez y Jordi Sánchez. En cines a partir del viernes 11 de noviembre de 2016.

¿Qué pasa si metemos a Amelie Poulain y a Bridget Jones en una coctelera? Pues que agitando bien nos sale la protagonista de No culpes al karma de lo que te pasa por gilipollas, una película basada en la novela homónima de Laura Norton. Es decir, una mujer enamorada del amor, metepatas, indecisa, controladora y prototipo ideal para una comedia romántica que sin reinventar la rueda (el género da hasta donde da) sí que consigue, al menos en su primer tercio, arrancarnos alguna que otra risa.

Sara (Verónica Echegui) es una joven que culpa al karma de su mala suerte: su pareja se ha mudado a Londres durante un año, su negocio de moda basado en las plumas como materia prima se hunde y sus padres han decidido divorciarse. Lo peor de todo, sin embargo, es que su hermana ha decidido casarse con un famoso cantante que para su sorpresa, es el gran amor de su adolescencia.

Dirigida por María Ripoll (Ahora o nunca), cuenta con un guión coescrito por Carlos Montero (Combustión) y Breixo Corral (Anacleto. Agente Secreto, Tres bodas de más) que respeta la mayor parte del tiempo la novela original, exceptuando el arranque y la conclusión de la trama.

Secundarios tanto o más importantes que los protagonistas

Es bastante probable que el espectador medio que vaya a ver No culpes al karma de lo que te pasa por gilipollas se mueva entre la simpatía y el rechazo hacia la protagonista: tiene líneas de guión delirantes que la llevan a bascular entre el idealismo y la mayor de las practicidades y sin duda Verónica Echegui le echa ganas a la interpretación tratando de darle tridimensionalidad a su excéntrico rol, pero también tiene cierta cualidad petarda que espanta un poco.

Lo mismo sucede con la mayoría de los personajes, que son bastante estereotipados: el guapo intenso, el indeciso patológico o la hermana egoísta.

Pero los secundarios son harina de otro costal y levantan el tono cómico en varios momentos. Tenemos por un lado a los padres de Sara, interpretados por dos Elvira Mínguez y Jordi Sánchez y por otro a su mejor amiga, una desternillante Cecilia Freire.

No culpes al karma de lo que te pasa por gilipollas

Estética cuidada, historia archiconocida

Gracias al color y a cierta cualidad cálida de la fotografía, se aprecia un esfuerzo por dotar a la película de un aspecto visual propio y de tratar a los personajes, un tanto atolondrados, casi como caricaturas. Esto hace que "todo valga", ya que nada parece tener consecuencias reales.

Nada parece afectarles de veras ni respecto a los demás ni respecto a las relaciones que se establecen entre ellos mismos, así que en general el tono es bastante infantiloide. Como si todos fueran eternos postadolescentes.

No culpes al karma de lo que te pasa por gilipollas

En el fondo, si rascamos un poco y no nos quedamos solo con la historia, que roza lo simplón, sí que se aprecia cierto vacío existencial, un desconcierto que contextualiza la estética hipster y que hace de lo hortera, como una pajarita de plumas, algo no solo actual sino hasta artístico.

Ahí está una de sus principales virtudes: reivindica bien la diferencia, el ir a contracorriente. Y de paso desmitifica el amor adolescente aunque al final "vuelva al redil" y no le dé opciones a la protagonista de armarse con todas sus plumas para emprender el vuelo. Supongo que el lastre para arriesgarse en ese sentido es el material original que no habrá dado para tantas licencias. 

Ligera como una pluma

No culpes al karma de lo que te pasa por gilipollases una cinta de entretenimiento y humor, y sí que te hace reír y te hace pasar el rato, pero con altibajos. El arranque es muy prometedor, pero la película se estanca un poco cuando entra en juego la comedia física y, sobre todo, en los impases finales en los que un viaje a China rebaja el ritmo de los gags y rompe la dinámica de la película.

No culpes al karma de lo que te pasa por gilipollas

Los que me leáis a menudo ya sabréis que la comedia romántica es un género que me parece tan manoseado que en general se me atraganta bastante. He de decir que el humor canalla de esa película hace que sobresalga por encima del aprobado pero ni hay profundidad en sus planteamientos ni redención para los personajes que van exactamente hacia donde te esperas desde el primer momento. Y el envoltorio musical tampoco ayuda demasiado, por cierto.

VALORACIÓN:

Comedia romántica basada en la novela homónima de Laura Norton. Cuenta con momentos puntuales hilarantes, pero no deja de ser más de lo mismo.

LO MEJOR:

Las interpretaciones de algunos secundarios y lo que parecen ser improvisaciones de Cecilia Freire. El humorcillo canalla del comienzo.

LO PEOR:

El exceso de azúcar, el arco de China y que María Ripoll desperdicie su talento este género del que tan poco se puede rascar. Snif.
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