Crítica de ¡Nop! - Jordan Peele vuelve a sorprender con una cinta de terror original

Ver el nombre de Jordan Peele en un cartel de cine se ha convertido ya en un sello de calidad por una parte y de originalidad por otra. Ir a ver una de sus películas es un acto de rendición: te abandonas en la sala de cine al torrente de imágenes y sonidos sin tener ni idea del lugar al que te llevará cada vez.

Ha conseguido esto con solo tres películas: Déjame salir, Nosotros y¡Nop!, la cinta que hoy nos ocupa y que, sin ambages, no es la mejor, aunque sí todo un viaje alucinante a lugares inexplorados.

Y es que la película tiene esa combinación de elementos que tan bien maridan en sus manos: el terror que emana de lo desconocido (con un poso claramente lovecraftiano esta vez), un macabro sentido del humor y un subtexto que sirve para reivindicar a la población negra estadounidense, cuya presencia en su historia reciente parece haberse disuelto.

¿De qué trata ¡Nop!?

No os vamos a destrozar las sorpresas, pero sí a daros unas líneas generales del argumento, sin entrar en demasiado detalle. Nos desplazamos a un remoto pueblo del interior de California para visitar un rancho que se dedica a criar caballos que se utilizan después en el rodaje de películas.

Un buen día, un extraño fenómeno origina una suerte de lluvia de objetos que terminan con la vida del padre de nuestro protagonista, OJ Haywood. Muy a su pesar, tiene que hacerse cargo del negocio familiar, aunque es su hermana Emerald la que tiene la labia para convencer a sus clientes para que sigan siéndolo.

Lamentablemente, el negocio se resiente y OJ no tiene más remedio que deshacerse de sus preciados corceles vendiéndoselos a un feriante local, que cada semana realiza un misterioso número con el que atrae a multitudes cada vez mayores y al que ha titulado "La llamada de Júpiter".

Obsesionado con la idea de que algo les acecha desde el cielo, OJ y Emerald decidirán grabar el cielo instalando una red de cámaras y contactando con un director de fotografía de grandes ínfulas artísticas al que le apasiona la naturaleza.

Calidad bestial de imagen y sonido, ¿pero el "qué" está a la altura el "cómo"?

Como ya explicó el propio Jordan Peele antes del estreno de la película en Estados Unidos, donde lleva ya semanas estrenada, quería que su película fuera muy impactante por lo que optó por los formatos 65 mm e IMAX. La razón es obvia: quería crear atmósferas que le sacaran todo el partido posible a los paisajes en los que se desarrolla un misterio ultraterrenal.

El diseño de sonido va a la zaga: no te deja respirar porque hay un trabajo sobresaliente para que estés en todo momento pendiente de la información que tus oídos pueden captar: a menudo da la sensación de que estuviéramos en un documental de los que exploran el fondo marino donde los sonidos llegan amortiguados, pero donde puede acecharnos cualquier criatura que pase por debajo de nuestro radar.

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¡Nop! - Galería de imágenes (4 imágenes)

Buena parte de su atractivo reside en la dosificación de la información y en la recreación en los espacios abiertos. Como los personajes principales que pueblan la cinta, nos pasamos mucho tiempo mirando hacia arriba y preguntándonos qué es lo que se mueve entre las nubes.

Lo interesante del asunto es que Peele nos lleva por donde a él le da la real gana en cada momento y que, aunque creamos saber cuál es la explicación a los sucesos que se dan en ese rancho del sur de California, consigue sorprendernos saliéndose por la tangente y enhebrando en esta historia principal otra anterior que se desarrolla en inquietantes flashbacks.

No os vamos a engañar diciéndoos que la idea es perfecta: hay aspectos de la trama que se sostienen con hilos y da la sensación de que Peele ha pecado de querer contar demasiadas cosas en una película que se hace larga en ocasiones. Pero el gran mérito de ¡Nop! es que con todos sus defectos sigue siendo una experiencia cinematográfica realmente arrolladora.

Mandíbulas... áreas

Si hace apenas unos días Quentin Tarantino definía Tiburón como una de las mejores películas de todos los tiempos por su estructura casi perfecta, parece que Jordan Peele concuerda con esta idea porque hay muchos aspectos en los que son calcadas: desde personajes hasta las partes en las que se divide la narración y la forma en la que se precipita la conclusión.

Pero por el camino hay un buen puñado de referencias cinematográficas que captarán sobre todo los amantes del western y del anime: desde Centauros del desierto hasta Evangelion, nada más y nada menos gracias a la plasmación de un ser de características biomecánicas.

Además de hablar de ese primer fotograma del jockey anónimo captado por Muybridge al que Peele le da un nombre y un contexto, denunciando la falta de visibilidad de la "primera estrella de cine" en lo que supuso el arranque del cine moderno, se pueden encontrar muchas secuencias que nos desplazan a cintas que todos recordamos y marcaron un hito como Encuentros en la tercera fase.

Pero consigue esto y tenernos agarrados a la butaca sin tener ni idea de cuál será el siguiente paso hasta el mismísimo final haciendo gala de una originalidad tremenda. La estrella de la película se mueve por el cielo y es un alarde de ingenio y de imaginería visual y sonora puesta al servicio de un horror cósmico muy distinto a lo que el cine nos tiene acostumbrados.

Puede que ¡Nop! no sea redonda y que al final tenga dificultades para darle sentido a todas las capas narrativas que despliega, pero desde luego es un viaje alucinante...

Y a todo esto, ¿qué significa el título? En versión original, NOPE, tiene. un doble sentido: puede interpretarse como ese ¡Nop! por el que se ha traducido al castellano y que coloquialmente expresa negación y escepticismo (un "ni de coña", por así decirlo) o como el acrónimo de Not Of Planet Earth. Si necesitáis ver para creer, id al cine.