Crítica de Paradise Hills, un cuento de corte fantástico con Milla Jovovich

Alice Waddington, la creadora y directora de Paradise Hills, es una mujer tremendamente entusiasta, que ama lo que hace y tiene un poderoso sello autoral.

En la presentación de la película en el Festival de Cine de Sitges dejó bien claro su compromiso con su “hijo”, este primer largometraje en el que se ha rodeado de talento para que luzca con verdadero esplendor visual. Y no lo decimos solo por la deslumbrante fotografía sino también por la calidad y el cuidado puesto en la dirección artística y en dos apartados fundamentales para crear una ambientación propia de un cuento de hadas: el maquillaje y la peluquería.

Disfruta del mes de prueba de Amazon Prime Video

En los próximos días, quienes visitéis los cines Princesa en la Plaza de los Cubos de Madrid, podréis ver dos maniquíes con muestras de los trajes empleados en la película y podréis ver así sus influencias en el estilo que a buen seguro hará las delicias de más de dos cosplayers.

Sin embargo, todo el encanto que tiene el aspecto de la película, no viene acompañado por una historia lo suficientemente cautivadora u original. Su corazón es diáfano: el mensaje es de empoderamiento femenino, pero la plasmación es algo pobre en términos narrativos.

Paradise Hills nos presenta a Uma (Emma Roberts), una joven que despierta en una misteriosa isla: se encuentra Paradise Hills, una residencia de lujo dirigida por La Duquesa (Milla Jovovich).

Allí, las familias acomodadas mandan a sus hijas para que sean entrenadas y educadas para ser mujeres y esposas perfectas, pero ella no está conforme con el marido que le ha sido asignado y, de hecho, tiene una relación con otro hombre.

A pesar de que en esta suerte de internado tratan de modelar su personalidad para adecuarla al destino que se le ha impuesto, Uma quiere seguir siendo fiel a sí misma, y pronto descubrirá que la residencia oculta muchos secretos de los que ni siquiera sus compañeras más rebeldes son conscientes.

Ver galería

Paradise Hills - Galería de imágenes (5 imágenes)

Menos provocadora de lo que pretende, por ser sobre todo muy poco verosímil en el planteamiento de los personajes y de las tramas principales, Paradise Hills sí que tiene ese “no sé qué” que te hace embarcarte en la película con cierta esperanza de que no sea más que un panfleto. A fin de cuentas son tantas sus referencias a cuentos clásicos como Alicia en el país de las maravillas o Caperucita que tiene su encanto la subversión de lo ya conocido y le sienta bien el toque de distopía futurista en comunión con la fantasía de corte sobrenatural. Aquí es donde el personaje de Jovovich mejor luce, con muchas alusiones a la Reina de Corazones y a papeles anteriores como el desempeñado en Hellboy.

En cualquier caso y pesar de ese desequilibrio entre la vaga historia sostenida en un diseño artístico sobresaliente, hay que aplaudir el riesgo que asume la directora y el buen hacer de la producción que consigue un alto grado de onirismo en el que se asienta una historia en la que son las mujeres jóvenes las dueñas de su destino. Podría haberse plasmado de una forma más ingeniosa, sobre todo en lo que atañe a las relaciones sentimentales, y con unos diálogos mucho menos superficiales...

El magnetismo de Paradise Hills es evidente y su reclamo para enganchar sobre todo al público femenino adolescente también. Waddington lo expuso de forma muy clara: ha querido hacer la película que le habría gustado ver a ella en su momento, porque encontraba pocos referentes en los que mirarse en este género. En este sentido, está claro que ha hecho los deberes y que tiene un enorme potencial por explotar, solo le queda trabajar más a fondo los guiones.