Crítica de Paradise Police temporada 2, más humor cafre para Netflix

Lo de los dibujos animados "borricos" hace tiempo que dejó de ser territorio exclusivo de Padre de Familia. Paradise Police llegó hace un año y medio a Netflix y nos presentaba su propia propuesta de aventuras sazonadas con violencia muy bruta y más chistes sexuales que en una convención de cuñados. Ahora, llega una temporada 2 de Paradise Police para continuar donde dejamos la historia y llevar más allá su capacidad de hacer el burro.

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La trama sigue con Kevin convertido en un héroe por haber mandado a Dusty a prisión, pero está claro que algo no está en orden y Gerald Fitzgerald sigue operando en la sombra como el líder del crimen. A partir de aquí, comienza una serie de acontecimientos que llevarán a los chicos de la comisaría a enfrentarse al imperio de Disney, legalizar la meta o incluso encontrarse con los protagonistas de Brickleberry, la anterior serie de sus creadores. 

Todo esto, como es norma de la casa, viene salpicado por golpes de humor de todo tipo, pero sobre todo, sooooobre todo, por chistes sexuales. Ya dejamos claro en la crítica de la primera temporada de Paradise Police que no nos importa que se vea algún pito por aquí o alguna broma sobre masturbarse por allá, pero esta Paradise PD parece estar obsesionada con superar sus propios niveles de explicitud y "perversión" en ese campo para provocar las carcajadas del personal. Habrá quien se ría con esos momento, seguro, pero nosotros no estamos entre ellos. Un par de ellos tienen su aquel, pero cuando cada episodio tiene tantos y tan seguidos, se pierde el factor sorpresa y la comicidad. Este tipo de gags tienen que pillarte un poco "a traición", pero cuando todo, absolutamente todo, viene acompañado de la bromita guarrindonga de turno, se diluye la gracia.

Y ojo, no es que esta serie de Netflix no consiga ofrecer buenos gags. De hecho, su mejor faceta está en los chistes más frikis. Os sorprenderá encontrar más de una referencia a Dragon Ball (¡con combate Super Saiyan Blue incluido, ahí es nada!) y hasta un par de homenajes a The Legend of Zelda: Breath of the Wild que no pillará el ojo profano. Vamos, que se nota que sus creadores son unos geeks de cuidado.

Las puyas a muchos actores, series o famosos también funcionan estupendamente y, una vez más, Paradise Police no tiene miedo de reírse de sí misma, de su evidente parecido con Padre de Familia o de su condición de ser "una serie de Netflix más". Es una pena, porque todos esos momentos funcionan fenomenal, pero se ven ahogados por los momentos fálicos, las eyaculaciones y los vómitos.

A veces, sentimos que hay que pagar el peaje de "reír la gracia"  de todos esos momentos más burdos para llegar a los tramos divertidos de verdad. En nuestra opinión, para disfrutar de chistes sexuales, es mucho más recomendable y está mejor construida la temporada 3 de Big Mouth.

A pesar de ello, los 8 episodios de los que consta Paradise PD parte 2 se ven con facilidad y su estilo visual simple, pero bien ejecutado (con algún que otro experimento visual bastante chulo) son perfectos para este tipo de comedias gamberras. Ojo también a su apartado musical, con canciones que parodian desde el "Kiss the Girl" de La Sirenita hasta el tema principal de Las Chicas de Oro. Esa faceta funciona muy bien.

En definitiva, si os disgustó la temporada 1 de esta comedia de Netflix, la segunda no os va a hacer cambiar de opinión, pero si comulgáis con su estilo, encontraréis una tanda de episodios más corta, pero un poquito mejor rematada. Y con cliffhanger de cara a una temporada 3, para que esto no se quede en un coitus interruptus.