Crítica de Paranormal Activity: los señalados

Jesse (Andrew Jacobs) acaba de graduarse y se dispone a disfrutar de sus vacaciones veraniegas junto a sus amigos. Pronto, el barrio latino donde viven es sorprendido por el asesinato de Ana, una vecina conocida por su mal genio y hermetismo. Desde la casa de Jesse incluso se han llegado a oír en ocasiones extraños sonidos procedentes de su casa, ¿se trata de una bruja?

Nuestros protagonistas deciden hacer la clásica trastada juvenil de visitar la casa de la difunta, donde tienen una experiencia escalofriante relacionada con la magia negra. A partir de ese momento, Jesse es señalado por una entidad demoniaca que le proveerá en primer lugar de una serie de poderes sobrenaturales y que finalmente le llevará a tener un comportamiento errático y violento. Con ayuda de su familia y amigos tendrá que luchar para evitar su posesión a través de sesiones espiritistas y conjuros de santería.

Teniendo en cuenta la sinopsis, hay que reconocer que la película prometía, pero, sin embargo, va desinflándose poco a poco hasta quedar en nada por dos motivos fundamentalmente: los sucesos relevantes son escasos e inconexos.

Si habéis visto el tráiler es más que probable que hayáis visto las cuatro escenas impactantes de la este spin-off. El resto del metraje es básicamente una serie de grabaciones caseras que ponen de manifiesto que la cinta se ha rodado con un restringido presupuesto y que el director no sabe sacarle partido a la poderosa arma de la verosimilitud que podría aportarle a la historia el formato.

Hay que reconocer que el tramo inicial que incluso cuenta con sus momentos "Jackass" resulta bastante simpático e incluso refrescante para justificar el tema de la cámara y dar pie así a la clásica estructura found-footage, aunque los últimos minutos de la cinta precisamente pecan de ser tan inverosímiles como mareantes debido a la agitación de la cámara.

El montaje, a base de abruptos fundidos a negro, sigue en esa senda del formato casero pero el problema es que cuando aparecen sucesos paranormales no tienen demasiado sentido en conjunto, de modo que lo que termina por dar miedo, a falta de una historia consistente, son los recurrentes sustos de rigor de abrir puertas, proferir gritos, mirar detrás de plásticos, etc. 

Todo ello con un sentido del ritmo cinematográfico demasiado laxo... El metraje total, que ronda los 90 minutos se hace larguísimo y el final llega de sopetón sin encajar todas las piezas de un puzle de por sí bastante desemembrado. Eso sí, hay algunas alusiones a la saga original que dan qué pensar, justo por aparecer de una forma tan fugaz y evanescente.

Paranormal Activity 5 se estrenará este año, así que veremos si esta nueva senda que ha tomado el guionista Christopher Landon nos aporta algo más de lo que parece a simple vista.