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Crítica de Psychokinesis, nueva película de Sang-ho Yeon en Netflix

Psychokinesis
La nueva película de Netflix tiene que ver con el cine de superhéroes, pero no como esperas. Psychokinesis es la nueva obra de Sang-ho Yeon, el director de Train to Busan.

Una de las ventajas de las producciones originales de Netflix es que permite sacar adelante proyectos complicados, que quizá en otras circunstancias nunca verían la luz. Tal puede ser el caso de la película Psychokinesis, el nuevo proyecto del director coreano Sang-ho Yeon, el cual saltó a la fama por la notable Train to Busan.

Precisamente, esa película no tuvo ninguna promoción relevante, ni se le dio la oportunidad de brillar en salas, pero el boca a boca hizo que se reconocieran sus méritos. El director, en esta ocasión, vuelve a presentar una apuesta bastante extrema y arriesgada: con esta Psychokinesis de Netflix, se nos presenta a un señor anodino y vulgar, que por azares del destino recibe la capacidad de usar la psicoquinesis, o lo que es lo mismo: mover objetos con la mente.

Psychokinesis

En la recepción de esos poderes se muestra el contraste del que la película quiere hacer gala: un meteorito de origen desconocido se estrella en la tierra y de él mana un líquido que va a parar a una fuente de la que bebe el Sr. Kim, el protagonista. El que hasta entonces era un vago y sinvergonzón vigilante de seguridad aprende a convivir con esa nueva habilidad y a descubrir la mejor forma de sacarle partido. Ese "enfoque realista" del género superheróico ya demostró ser interesante en la película Chronicle y los tiros van por el mismo con esta película, aunque no consigue cuajar por varios motivos.

La falta de contexto (¿por qué otorga esos poderes el meteorito? ¿tienen algún efecto secundario? ¿qué pasa con todos los demás que iban a beber de esa misma fuente?) requiere cierta generosidad por parte del espectador, que ha de dejarse llevar por la historia sin hacer demasiadas preguntas.

Compra Train to Busan, la película anterior de este director

Para colmo, la historia (de cerca de dos horas de duración) tarda horrores en desarrollar su verdadero potencial. Vamos, que el Sr. Kim no se pone a actuar de forma realmente espectacular hasta bien entrado el último tercio de la película. Por el camino, Psychokinesis intenta plantear que los poderes han recaído en una persona tan aparentemente mediocre que no es capaz de pensar en el alcance de sus poderes más allá de hacer trucos de magia en un club nocturno. No es hasta que las circunstancias lo obligan a ser un héroe cuando de verdad se descubre a sí mismo como tal.

Es una idea interesante, pero tarda demasiado en eclosionar porque la película de Sang-ho Yeon se preocupa en exceso de desarrollar otras tramas que no interesan demasiado al espectador: el comportamiento de los mafiosos que acosan la calle del Sr. Kim, la relación de su hija con un abogado... Todas ellas eran necesarias para hacer avanzar la trama, pero se muestran en proporciones mal medidas para que la acción avance a un ritmo deseable.

Psychokinesis

Cuando llegamos al acto final de Psychokinesis y la acción se pone más interesante, lo hace en un contexto un poco decepcionante, ya que el héroe tiene que acometer peleas que en realidad se basan en "muchos tíos mediocres" en vez de un reto realmente emocionante. Parte de la gracia está en que Kim no está habituado a sus poderes y casi se hace más daño por sí solo que a causa de sus enemigos. De nuevo, una idea interesante, pero que no se ha sabido llevar bien como para que luzca en pantalla.

En cualquier caso, es cierto que esa estampa del cartel de la película, en la que Kim casi flota a 500 metros de altura, tiene algo de hipnótica y atractiva. Un señor de mediana edad, vestido con una chaqueta y pantalones sucios, ejecuta saltos imposibles y agresivos que nos tientan a ver qué será lo siguiente. Por desgracia, "lo siguiente" es demasiado simple.

Quizá, la mayor decepción del film estriba en que viene de un comienzo bastante contundente (la ex mujer de Kim muere de un golpe violento al intentar frenar a los matones del barrio) y a partir de ahí se va edulcorando un poco e incluso impregnando de un humor muy infantilón hasta llegar a su conclusión. Sabiendo que tras la cámara está el artífice de Train to Busan, esperábamos algo más contundente y un impacto visual que no se circunscribiera solo a unos cuantos planos contados.

Psychokinesis

A pesar de todo, hay que aplaudir la valentía de las ideas expuestas en esta película de Netflix, así como el esfuerzo de mostrar cierto costumbrismo y denuncia de la sociedad coreana (la comida a pie de calle, la diferencia tan abrupta de clases sociales, la corrupción policial, etc.) y ciertos planteamientos visuales que tienen su atractivo. Si ver a Uri Geller doblar cucharas ya molaba, imaginad si hacen flotar todos los objetos de la habitación...

VALORACIÓN:

Una película bienintencionada que se queda en la superficie de lo que podría ofrecer. No consigue encontrar su enfoque.

LO MEJOR:

Los momentos en los que la acción por fin se desata y ciertos retratos de la sociedad coreana.

LO PEOR:

Tarda mucho en ponerse interesante y, cuando lo hace, no profundiza en el material que ofrece.
Hobby

65

Aceptable

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