Crítica de ¿Quién está matando a los moñecos?, con Melissa McCarthy

Antes de comenzar con el análisis, si hay algún padre en la sala, estad bien atentos a la siguiente advertencia: esta película en absoluto es apta para los niños. Lo decimos para evitar futuros malentendidos y que lleven a sus hijos al cine a ver esta comedia de humor negro pensando que se trata de una película más de los Teleñecos. Dicho esto, procedamos con la crítica de ¿Quién está matando a los moñecos? (The Happytime Murders).

Hasta ahora, siempre habíamos visto a las marionetas (también conocidos como puppets en inglés) como algo infantil y para toda la familia. Al igual que pasó en su día con los dibujos animados, Brian Henson pretende cambiarnos el chip introduciendo a esos personajes infantiles en el mundo de los adultos. Esto ya le viene en los genes, pues es hijo de Jim Henson, el creador de The Muppets (Los Teleñecos). El propio Brian Henson, siguiendo los pasos de su padre, llegó a dirigir los largometrajes Los Teleñecos en cuentos de Navidad y Los Teleñecos en la isla del tesoro.

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Emulando el estilo de la película de culto de 1988, ¿Quién engañó a Roger Rabbit? (la versión castellana del título es una clara referencia a esta película) nos adentramos de lleno en el clásico cine negro detectivesco de los años 40, solo que en la época actual. En un mundo en el que las marionetas y humanos coexisten, Phil Phillips (Bill Barretta), un títere que trabaja como investigador privado, se verá envuelto en un caso de asesinatos en serie relacionado con La pandilla dicharachera, una famosa serie de televisión de los años 80. Para ello, tendrá que recurrir a su antigua compañera de trabajo, la detective Connie Edwards (Melissa McCarthy) y detener esta oleada de crímenes. Y, como se suele decir, hasta aquí podemos leer.

A priori, podríamos decir que Henson ha sabido modernizar su Roger Rabbit particular y mostrarnos en ¿Quién está matando a los moñecos? una muy buena y adictiva película de misterio e intriga cargada de humor adulto. Quizá, demasiado cargada. Algunas escenas, a pesar de estar representadas por marionetas, llegan a ser excesivamente gráficas, y aunque al principio hacen bastante gracia (por supuesto, esto siempre dependerá de los límites del humor de cada uno), al final algunos chistes pueden llegar a resultar cargantes y un pelín repetitivos. Eso sí, para los más escrupulosos, gore como tal no hay, solo multitud de relleno de felpa y trozos de muñecos esparcidos por doquier.

Por otro lado, el tándem protagonista formado por Barretti y McCarthy funciona especialmente bien, mostrando una muy buena evolución tanto en las personalidades como en la relación de sus personajes. También merece especial atención la crítica que hace Brian Henson a la sociedad actual, donde se representa los problemas raciales de hoy día a través de las marionetas, las cuales son tratadas como seres inferiores. En cierto modo, hay un paralelismo con el recurso con criaturas fantásticas que usó Bright, la película de Netflix. Eso y su corta duración (91 minutos) harán que se os pase la película muy rápido, e incluso os deje con ganas de más.

Precisamente no es hasta el final de ¿Quién está matando a los moñecos? (tranquilos, que no os vamos a soltar ningún spoiler) cuando nos damos cuenta de todo el trabajo que ha habido detrás de la película, gracias a la secuencia de tomas falsas y making of que tiene lugar durante los créditos. Sin entrar en demasiados detalles, podemos ver a toda la gente que ha hecho falta para mover a las marionetas (tanto en exteriores como en interiores) y hacer que parezcan lo más reales posible ante la cámara. ¡Chapó!

¿Quién está matando a los moñecos? es una comedia fresca y muy divertida, cuya trama engancha enseguida y que gustará especialmente a aquellos que no tengan límites en el humor, aunque algunas de sus bromas acaben resultando de lo más trilladas.