La directora escocesa Linney Ramsay impregna cada fotograma de este, en apariencia, sencillo thriller violento, de pura poesía gracias a un inspirado montaje y una utilización de la banda sonora excepcional.
Ella misma adapta la novela corta de Jonathan Ames (el creador de la serie de HBO Bored to Death) del mismo título, En realidad, nunca estuviste aquí (You Were Never Really Here), de la que se ha dicho que es un "homenaje a Raymond Chandler y a Donald Westlake y su serie sobre Parker".
Tenemos como protagonista a un verdadero antihéroe psicológicamente perturbado que salva a otros pero es incapaz de salvarse a sí mismo y no hay mejor opción de casting que Joaquin Phoenix para darle vida en pantalla. Le sienta como anillo al dedo hasta el punto de que lo encumbra como uno de los mejores personajes que ha lanzado el cine este año. Es arquetípico y se convertirá con facilidad en un tótem recitando su canción del abecedario o imaginando una muerte sangrienta.
A su paso por Cannes En realidad, nunca estuviste aquí consiguió dos grandes premios: mejor guión adaptado para Ramsay y mejor interpretación masculina para el gran Phoenix, que consigue atraparnos completamente con su atormentado Joe, tan capaz de asesinar brutalmente martillo en mano como de limpiar la plata junto a su anciana madre.
Pero, ¿quién es él? Joe es un exsoldado y veterano de guerra, un ejecutor brutal que dedica sus días a arreglar cuentas ajenas. En pocas palabras: un sicario. Un día recibe el encargo de rescatar a la hija de un senador, que ha sido secuestrada y supuestamente entregada a una red de prostitución infantil. Esta misión de liberar a la adolescente desaparecida se complicará sobremanera, acarreándole a Joe una pérdida personal irreparable y despertando en él a la bestia que lleva dentro. "Puedo llegar a ser muy cruel", llega a decir.
Nunca es fácil acometer la tarea de adaptar una obra literaria al cine pero Lynne Ramsay demuestra una vez más que tiene madera para llevarse el relato a su terreno y enriquecerlo. Ya lo hizo en la memorable Tenemos que hablar de Kevin que se basaba en la novela homónima (también magnífica) de Lionel Shriver y no es que se prodigue demasiado... nos dejó con las ganas de ver su versión de Jane Got a Gun (La venganza de Jane) y hemos tenido que esperar seis años para ver un nuevo trabajo. Bueno, ya podemos decir que ha merecido la pena cada minuto de dicha espera hasta llegar a ver En realidad, nunca estuviste aquí.
Veo tanta influencia de Scorsese como de Park Chan-Wook en una película brutal y a la vez clemente que indaga en el alma humana de una manera abrumadora. Es puro lirismo toda esa secuencia del improvisado funeral acuático (quizás la más hermosa también) en la que se refleja por una parte el dolor de la orfandad y por otra la expiación a través de la salvación de una joven hacia la que adopta un rol paternal.
Esa dualidad es preciosa, tanto o más que la necesidad de nuestro protagonista de encontrar un propósito para no sucumbir a la omnipresente tentación suicida que se plantea en términos de pura fantasía agónica.
Ramsay también exhibe talento tras la cámara pero también a la hora de escoger a sus colaboradores: la banda sonora del miembro de Radiohead Jonny Greenwood es fundamental así como el trabajo del montador habitual de Werner Herzog, Joe Bini o la visión naturalista de la foto que se entremezcla con ciertos planos neón del director de fotografía Thomas Townend.
En realidad, nunca estuviste aquí es de las películas que no hay que dejar pasar: perturbadora, cruda, deslumbrante y con momentos de puro éxtasis audiovisual. Y todo ajustado a una duración apropiada y metiéndose en un terreno farragoso sin llevarnos por donde nos podíamos esperar a priori. Se confirma que menos es más: en una entrevista Ramsay explicaba que la falta de presupuesto se llevó 20 hojas del guión. No le han hecho falta para contar lo que quería lo que reconfirma que no debemos quitarle el ojo de encima.
VALORACIÓN:
Subyugante: esa es la palabra que mejor define el nuevo trabajo de Lynne Ramsay. Cuenta con una pareja interpretativa fabulosa: Joaquin Phoenix y Ekaterina Samsonov, una joven promesa a la que veremos también pronto en Wonderstruck, y con un montaje sobresaliente.LO MEJOR:
El personaje de Phoenix puede ingresar directamente en el de los mejores del año: es fascinante. La utilización de la BSO y el montaje, bestial.LO PEOR:
Si la brújula moral de la historia la tiene un tipo suicida y brutal que blande el martillo como quien se come unos spaguetti es que estamos tarados.90
Excelente
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