Crítica de Resistencia, uno de los estrenos directos de Movistar+

Movistar+ va a lanzar, en forma de estrenos directos en la plataforma, un buen puñado de películas que no han podido encontrar la exhibición deseada en cines comerciales debido a la crisis sanitaria derivada de la llegada del COVID-19.

Tal es el caso de Resistencia, la película que hoy nos ocupa, y otras como La decisión, Ava, La familia Bigfoot o Rompiendo las normas de las que os iremos hablando a medida que vayan llegando a Movistar en el tramo final de este 2020 tan atípico que nos está tocando vivir.

Por una parte, la cinta reivindica la labor de Marcel Marceau durante la Segunda Guerra Mundial y, por encima de su conflicto particular, hilvana un certero retrato del papel de la imaginación y del arte para sobreponerse ante la desgracia colectiva. En este sentido, la película tiende un puente a la película La vida es bella, con la que establece algunos claros paralelismos.

Todo lo que Marcel Marceau (Jesse Eisenberg, Vivarium) quiere es una vida dedicada por completo al arte. Trabajando en la carnicería de su padre durante el día, el talentoso mimo intenta hacer realidad su sueño en los pequeños escenarios de la ciudad y ganarse el afecto de la políticamente activa Emma (Clémence Poésy, Tenet).

Para complacerla, Marcel acepta enrolarse en una misión peligrosa que cambiará el curso de su vida para siempre: intentar salvar a huérfanos judíos de los nazis alemanes (entre los que se encuentra Bella Ramsay, Juego de tronos). Y, en concreto, del despiadado Obersturmführer de las SS Klaus Barbie (Matthias Schweighöfer, Valkiria).

Su objetivo será conseguir llevarlos al otro lado de la frontera con Suiza. Junto a Emma, Marcel se une a la resistencia francesa para confrontar firmemente las atrocidades de la guerra. Sus dotes artísticas y su pasión por el mimo, será la mejor arma contra los horrores que les rodean.

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Antes de arrancar, un poco de historia y de paso una corrección hacia la película, que se toma sus licencias. Marcel Marceau, cuyo verdadero nombre era Marcel Mangel, fue un conocido actor francés que llegó a ser considerado como el mejor mimo del mundo.

Entre sus pasiones estaban el cine mudo y el teatro japonés y como otros grandes artistas como Charles Chaplin, Buster Keaton o Harold Lloyd creó un personaje de pantomima llamado Bip e inspirado en Philip Pirrip, más conocido como "Pip", el protagonista de "Grandes esperanzas", de Charles Dickens. Esta novela es un bildungsroman o "novela de aprendizaje", que es justo lo que quiere ser Resistencia, retratando el paso a la madurez de Marcel a medida que deja de lado su despreocupado ensimismamiento en su arte para comprender que puede y debe tener un papel esencial en la vida de sus congéneres incluso utilizando sus habilidades para entretener y evadir a los niños a los que consigue rescatar.

Y ahí va la corrección: Marcel, junto a su familia, tuvo que dejar su hogar y exiliarse cuando las tropas alemanas invadieron Francia, momento en el que tenía 16 años. Si bien Jesse Eisenberg parece bastante más joven de lo que es, descuadra un poco al comienzo de la película, cuando en lugar de un adolescente soñador da más bien la imagen de joven libertino e inmaduro.

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A favor de Resistencia está su enfoque humanista y la forma en la que despliega la narrativa para hacernos comprender el viaje emocional del joven Marcel hasta convertirse, casi sin quererlo, en un héroe al más puro estilo La lista de Schindler, en la que también nos presentaron a un protagonista de moral reprobable que se topaba con una realidad que le cambiaba.

En su contra, que no consiga ser tan emocionante como podría, en parte por la forma en la que se deja llevar por cierta sensiblería que le hace daño y por algunas tramas secundarias como la del romance, que desentonan con el relato general.

En cualquier caso y a pesar de los peros, Resistencia es una película que recomendamos ver y que, además de mantener enganchado al espectador, lo confronta con algo tan íntimo como el niño que lleva dentro. ¡Qué sería de nosotros sin la cultura y el arte como refugio espiritual, sobre todo en tiempos de agonía!