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Crítica de Saint Seiya: Los Caballeros del Zodiaco de Netflix - Parte 1

Jesús Delgado

Saint Seiya: Los Caballeros del Zodiaco
Analizamos los seis episodios que conforman la parte 1 de la temporada 1 de Saint Seiya: Los Caballeros del Zodiaco que ha estrenado Netflix el 19 de julio. Así es el inicio del remake de la serie de animación, basada en el manga clásico.

Como ya sabéis, hoy Netflix ha estrenado su remake de Saint Seiya, el anime basado en el manga homónimo de Masami Kurumada, que aquí conocimos de jóvenes como Los Caballeros del Zodiaco. Ahora, esta nueva serie, titulada  Saint Seiya: Los Caballeros del Zodiaco (Saint Seiya: Knights of the Zodiac, en país de habla anglosajona) viene a contar "la misma historia" para una nueva generación de espectadores actualizando el mito.

Para los que quieran revivir su infancia, lo mejor será volver a verse la serie clásica de Caballeros del Zodiaco

A grandes rasgos, Saint Seiya: Los Caballeros del Zodiaco parte de la premisa original del manganime. Es decir, que, como ocurriera con la última película de animación digital, viene a contar la misma historia, aunque con un cierto giro de tuerca más. A saber, Atenea se reencarna, algo podrido huele en el Santuario, Aioros escapa con un bebé, moribundo se encuentra al señor Kido y este empieza reclutar a jóvenes para proteger a la joven diosa, cuya vida peligra, y etcétera, etcétera... 

En esencia, poco más podemos contaros de esta serie, ya que, en esencia es lo mismo de siempre, pero ajustado a las dinámicas de productos audiovisuales norteamericanos, mezclando una producción japonesa, que le debemos a Toei Animation, con los guiones y enfoques propios de la industria americana, lo que da lugar a un producto híbrido.

En las siguientes líneas os contamos más sobre los 6 primeros episodios de la serie, que forman la primera parte de Los Caballeros del Zodiaco de 2019. Esta, por cierto, cubre todo el arco del Torneo Galáctico y del Fénix, y suponemos que la próxima tanda de episodios, de estrenarse, tratarán de liquidar el arco del Santuario. 

Dicho esto, pasamos a la crítica en sí. Aunque, ojo, no os aseguramos de que os vaya a gustar lo que vais a leer. Y no por las razones que creéis, precisamente

Innecesaria, pero comprensible

Lo hemos dicho ya en la anterior crítica, dedicada al episodio 1 de la serie. Lo que hemos visto nos parece una especie de cruce entre trucha y mono. Por un lado, tenemos una serie con un diseño de producción fabuloso. Los diseños de los personajes, de las armaduras e, incluso, de los escenarios son muy buenos. Sobre todo en lo tocante a los dos primeros casos. Mezcla tanto ideas del anime original con ideas estéticas que ya vimos en la película de La Leyenda del Santuario. Como, por ejemplo, la chapas que se convierten en las cajas de Pandora o el acabado de las armaduras, prescindiendo, casi siempre, de casco o tiaras.

¿Creéis que se nos ha amargado el dulce después del episodio 1 de Knights of Zodiac?

Ahora bien, esta parte visual, sí funciona. Sus técnicas tratan de recrear un falso dibujo tradicional y el estilo del anime clásico con una presentación de animación digital en 3D, se choca de frente con un problema: el guión. Este último es el principal problema, de hecho.

El producto tiene un tratamiento especialmente pueril, propio de la producción animada en series en Norteamérica. Es decir, pretende llegar a demasiado rango de edad. Como consecuencia, es condescendiente con los niños y, a la vez, avinagra al adolescente y al adulto, que quiere más sangre y (con perdón) hostias. Reduce la crudeza y la violencia física, pero mantiene exabruptos y maldiciones, que no son necesarias precisamente para hacer "madura" la idea de tíos de 18 años (han subido la edad de los protagonistas) que luchan entre sí, vestidos con armaduras basadas en criaturas mitológicas. 

Como decimos en el ladillo, esto hace que la serie sea un poco innecesaria en su conjunto. No obstante, se comprende su intención de darle un balón de oxígeno a la franquicia, tratando de captar a un nuevo mercado juvenil, revitalizando el relato original para las nuevas generaciones.

Esto mismo se desprende del factor de que los guiones de Knights of the Zodiac corran de manos de escritores habituales de series de dibujos animados de corte infantil/juvenil. El tratamiento de la historia que intenta captar, sobre todo, al público joven de países como EE.UU., en donde el puritanismo de la sociedad y la corrección política obliga a ceñirse a una serie de cánones narrativos en aras de hacer socialmente aceptable un producto al que tengan acceso, o puedan tener acceso, los menores. 

Además, hablando de comparaciones, el ritmo de esta nueva serie es ridículamente más apresurado, acomodándose a las convenciones narrativas actuales en Occidente. Gracias a ello, este nuevo Saint Seiya se lamina todo el arco del Torneo Galáctico y de Fénixen tan solo seis episodios. Un jarro de agua fría que desaprovecha ciertos aspectos como los Caballeros Negros, propiamente dicho, o el arco de hermanamiento de los protagonistas. Además, la BSO no es un desastre, pero anda bastante lejos de la grandilocuente y ejemplar banda sonora del anime original.

Una de cal, otra de Pegaso

Ojo, que todo lo que decimos no significa que la historia sea, y citamos textualmente al forchanero medio, una mierda. Sencillamente, no está planteada para gente de treinta y muchos y cuarenta, que crecimos con la serie original, y para los que solo hay una lectura aceptable de Los Caballeros del Zodiaco. Más bien, hay que comprender que la nueva serie trata de llegar, como decimos, a un nuevo público y no a un señor de cierta edad que quiere que los animes mantengan el ritmo soporífero de hace treinta años.

El Señor Kido en Saint Seiya

Y, aun así, una cosa que hace muy bien esta serie es el del tratamiento de los homenajes, pensando precisamente en el público veterano. Los momentos clásicos, como las lecciones de Marin, el duelo entre Fénix y Pegaso, el de Andrómeda y Unicornio, o el viaje de Hyoga a las profundidades, están llevados con bastante buen gusto. Aunque, claro, nuevamente descafeinados. No esperéis ver a Seiya romperse la crisma contra el escudo de Shiryu y dejar el suelo pringado de sangre, vaya.

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Sobre esto, hay que admitir que depende del espectador. En honor a la verdad, Masami Kurumada era, a veces, excesivamente grotesco con ideas un tanto absurdas, bestias y gratuitas (como que Seiya y el resto eran hermanos del mismo padre o ciertas descripciones bárbaras, por ejemplo).

Como ocurriera con el anime original, esta también suaviza ciertos conceptos del manga y (como también hiciera el propio Kurumada y su equipo en algunos spin-offs y secuelas), los matiza, corrige y actualiza. Es decir, cosas como que sí puede haber mujeres caballeros y que lo del tabú la máscara es opcional o dependiente de la orden en la que militen. Además, a diferencia de la obra original, aquí también se plantea un factor importante: la respuesta de los humanos normales, hartos de los conflictos de los dioses y de sus guerras en la Tierra. Este detalle, en verdad, se echaba en falta el manga y en anime original.

Caballeros del Zodiaco: Saint Seiya

Coincidiendo con este punto, hemos de hablar también del cambio de sexo de Andrómeda. En breve desarrollaremos más el tema en un blog en el que analizaremos esta decisión tan traída por los pelos. Por ahora, solo diremos que la nueva Shun está muy bien escrita. De hecho, han sido muy meticulosos en su tratamiento, por lo que es fácil que sea de las mejores novedades de esta Saint Seiya: Los Caballeros del Zodiaco de Netflix. En muchos aspectos, su personalidad no ha cambiado más que un par de pinceladas sutiles, e, incluso, se ha hecho más simpática y coherente, con un complejo de mártir menos acentuado y reiterado.

Luego, que destacar muy positivamente la versión española, que compensa MUCHO no poder acceder al visionado de la serie en VO japonesa. Nos referimos al trabajo de dirección de Jorge Saudinós, que reúne a un elenco de voces que agradecemos mucho. Es decir a: Juanjo Lespe (Seiya en la serie clásica y en esta), Yolanda Pérez (la nueva Saori), Antonio Esquivias, Ramón Langa, Jorge Insúa, José Núñez (la voz clásica de Shiryu), etc... Un detalle que, seguramente, los que peinamos canas celebraremos haciendo palmas o con una sonrisa cómplice cuando oigamos el "¡Dame tu fuerza, Pegaso!" de Lespe.

En conjunto, lo que podemos decir es que, como serie, al margen de las comparaciones, no está mal. Si nos ponemos a compararla con los Caballeros del Zodiaco de nuestra juventud, ya sabéis que todo tiempo pasado fue mejor y todo eso. Si es superior o inferior, dependerá a quien le preguntes y de sus gustos, filtro y conocimiento del material de referencia.

Por nuestra parte, concluiremos valorándola como un producto entretenido, a pesar de que se hace corta y demasiado rápida. Pero, cuanto menos, cumple con lo prometido: despierta nostalgia y hace que te apetezca ver arder tu cosmos. Aunque sea al golpe del tema de Pegassus Fantasy. Además, afortunadamente, está años luz de aquel proyecto de acción real de Santi Seiya que casi ve la luz una vez. Y eso es algo por lo que debemos rezar a Atenea y darle gracias.

VALORACIÓN:

Adaptación postmoderna del manga y del anime original. Su discurso y planteamiento narrativo norteamericano, mezclado con la artesanía japonesa, evidencia un enfoque infantil actual, a pesar de los notables homenajes al anime clásico.

LO MEJOR:

Los diseños de armaduras, el diseño de producción y algunas actualizaciones de escenario. El doblaje español. La recreación de los momentos clave.

LO PEOR:

El discurso infantil. El guión con un enfoque muy yanqui, la perdida de violencia explícita, no verbal. Se liquidan el arco de Fénix en 6 episodios.
Hobby

70

Bueno

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Etiquetas: Netflix