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Crítica de Saw VIII (Jigsaw), que llega hoy a los cines

Saw VIII
Crítica de Saw VIII (Jigsaw), nueva película de la saga más sangrienta dirigida por los hermanos Michael y Peter Spiering y protagonizada por Matt Passmore, Callum Keith Rennie, Clé Bennett, Hannah Emily Anderson, Laura Vandervoort y Tobin Bell. En cines a partir del 24 de noviembre.

Saw VIII (Jigsaw) es una película que valoraréis mucho en función de cuál haya sido vuestra experiencia con la saga, que, dicho sea de paso, nunca ha gozado del favor de la crítica pero siempre ha mantenido el interés del público. Prueba de ello es que las siete películas de la serie han recaudado más de 415 millones de dólares en Estados Unidos y más de 873 millones en todo el mundo mientras que no han alcanzado nunca ni el 50% en portales como Rotten Tomatoes.

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Ha llovido mucho desde que James Wan lanzara en 2004 la primera película que recuerdo como un verdadero shock por su crudeza y retorcido planteamiento. Trece años después hemos visto seis cintas más que han tenido sus altibajos (moda del 3D incluida) y asistimos al alumbramiento de una octava entrega en la que muchos se preguntarán qué puede ofrecer aún la franquicia teniendo en cuenta que el villano principal está muerto y enterrado.

Ojo, porque aunque en un primer momento el título provisional de Saw: Legacy nos hizo pensar que veríamos una precuela en la que conoceríamos los orígenes de Jigsaw ahora ya tenemos claro que los tiros no van por ahí si bien hay una mención explícita a momentos clave de su vida como la detección del cáncer.

El caso es que queda margen de maniobra para los guionistas Josh Stolberg y Pete Goldfinger que, basándose en los personajes creados por James Wan y Leigh Whannell, consiguen mantener el interés por el argumento de la cinta en todo momento, aunque nunca dejen de lado cierto aspecto televisivo en el tratamiento de la trama y la delimitación de los personajes. En otras palabras: no es una película que luzca especialmente en pantalla grande ni un producto arrollador. Es probable que hubiera podido estrenarse directamente en formato doméstico emulando a Cult of Chucky y habría encontrado a su público igual.

¿De qué trata Saw VIII? Comenzamos metiéndonos de lleno en un juego macabro: Jigsaw está de vuelta. En esta ocasión atrapará a cinco personas y las enfrentará en una serie de sangrientas trampas como castigo por sus delitos.

Cuando empiezan a aparecer cuerpos esparcidos a lo largo de la ciudad, a cada cual más espeluznante, todas las sospechas comienzan a señalar como culpable a John Kramer, alias Jigsaw, Sin embargo, el asesino lleva más de una década muerto, ¿cómo es posible que haya vuelto a las andadas? Los científicos forenses tratan de encontrar y capturar al responsable a contrarreloj para salvar las vidas de los que siguen atrapados, con la sospecha de que alguien del equipo puede ser estar emulando al famoso psicópata.

En muchos aspectos, Saw VIII tiene cierta cualidad "retro" que estoy segura le hará gracia a los fans de la saga. Hay algo en la estética televisiva que me lleva a pensar en los primeros 2000 con series como CSI aunque también en este halo seriéfilo tiene algo que ver la elección del casting en la que destacan Matt Passmore y Laura Vandervoort, ambos relacionados íntimamente con productos destinados a la pequeña pantalla.

La idea que se puede rescatar como más interesante y que además actualiza un poco el relato es la de la creación de un culto anónimo vía Internet a Jigsaw, sus trampas, su legado (ahora sí veis por dónde iba el título de la peli) y sobre todo su idiosincrasia de justiciero cruel pero revestido de cierta superioridad moral respecto a sus despreciables víctimas.

A estas alturas de la lectura ya habréis comprendido que Saw VIII no aspira a convertirse en obra de culto sino quizás a rescatar una franquicia que estaba de capa caída y ofrecer un episodio más satisfactorio que el séptimo (Saw 3D) como cierre. A mi juicio cumple esa expectativa sin ser una gran película aunque no sé si esto es más producto de sus virtudes o del desaguisado que fue la cinta anterior.

Los que vayan llamados por la nostalgia creo que saldrán razonablemente satisfechos: tienen desplegados en pantalla todos los sellos identitarios de la franquicia e incluso escucharán "Hello Zepp", la tétrica melodía de fondo que aparece en todas las películas de la saga Saw (la banda sonora vuelve a estar en manos de Charlie Clousier). Quienes vayan arrastrados a la sala saldrán tan decepcionados como siempre.

A pesar de que los hermanos Spierig dijeron que abrazarían el gore, os digo a título personal que en Saw VIII he echado en falta algo más de imaginación en la creación del juego y, por qué no decirlo, de sangre en los momentos clave de la cinta, pero os miento si os digo que no me ha entretenido y engañado con sus trampitas argumentales (muy enrevesadas, no digo que no). Algo similar me ocurrió leyendo una novela de Jo Nesbo "Petirrojo". Te mete un gol por la escuadra, que siempre escuece, pero encaja.

VALORACIÓN:

Razonablemente entretenida, esta propuesta sanguinolienta sabe llegarle a los fans de la franquicia con su dosis habitual de retorcida crueldad. Nuevas trampas, mortales y argumentales, para alimentar una prolífica y no siempre certera saga que sin embargo tiene un enorme efecto de llamada.

LO MEJOR:

La duración está muy ajustada a lo que ofrece: no da para más de esos 92 minutos. El giro final es tan loco que es imposible que te anticipes.

LO PEOR:

El diseño de producción y los esquemáticos personajes hacen que parezca un episodio gore de CSI. Aunque muestra vísceras se me queda corta de sangre.
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62

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