Crítica de Sharknado 3: Oh Hell No!

Nueva producción de baratillo de The Asylum que revalida petando las redes sociales y que se cierra, como no podía ser de otra manera, con el anuncio de Sharknado 4 y esta vez nos tocará otear el horizonte en Europa, porque, tal y como se ha hecho público los únicos límites los marca la imaginación y el presupuesto. ¡Habrá que prepararse para la invasión porque es todo un fenómeno en Internet.

¡Y no se puede decir que gasten demasiado en estas películas! Fallos de raccord a raudales, efectos especiales de parvulario, interpretaciones premeditadamente cutres y patrioteo a saco para una tercera entrega que aporta más de lo mismo localizando la acción en lugares diferentes.

Con vuestro permiso cambiaré el Oh Hell No! por el Oh, my God! de Janice en Friends, que me parece más apropiado al ver un tiburón en el regazo de Lincoln o a la vicepresidenta haciendo surf sobre escualos en la Casa Blanca sobre el retrato de George Washington.

El precario argumento que grosso modo se basa en que dos frentes nubosos de tiburones cabreados van a unirse liándola especialmente parda en la cosa este de Estados Unidos está sazonado de toda clase de chorradas entre las que se incluye una querencia especial por destrozar todo lo que nuestros marinos amigos encuentran a su paso: desde la Casa Blanca hasta el parque de Universal Studios en Orlando (bonito spot que nos cuelan, por cierto).

El lado humano más tontaco también está presente, por supuesto, contando la historia de nuestro héroe protagonista, Fin, condecorado con la motosierra de oro por el presidente justo antes de tener que defenderlo del ataque mandibular de una nueva horda de escualos sedientos de sangre. Aunque de lejos lo mejor es su inminente paternidad. Y es que si es un clásico ver a una mujer dando a luz en un taxi, Sharknado 3 solo podía mejorar la cosa con uno de los partos más absurdos, inverosímiles y vale, también divertidos, de los últimos tiempos.

David Hasselhoff se lo ha pasado pipa haciendo el ganso en esta peli de bajo presupuesto: se ve, se nota, se siente, así que no sería de extrañar que repitiera.

Pero lo que más divertido resulta es el cameo de George R. R. Martin, que Anthony C. Ferrante se ha cuidado mucho de mantener en secreto hasta el estreno de Sharknado 3: Oh Hell No!. "Nosotros queríamos que estuviera en la película, él quería estar en ella, así que nos fuimos a Nuevo México y rodamos la escena en un día", explicaba.

El cineasta ha confesado que le atraía la idea de "llamar la atención y cabrear a todos los fans de Juego de tronos" pero lo cierto es que es uno de los momentos estrella en el que nos ha sacado una carcajada. No os cuento lo que pasa, aunque os lo imaginaréis.

Final abierto para esta película que uno puede ver tranquilamente mientras limpia el polvo, se hace las uñas o riega los geranios. Los propios fans de Sharknado seránlos encargados de decidir si April (Tara Reid)vivirá para estar en la cuarta entrega o, por el contrario, si correrá un destino más dramático con los 'hasthag' #AprilLives o #AprilDies.

Y es que solo puedes tomarte esta peli a guasa, divertirte con ella o padecerla como mejor puedas y sobre todo, reírte cada vez que te da ocasión con las truculentas muertes y amputaciones chorreantes de sangre que provocan los muñecos y/o criaturas recreadas por ordenador integradas como el cul... digo... con poco acierto. ¿Cuál fue tu momentazo favorito?