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Crítica de ¡Shazam! La nueva película de superhéroes de DC

Shazam!
El cine de superhéroes sigue expandiéndose con un nuevo paladín bien peinado, cachas e... ¿Inmaduro? Arrancamos la crítica de ¡Shazam!, un filme de acción y aventuras con un toque diferente.

Después de años y años de cine de superhéroes, resulta difícil que una película encuentre una nueva forma de enfocar el concepto. ¡Shazam! no es una excepción, al menos en principio, pero sin duda se las apaña para presentar una personalidad marcada e incluso sorprendente por momentos.

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Antes de seguir con esta crítica de ¡Shazam!, quizá tendríamos que presentaros a un superhéroe que, desde luego, no tiene la popularidad entre el gran público de sus compañeros Batman o Superman... Pero oye, si Aquaman ha conseguido partir la pana, ¿por qué no iba a hacerlo él? Lo irónico del asunto es que este superhéroe lleva ya 80 añazos repartiendo justicia en los cómics, así que es uno de los más veteranos del panorama. De hecho, quizá si preguntáis a los más talluditos en esto de los cómics os responderán con una nostálgica sonrisa.

Como ya nos contó nuestro compi Jesús Delgado en un reportaje, ¡Shazam! antes era conocido como Capitán Marvel, lo que llevó a un conflicto con Marvel Comics y su propio superhéroe. Pero el de DC, a pesar de ser un sosias de Superman, tiene sus características claras. Su nombre procede de que hereda la sabiduría de Salomón, la fuerza de Hércules, la resistencia de Atlas, el poder de Zeus, el valor de Aquiles y la velocidad de Mercurio. ¡Y puede volar, claro! Lo interesante es que, a diferencia de otros héroes extraterrestres o fruto de accidentes, sus habilidades proceden de la magia.

Pero no esperéis un paladín taciturno y reflexivo, ya que en esta película de ¡Shazam!, el protagonista no es más que un niño (interpretado por Asher Angel), que recibe el don de transformarse cada vez que grita la palabra mágica: ¡Shazam! Cuando se convierte, sigue siendo un chavalín, pero metido en el cuerpo de un Zachary Levi que, estamos seguros, se lo ha pasado bomba interpretando a este personaje.

Y es que parte del encanto de la película (y el enfoque cómico de la misma, que es bastante acusado) está en que el protagonista es algo así como el Tom Hanks de Big, con mentalidad de niño pero cuerpo de adulto (de adulto mazado, claro), que ha de superar la euforia de tener a su alcance habilidades que antes le estaban vetadas, para entender la responsabilidad que también se le ha otorgado.

Lo más importante es creer

Aquí llegamos a otro pilar del filme, uno que no se ve venir en un principio: como el niño protagonista, Billy Batson, es huérfano, tiene que aprender a convivir con otros chavales parecidos a él en una casa de acogida, mientras los entrañables padres se esfuerzan por mantenerlos unidos. Esto lleva a que su motivación no gira tanto en torno a salvar el universo o aplacar una crisis interdimensional, sino algo tan simple e importante como entender que hay que cuidar y aprender de la familia. Ya lo representa bien la pegatina del coche de los padres: soy una madre adoptiva, ¿cuál es tu superpoder? Apunte friki: el padre es Cooper Andrews, Jerry en The Walking Dead.

Shazam - Los pecados capitales

Esto habría quedado algo ñoño, de no ser porque se ha cuidado muy bien ese plantel de hermanos, que tienen una personalidad muy marcada. El más importante es Freddy (Jack Dylan Grazer), que conoce a fondo los superhéroes y ayuda a Billy a descubrir los suyos propios, pero a la vez le hace ver qué es lo importante de convertirse en uno. Pero también tenemos a la pequeñita Darla, que está obsesionada con caer bien a todo el mundo y ser la hermana perfecta. Aporta un punto de humor y candidez que sientan de fábula a la película. Aunque al principio la película no parece encontrar su tono, es gracias a todos estos secundarios y al propio enfoque del protagonista que, para nuestra sorpresa, acabamos sintiendo que estamos ante una película de aventuras juvenil al más puro estilo del Steven Spielberg de los 80.

¡Shazam! - Galería de imágenes

Pero claro, todos estos aventureros necesitan un villano a la altura. En este caso se trata del Doctor Sivana, interpretado por ese titán de los papeles secundarios que es Mark Strong (Kingsman: El Círculo de Oro), el cual se defiende con soltura, pero es cierto que su personaje no es tan profundo o complejo como nos hubiera gustado. Sí tienen su gracia los poderes que posee: dentro de él habitan siete demonios que representan a los siete Pecados Capitales y con ellos es capaz de montar verdaderas carnicerías. Al principio, cuando empieza a desatar sus poderes, es cuando la película se vuelve un poco oscura, pero pronto se recupera ese rumbo desenfadado que caracteriza al resto del metraje.

A ello contribuye la absoluta falta de complejos que demuestra ¡Shazam! No es canalla, pero sí se atreve a bromear con todo lo que le rodea. Es previsible que el héroe y Freddy se pongan a fardar en vídeo y subir a Youtube sus primeras hazañas (eso ya no sorprende, ya lo habíamos visto en Kick-Ass años atrás), pero sí resulta mucho más fresca la forma en la que hacen guiños constantes al resto del universo DC, especialmente a Batman y Superman, que son mencionados desde la sutileza hasta las bromas más directas y cachondas. ¿Habrá cameos? Ni sí, ni no, sino todo lo contrario...

También hay referencias mucho más avanzadas a todo el universo de Capitán Marvel y Shazam, pero eso ya os lo contamos más en detalle en nuestra crítica comicófila. Ojo también a las referencias a cierto videojuego muy "mortal". ¡Que se note que es Warner Bros quien está detrás de esta película!

El apartado más típicamente superheroico también está muy presente, no creáis: hay vuelos, peleas de puñetazos, disparos, monstruos desatados y, en definitiva, escenas de acción muy vistosas, además de entornos místicos como el templo en el que Billy recibe sus poderes. Ojo, porque lo hace de manos de un misterioso mago que está encarnado por Djimon Hounsou, que ha sido Korath en Capitana Marvel. ¡Casualidades de la vida! Su caracterización y el propio templo dan una pinta un poco casposilla, pero el propio humor del que hace gala Billy lo enmascara bien.

En conjunto, ¡Shazam! es una película que arranca regular, tarda un pelín en desmelenarse del todo y encontrar su enfoque más distintivo (ese rollo heroico-familiar que os comentábamos), pero cuando lo hace consigue llevarnos de la mano para que nos sintamos como un público que está disfrutando de una película de superhéroes blanquita y ligera. En ese sentido, estamos seguros de que os resultará satisfactorio en una sesión de cine familiar, yendo con hijos que no sean demasiado chiquitines (los demonios de los siete Pecados Capitales quizá les darían miedo), pero seguro que un chaval de 10 años flipará con la idea de convertirse en alguien tan guay con solo gritar el nombre del héroe. Si vosotros sois ya mayorzotes, sentiréis que volvéis a ser esos críos por un momento. Quizá sería mejor sin esa capa tan pretendidamente hortera, pero oye, los musculotes compensan...

Shazam

¡Ah! Sabemos que os lo estáis preguntando: sí, hay dos escenas postcréditos, una que pretende expandir el universo de esta película y otra... Muy graciosa, la verdad.

No se llaman Shazam, pero también molan

Recuerda, tenemos las críticas de todas, absolutamente todas las películas con héroes en mallas que se han estrenado hasta la fecha. Puedes leerlas en nuestro especial cine de superhéroes.

VALORACIÓN:

Sin duda, una de las películas de superhéroes más desenfadadas (para bien) que hemos visto en mucho tiempo. Recupera parte del encanto del cine de aventuras familiar de los 80 en una historia sin grandes pretensiones.

LO MEJOR:

Su absoluto desenfado y falta de complejos. Algunas bromas en torno al universo DC. Su inesperado enfoque familiar.

LO PEOR:

A veces, se esfuerza tanto por ser graciosa que cansa. El villano es un poco plano.
Hobby

78

Bueno

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