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Crítica de She-Ra y las Princesas del Poder - Temporada 1 del reboot, ya en Netflix

Jesús Delgado

She-Ra y las Princesas del Poder
She-Ra y las Princesas del Poder llega a Netflix. El reboot de la serie clásica de Filmation que servía de spin-off a He-Man y Los Masters del Universo llega en una nueva versión para el público juvenil del siglo XXI de manos de Dreamworks.

Una nueva serie acaba de aterrizar en Netflix. Se trata de She-Ra y las Princesas del Poder (She-Ra & the Princesses of the Power), el remake de la serie clásica de los ochenta, She-Ra: Princesa del Poder. Esta última era un spin-off de los dibujos de He-Man y los Masters del Universo. En ella, se desarrollaban las aventuras de la hermana gemela del héroe de Eternia, la cual luchaba contra la Horda del Terror que lideraba el malvado Hordak.

She-Ra y las Princesas del Poder parte de la misma premisa de la serie original. Adora es una huérfana criada por la Horda del Terror para ser capitana de su ejército. Sin embargo, un día descubre una espada mágica que la convierte en una semidiosa de gran fuerza y poder, llamada She-Ra. Junto a sus nuevos poderes, Adora descubre que Hordak y sus esbirros la han estado engañando toda su vida y que la Horda es en realidad un invasor del mundo de Etheria y no una fuerza de pacificación, como siempre le han contado. Esto la lleva a unirse a la rebelión liderada por las Princesas del Poder, en un intento de descubrir también su verdadero origen.

Así comienza esta nueva versión de la serie clásica, que Filmation diseñó para dar exposición al resto de juguetes de Mattel, muchos de ellos dados a conocer precisamente en los cómics recogidos en el volumen 3 de los Mini-comics de Masters del Universo. Esta nueva producción corre a cargo del estudio de DreamWorks Animation Television y cuenta con la ilustradora y guionista Noelle Stevenson (creadora de los cómics NimonaLeñadoras) como showrunner del programa. 

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En la siguiente crítica, analizamos los 13 episodios que componen la temporada 1 de She-Ra y las Princesas del Poder, señalando tanto sus puntos fuertes como sus flaquezas.

El mismo mito, para una nueva generación

She-Ra y las Princesas del Podertrata de ser un programa bastante respetuoso en su planteamiento respecto a la concepción del show original. Uno de sus principales valores es el de intentar recuperar los mitos originales de los años 80, actualizándolos con una narración más elaborada que la serie procedimental clásica. Así los capítulos de una misma temporada forman un relato más complejo y largo, dibujando el escenario y la historia. 

En este sentido, el show recupera los personajes y las localizaciones de los dibujos originales clásicos, incluyendo algunos elementos que solo se vieron en la línea de juguetes, pero también los actualiza y les da una mayor dimensionalidad. Las historias no solo son relatos autoconclusivos con moralina, que conforman un tapiz mucho más grande. También son una historia que sirve para que los protagonistas y antagonistas evolucionen y muestren capas de personalidad, dando pie a un universo colorido y con muchos matices. Aunque, ojo, no olvidemos que esto es una serie de dibujos animados para público joven. No pretende ser lo que no es, y en eso es muy honesta. 

Por otro lado, al igual que su homólogo de los años 80, esta She-Ra tiene un sutil discurso de corte feminista y de liberación sexual. Aunque se trata de un programa destinado a a audiencias juveniles, la historia y los planteamientos de ciertas relaciones y personajes normaliza ciertos arquetipos y conceptos para que no resulten extraños a su público. Aunque, a diferencia de la serie clásica, el subtexto de esta resulta mucho más evidente. Sobre todo para el espectador actual, que entiende los códigos propuestos. Este detalle, por cierto, no es nada nuevo. Sobre todo, teniendo en cuenta la producción de la principal creativa de la serie, Noelle Stevenson, cuyos trabajos discurren con un tono similar en pos de la normalización de ciertos conceptos entre su audiencia. 

A nivel de producción, hemos de hablar de una excelente labor creativa y artística. Los diseños y actualizaciones visuales de personajes y escenarios son sobradamente correctos y acordes a las modas de hoy en día. Hemos de resaltar que la serie tiene una estética de carácter más inclusivo y atiende también a ciertas sensibilidades en lo referente a la estética. En lugar de apostar por cuerpos idealizados y físicos esculturales, propios de las series animadas de la década de 1980, la nueva She-Ra da cabida a otros tipos de cuerpos y formas no limitadas a "superhéroes".

Si quieres saber más sobre las líneas de juguetes originales de She-Ra y He-Man, deberías ver la serie documental de The Toys That Made Us.

Gracias a este planteamiento, retrata a las muchas mujeres del programa con cuerpos y rostros que podemos encontrar en numerosas personas del día a día. En este aspecto, esto creemos que es un acierto de la producción, que pretende acabar con los complejos y los cánones de belleza imposibles. 

Cambiando de tercio, hablaremos de su puesta en escena. A nivel narrativo como visual, She-Ra y las Princesas del Poder bebe de animes americanos como Avatar:The Last Airbender y su secuela, pero también de series de dibujos de como Steven Universe, por citar un claro referente. Sin embargo, en cuanto echa a rodar, encontramos ciertos fallos de forma. Uno de ellos es el acabado. Al tratar de adaptar el estilo de animación occidental a un ritmo de animación propia del anime, encontramos un recorte de fps (frames por segundo), que hace algo forzada la animación en ocasiones. En otros shows en los que esto se ha intentado hacer, la transformación no resalta tanto, lo cual hace que el visionado de esta serie pierda algunos puntos.

Además, podemos detectar ciertos problemas de presupuesto en el acabado irregular de más de la mitad de los capítulos. Ciertas secuencias denotan un trabajo muy cuidado, frente a otras en las que los detalles apenas están pulidos y cuya calidad roza la de algunos cortos animados de Internet. Quizá de darse segunda temporada, con mayor presupuesto, tiempo y personal, estas taras se subsanen, ofreciendo un apartado visual más trabajado. Valga la comparación, como ocurrió con Castlevania, cuya segunda temporada es comparativamente mucho más elaborada que la primera en lo tocante a su animación. 

Ciertamente, debido a todo esto (tanto lo bueno como lo malo), somos conscientes de que el fan veterano refunfuñará y clamará traición y "pérdida de esencias". Pero como solemos decir en esta publicación respecto a estas cuestiones, recordad que estos remakes no tienen en mente al señor de 40 años que creció viendo dibujos en los ochenta, sino al público actual. De ahí que tienda a hablar un lenguaje narrativo, argumental y discursivo propio del momento que vivimos y acorde al espectador infantil y juvenil del hoy en día. 

¡Nos están cambiando la series de nuestra infancia! Y a nosotros nos parece bien. Os desarrollamos esta idea en este blog de opinión

Como reflexión final, nosotros nos queremos quedar con que She-Ra y las Princesas del Poder promete y pinta como una digna serie de animación para público infantil y juvenil. También nos deja con ganas de ver a He-Man en una segunda temporada, tal y cómo ya se ha adelantado que sucederá de producirse una nueva etapa del programa.

VALORACIÓN:

Atractivo reboot de la serie de Filmation y Mattel a manos de Dreamworks y Noelle Stevenson para Netflix. Una actualización con chispa de una franquicia de culto, acorde al público juvenil actual.

LO MEJOR:

El estilo cartoon de comic. El uso de la mitología compartida de She-Ra y He-Man. Los diseños de personajes y localizaciones.

LO PEOR:

La animación (que no el proceso de producción): se echan en falta más fps y se detecta falta de presupuesto, debido al acabado de ciertas escenas.
Hobby

74

Bueno

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Etiquetas: Netflix