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Crítica de Sick of Myself: demoledor humor negro sobre las consecuencias del postureo

Sick of Myself

Crítica de Sick of Myself, la película noruega escrita y dirigida por Kristoffer Borgli sobre los egos desmedidos y las consecuencias de buscar la fama a toda costa. Estreno el 10 de marzo.

Borgli lanza un dardo envenenado a la sociedad en la que vivimos en la que impera el eslogan acuñado por Lola Flores: "que hablen bien o mal, pero que hablen". En un mundo que ha hecho de la fama un medio de vida y de la notoriedad pública un valor al alza, hay quien busca estar en boca de todos al precio que sea.

El guión de Sick of Myself (película que para regocijo general se queda en unos gozosos 95 minutos, hasta en esto va a contracorriente) disecciona mediante un humor más que negro, negrísimo, la necesidad constante de dar la nota, de generar conversación, de conseguir "likes", de obtener la aprobación de los demás y, en suma, de alimentar egos insaciables.

Está todo llevado al extremo... pero también contando con un reflejo en la realidad pura y dura. Nuestra protagonista, que a menudo se abstrae en ensoñaciones autocomplacientes, presenta una conducta asimilable al trastorno facticio que la lleva a fingir enfermedades que no padece o bien causárselas a propósito para llamar la atención y obtener reconocimiento social.

Una perversa relación de pareja

Signe y Thomas tienen una relación malsana. Ninguno de los dos es lo que parece: él se las da de artista contemporáneo de élite cuando en verdad se dedica a robar para hacer después exposiciones y vender entrevistas a las revistas del gremio y ella, cansada de estar a su sombra y de seguirle el juego, pretende ensombrecer su éxito haciéndose la dueña de cada conversación.

Signe trabaja en una cafetería en la que un buen día se produce un accidente y tiene que atender a una mujer que ha sido mordida por un perro. Pronto se da cuenta del ruido que puede llegar a hacer un acontecimiento así y empieza a indagar por Internet.

 

Así, da con un medicamento ilegal de origen ruso que provoca una fuerte reacción en la piel además de otros síntomas y se dispone a conseguirlo y consumirlo de forma compulsiva. Signe se acaba de crear como personaje dispuesta a salir a la opinión pública como una superviviente que se ha reinventado a sí misma consiguiendo la compasión de los demás y la ansiada fama.

El problema es que su enfermedad no solo tiene un lado estético, también le pasa factura a nivel físico y la hace pensar hasta en su propio funeral. Con sus propias, reglas, claro está, porque en su cabeza es la dueña de todas las situaciones, hasta muerta.

¡Mírame! ¡Mírame!

Si por algo destaca Sick of Myself es por su mala baba. En línea con películas como El triángulo de la tristeza,una de las películas que se ha colado en la recta final de los Óscar 2023, es una sátira que analiza no solo las desigualdades sociales (los protagonistas son dos wannabe que le echan caradura a la vida), sino la forma en la que la audiencia glorifica a sus héroes mediáticos.

Ninguno de los dos busca la fama por méritos propios, creando algo por sí mismos o aportando algo a sus comunidades sino que toman los atajos: aprovecharse de trabajo de otros, inspirar lástima, proponer una gran redención (algo que funciona de maravilla, todo hay que decirlo) o incluso vender "la historia real" detrás de la manipulación.

Sick of Myself - Galería de imágenes

ADSO Films

La película llega a ser delirante pero también sumamente afilada porque todo lo que propone lo hemos vivido de una manera u otra. Famosos sin oficio ni beneficio que han caído en desgracia y se han vuelto a poner en pie, personas cuya notoriedad e influencia se basa en dar pena y beneficiarse de sus desgracias, a veces auntoinfligidas...

En fin, es terreno conocido y se explota con un sentido del humor muy peculiar y agudo. Por lo demás es una producción pequeña, que cuenta con buenas interpretaciones y flaquea al final, en el momento de rematar la historia, que tiene momentos álgidos desternillantes como todos aquellos en los que Signe se plantea su futuro ideal.

Sea como fuere, Sick of Myself da para un buen debate para pensar cómo nos construimos nuestra reputación, forjamos nuestras relaciones y qué valoramos de los demás. El titulo le va al pelo al momento vital que atraviesa la propia humanidad enferma de ego, deseando ocupar un titular.

VALORACIÓN:

Sick of Myself tiene muy mala baba, pero es certera a la hora de apuntar hacia los grandes males de nuestra sociedad obsesionada con los egos desmedidos, el reconocimiento público y la fama morbosa, independientemente de qué la origine.

LO MEJOR:

¡Aleluya! ¡95 minutos de metraje! Sobresale por la demoledora y descacharrante premisa de la película: tiene un humor negro muy particular.

LO PEOR:

Necesitaba un final más mordaz, el desenlace es demasiado laxo.
Hobby

75

Bueno

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