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Crítica de Sombra, la nueva gran película de Zhang Yimou

Sombra
Zhang Yimou regresa al cine bélico con la espléndida Sombra (Shadow), una película en la que el cineasta chino vuelve a indagar en las intrigas relacionadas con el poder. En cines a partir del 17 de mayo de 2019.

Sombra (Shadow) es la nueva película del director chino Zhang Yimou, responsable de películas como Hero, La casa de las dagas voladoras, La maldición de la flor dorada o, más recientemente, aquel despropósito que fue tanto en tono como en contenido La gran muralla. La película de la que os hablamos hoy está en las antípodas de este trabajo.

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En esta ocasión, Yimou regresa a sus orígenes adaptando el clásico de los Tres Reino y filmando una película bellísima que busca aprovechar una fotografía muy desaturada para profundizar en la lucha de la luz y la oscuridad, la paz y la guerra, lo femenino y lo masculino. Una dialéctica similar a la de tinta negra rasgando el papel blanco con trazos vivos y llenos de movimiento. La puesta en escena es espectacular con una dirección artísitica tan preciosista como los atuendos de los protagonistas que se ven inmersos en una contienda feudal por la reconquista de un territorio mientras un hombre lucha por recuperar su identidad.

Sombra comienza mostrando cómo el condado de Pei (Peixian) está bajo la administración de un rey salvaje y peligroso (Zheng Kai). Aunque el comandante militar de su ejército (Deng Chao), ha demostrado su valía en el campo de batalla, se ve forzado a emplear toda clase de sucias estratagemas para poder sobrevivir a las traiciones que se suceden en la corte del rey.

Para ello, ha creado una "sombra" (interpretada por el propio Chao), un doble que es capaz de engañar al mismísimo rey y a sus enemigos cuando la situación lo requiere. Cuando el rey y el comandante deciden asediar la ciudad amurallada de Jing, comenzará un combate sin igual que sacudirá los cimientos de la corte de Peixian.

Además de encargarse de capitanear el rodaje, Yimou ha coescrito el guión junto a la debutante Wei Li cuyo segundo libreto, Inversion, rodará Mark Waters. Y hay que quitarse el sombrero ante la imaginación y el ingenio desplegado para crear secuencias de lucha únicas, tremendamente originales y cargadas de belleza y misticismo. Ojo a los guiños al caballo de Troya, a las gestas bélicas clásicas que provienen de la tradición oral y a la vuelta de tuerca al cine wuxia que tan bien ha sabido llevar este director a las masas.

Con Sombra, Zhang Yimou regresa a la senda del cine que mejor domina: aquel en el que el poder corrompe, en el que los giros de guión van en la dirección de delatar los abusos de poder y en el que son, por tanto, tan importantes las sombras. No solo hay poesía y lirismo en las impagables secuencias de lucha, sino que esa "filosofía de los contrarios" impregna cada fotograma. Y la escenografía ayuda a explotarla con biombos en los que se traslucen los cuerpos a la vez que sirven para proyectar las sombras (una clara referencia a las sombras chinescas que le aporta otro plus de extravagancia).

La otra dualidad relevante es la que se inspira en el comandante y su sombra y que acaba recalando en el leit motiv del doppelgänger siniestro que, en este caso sería el original y no la "copia".

En este sentido a lo largo de la película afloran otros conflictos muy interesantes como la pérdida de la identidad, la búsqueda de los orígenes o la imposibilidad de imaginar una existencia al margen de la que se ha forzado en la sombra. Qué bien se exploran estas ideas por una doble vía: la de las imágenes y la de la banda sonora con dúos de cítaras desgarradores que narran de forma musical lo que el espectador observa ante su atónita mirada. El conjunto es muy sorprendente e impactante y supone un nuevo reencuentro de la tradición con la modernidad.

Hay que señalar también que, aunque el final de Sombra es bastante impredecible, deja un regusto un tanto amargo, porque da la sensación de que al director se le va de las manos la película en el último instante. Parece un tanto forzado lo que sucede en el tramo final en el que se suceden varios giros de guión imprevistos y se rompe por completo el equilibrio que venía imperando a lo largo de toda la película.

Con todo y con eso, Sombra produce un deleite de tal calibre que predominan sus aciertos por encima de sus deslices. Todo su envoltorio, casi fantástico, está bien explotado y al servicio de una historia repleta de intereses cruzados, traiciones manifiestas y veladas y un sentido épico estremecedor. Si Zhang Yimou permanece en esta senda, seguiremos gozando de un director que sabe maravillarnos y ¡de qué forma!

VALORACIÓN:

Zhang Yimou regresa al cine bélico por todo lo alto con una película tan hermosa formalmente como profunda en términos de honor, ambición y gesta territorial. Una pieza imprescindible.

LO MEJOR:

La imaginación coreográfica, la exquisitez de la fotografía y la puesta en escena y lo bien que explota las dualidades a través del blanco y el negro.

LO PEOR:

Los instantes finales del fin son contracatárticos: Sombra finaliza con un anticlímax extraño, como si se hubiera optado por un final de compromiso.
Hobby

85

Muy bueno

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