Crítica de Viejos, la película de terror sobrenatural presentada en Sitges con sorpresa final. Protagonizan la cinta Gustavo Salmerón y Zorion Eguileor. Estreno en cines el 17 de marzo.
Viejos es una película de terror que ya arranca por todo lo alto con una secuencia muy inquietante en la que vemos a una anciana comportarse de forma incomprensible para quitarse la vida de forma violenta.
Hace tiempo que el cine de género ha adoptado la senectud como fuente de inspiración para todo tipo de relatos: generalmente las añosas mujeres de cabellos largos y canosos se relacionan con brujas y sortilegios de toda clase para mantener de forma antinuatural una suerte de eterna juventud engañosa y caduca.
Pero también los hemos visto en "modo secta" o exhibiendo conductas satánicas y suicidas. Ejemplos recientes de no nos faltan con películas que han ido llegando para sacarle punta al concepto: ahí tenemos La visita, Midsommar, Los ancianos, La abuela o Venus, por no irnos muy lejos.
El caso de Viejos es un poco especial y se desmarca de los conceptos anteriores porque se preocupa muchísimo de la ambientación tenebrosa y, a pesar de que somos testigos en parte de las maquinaciones de los ancianos en trance, no terminamos de componer todo el puzle hasta el golpe de efecto final, con el que termina la película pero empieza la tralla de verdad. Un poco coitus interruptus.
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El lenguaje hipnotizante del ruido blanco
Después de lo que parece un trágico accidente (el que os hemos contado en el primer párrafo de esta crítica), Manuel se queda viudo y se ve obligado a mudarse a la casa de su hijo Mario, con quien nunca ha tenido una relación demasiado estrecha.
Pero pronto su situación se complica puesto que dice escuchar voces y sentir presencias que nadie más nota. Empieza a pasar tiempo a solas y a obsesionarse con detalles inquietantes. Las relaciones familiares se tensan cuando Lena, su nuera, le pide a Mario que salga de casa. Presiente que algo espantoso puede suceder y quiere proteger a su hija adolescente.
Ella, Naia, se esfuerza en hablar con su abuelo y en reternerlo a su lado porque lo aprecia sinceramente. Pero él está cada vez más alterado y se impone una solución salomónica: tendrá que ingresar en una residencia.
Están viviendo en verano más caluroso desde que hay registros y ha comenzado una cuenta atrás que les lleva a un destino insoslayable. ¿Es demansiado tarde para detenerla?
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Calor y horror
Que Viejos vaya a estrenarse en marzo le quita uno de los "plus" de terror porque si lo recordáis el larguísimo verano de 2022 sí que nos hizo pensar que se había desatado el infierno en la Tierra y nos llevó a un estado de ánimo más próximo a la antesala del Apocalipsis que propone la película.
Bromas aparte, la película cuenta con dos aspectos muy atractivos: el calor fundente y omnipresente que tiñe la fotografía de ocres y amarillos y las interpretaciones del elenco más maduro.
Sobresale por encima del resto el trabajo de Zorion Eguileor (El hoyo), obvio, ya sabemos que con una simple mirada o un gesto puede crisparnos los nervios y hacernos sentir escalofríos pero es que además gana por contraste con el reparto más joven, que está a punto de arruinar la función por su inexperiencia y falta de naturalidad.
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Por lo demás Viejos se desenvuelve en clave de thriller psicológico jugando con las expectativas de la audiencia y proponiendo situaciones límite en las que es difícil saber por dónde tirar. Contribuye a generar una tensión adicional el hecho de que veamos una cuenta atrás que no tenemos ni idea de hacia dónde nos conduce.
El final es glorioso: todo un clímax monumental que refrenda el compromiso de los creadores Raúl Cerezo y Fernando González Gómez (La pasajera) con el fantástico y nos deja boquiabiertos. El gran "pero" es que la película termina donde empieza el despliegue de la historia. Deja con hambre de más aunque nos dejó sensaciones positivas cuando pudimos verla en Sitges 2022.