Crítica de Wolfwalkers, la nueva obra maestra animada de Cartoon Saloon

Mientras que casi todas las ramas de la escena cinematográfica se han detenido a causa del Coronavirus, la industria de la animación ha conseguido seguir adelante e incluso seguir reforzada, ya que la producción de muchas series y películas han podido continuar sin casi problemas en comparación con sus contrapartidas en acción real. 

Este año ha dejado un panorama bastante interesante en cuanto a películas de animación, con varios títulos muy anticipados llegando directamente a plataformas de streaming. Este es el caso de Wolfwalkers, la última película de Cartoon Saloon dirigida por Tom Moore y Ross Stewart que se estrenó en Apple TV+ el pasado 11 de diciembre.

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El pequeño estudio de animación irlandés consiguió renombre internacional tras El secreto del libro de Kells yLa canción del mar, fuertemente inspiradas en la mitología y el folklore irlandés y con un estilo de animación 2D muy peculiar. Con esta nueva película de animación, el estudio vuelve a sus raíces, presentándonos una historia ambientada en el Kilkenny del siglo XVII. 

Wolfwalkers se centra en Robyn Goodfellowe, una chica inglesa que viaja a Irlanda con su padre, un reputado cazador, para acabar con la peligrosa manada de lobos que está sembrando el caos en la zona. Mientras explora el exterior de la ciudad, Robyn se hace amiga de Mebh, una niña salvaje que forma parte de una tribu misteriosa y tiene increíbles poderes mágicos. La madre de Mebh ha desaparecido, y mientras ambas niñas la buscan, Robyn se ve absorbida de lleno por el mágico mundo de los lobos y su bosque. 

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La película de Moore y Stewart se posicionaba como uno de los estrenos más esperados entre los fans de la animación y los seguidores del estudio, y desde luego cumple de sobra con las expectativas. Wolfwalkers es una película bellísima, con una animación preciosa y cuidada, llena de expresividad. Los diseños pueden parecer sencillos en un primer momento, pero las formas de los personajes y los escenarios están llenas de detalles y texturas. 

Sí que es cierto que el estilo de Cartoon Saloon es peculiar, y en algún momento el tratamiento de los escenarios y la perspectiva puede resultar confuso, pero una vez se acepta que es parte del diseño, sirve al propósito de ambiente de cuento, al igual que las líneas con textura de lápiz y acuarela y las paletas de colores brillantes.

Todo este ambiente como de cuento y la estética céltica que el estudio conoce tan bien resultan el envoltorio perfecto para la historia de Wolfwalkers. Usando de marco la colonización de Irlanda por parte de los ingleses, esta película nos presenta una poderosa historia sobre la batalla entre el hombre y la naturaleza, dejándonos un mensaje claro sobre la importancia de respetar y honrar la naturaleza y otras culturas. 

Una de las claves de esta película de animación son sus personajes, y el reparto en su versión original formado for Honor Kneafsey, Eva Whitakker, Sean Bean y Maria Doyle Kennedy les dan toda la expresividad y emoción que necesitan. Además del alegato sobre la defensa de la naturaleza, Wolfwalkers también nos deja un mensaje sobre la importancia de la amistad, especialmente entre personajes femeninos, y la familia, así como poder mostrarnos ante ellos tal y como somos.

Wolfwalkers se perfila como una de las mejores películas de animación del año, perfecta tanto para pequeños como adultos, con un acabado visual impecable y una historia emocionante sobre la protección de nuestros recursos naturales y el entendimiento entre seres humanos que resulta más relevante que nunca.