Nos encantan los domingos, y es que ya hemos convertido en tradición analizar los episodios de Dragon Ball Z. Esta semana le llegó el turno al capítulo 9 de la serie, donde veremos a Gohan afrontar su primer gran desafío completamente solo... ¿o quizás no? ¡Empezamos!
El episodio 9 comienza con el despertar de Gohan en la llanura, algo confuso, tras pasar una noche terrible al transformarse en Ohzaru. De hecho, Piccolo tuvo que cortarle la cola y destruir la luna para evitar males mayores. Por esta razón, pierde el equilibrio nada más levantarse, y es que es la primera vez que el pequeño afronta la vida sin su vieja amiga.
Pero hay más novedades, ya que al mirar su reflejo en el agua observa que tiene nuevos ropajes y hasta una espada con la defenderse de cualquier peligro. ¿Quién le habrá regalado ese atuendo? Pero no hay tiempo para más preguntas...
De repente, la fiera fauna hace acto de presencia, con el objetivo claro de acabar con el muchacho. Un cocodrilo gigante y un enorme dientes de sable pujan por la vida del pequeño, con sus afilados dientes como primera y única moneda de pago. Gohan no puede hacer más que correr, y al subirse a una colina...
Un águila gigante lo atrapa entre sus garras, volando por los aires, hasta que se encuentran con un grandioso ave prehistórico, una suerte de pterodáctilo. ¿Vendrá en son de paz? Para nada. Se desata una cruenta batalla aérea que concluye con la caída de Gohan a una caverna subterránea.
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¿Y sabéis qué es lo que se encuentra Gohan en la cueva? Restos arqueológicos y pictóricos de la civilización de Nemuria. Como buen estudiante y lector de nacimiento, el saiyan identifica dicha cultura en cuanto contempla las inscripciones en las paredes. Pero eso no es todo...
¡Se encuentra con un robot enterrado entre las rocas! Pese a que su estado es bastante lamentable, Gohan logra dar con el interruptor para encenderlo. ¡Bingo! El hijo de Goku ha encontrado un amigo después de horas de angustia y soledad. Eso sí, la máquina resulta bastante arisca y huraña, pero le indica que si quiere escapar de allí, tiene la salida justo arriba.
Con lo que no contaba Gohan era con el tremendo acantilado que se descubría a sus pies. ¡Imposible salir de allí y saltar al otro lado de la montaña! Ante la situación, no duda en dar media vuelta para contárselo al robot.
Es más, Gohan percibe que el robot no puede verle, así que se pone manos a la obra para arreglar sus circuitos de visión. ¡Y de nuevo, bingo! El pequeño devuelve la vista al robot, pese a la negativa de este por recuperarla, demostrando que hace gala de unos conocimientos muy avanzados para su edad.
Sin embargo, no puede combatir contra los arrebatos propios de un niño, y tras comprobar que está muerto de hambre y no puede solucionarlo, se pone a llorar en la caverna. Una mala idea, sin duda, pues los cimientos empiezan a temblar con riesgo de derrumbamiento. Ya se lo había avisado antes el robot, pero Gohan le hace caso omiso. Para calmarle, el robot le cocina unas setas gracias a una de sus funciones culinarias.
Para devolverle el favor, Gohan opta por desenterrar al robot, causando un gran alboroto en toda la cueva y el cese de una peligrosa columna. Afortunadamente, el robot logra cogerla a tiempo, pero termina bloqueando la salida de la caverna para desgracia de Gohan.
El fin de los dos parece inminente, la cueva está a punto de saltar por los aires, así que el robot le indica a Gohan que conecte su cable rojo con el azul (un clásico), con el objeto de desatar todo su potencial. Una vez listo, desintegra la columna que bloqueaba la salida, coge a Gohan con sus pinzas y lo lanza a la otra parte de la montaña. ¡Salvado!
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¿Pero están los dos bien? Lamentablemente, el robot queda sepultado entre las rocas, para desgracia del pobre Gohan que ve cómo está a punto de perder a su primer gran amigo. El drama es real. Sin pensarlo, salta de un montículo a otro para encontrarse con el robot, dejando a un lado cualquier tipo de miedo a las alturas.
Gohan no da crédito a lo que está sucediendo. Las lágrimas empiezan a aflorar por su rostro y la voz del robot comienza a desvanecerse, mientras le pide al pequeño que deje de llorar, que quiere morir tranquilo y en paz... Estamos ante la primera gran lección de Gohan en este durísimo entrenamiento que no acaba más que comenzar. Os dejamos con esta emotiva galería, rematada por las lágrimas al viento del saiyan que no para de madurar.
¡CURIOSIDADES!
1- Los escenarios en este episodio son preciosos. No solo en el ámbito exterior, con amaneceres tan impresionantes y significativos como el que veis justo abajo, sino también en el campo de los interiores.
Y es que para describir la cultura Nemuria, no escatimaron en reflejar las inscripciones de dicha civilización en los muros de la cueva, así como la ilustración de Bimana, el dios alado de este pueblo. ¡Mirad!
2- Otra curiosidad es el vínculo constante entre Goku y Gohan a lo largo del episodio. Cuando el primero se echa una cabezada, el segundo hace lo propio con el robot.
Y si Gohan tiene hambre y se pega un verdadero festín de setas, su padre sigue su mismo camino en el Otro Mundo, zampándose un buen surtido de pomposas nubes. ¡Qué hambre!
3- La máquina protagonista del episodio tiene nombre y apellidos, y es que se trata de un robot cápsula muy antiguo, de la serie SSS. Como dato, en el doblaje en castellano aseguró estar enterrado durante 30 años, pero en el doblaje japonés el robot menciona que lleva 80 años sepultado en esa caverna.
4- Esta reacción que veis justo abajo es muy, muy similar a lo que ocurrió con Goku la primera vez que perdió su cola en la saga de Pilaf. ¿La diferencia? Gohan se lo tomó algo más en serio, mientras que a Goku le dio completamente lo mismo tras un segundo de drama.
¡Y hasta aquí el análisis de esta semana! ¿Qué os ha parecido este episodio de relleno de Gohan? ¿Qué sorpresas nos deparará el próximo episodio? ¡Nos vemos en una semana! ¡Kai, Kai!
VALORACIÓN:
Estamos ante un claro ejemplo de un buen episodio de relleno, donde casi todo tiene sentido y hay un objetivo muy claro: hacer madurar a Gohan a golpe de tragedia. La relación con el robot es entrañable y melancólica, con un desenlace fatal que llega al espectador. Una pena que Gohan se muestre muy inteligente a veces y zoquete en otras por guión.LO MEJOR:
La calidad gráfica del episodio. La ambientación de la caverna nemuria. Las primeras y duras lecciones de Gohan. La personalidad del robot SSS.LO PEOR:
El guión hace que Gohan parezca muy inteligente en unas escenas (arreglando al robot) y un zoquete en otras (derrumbando la cueva a gritos).65
Aceptable
Descubre más sobre Antonio Sánchez-Migallón, autor/a de este artículo.
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