Fight Club 2 - Análisis de la secuela de El club de la lucha

Soy el hígado de Chuck Palahniuk, y puedo soportar otro golpe directo. 

Tenéis trabajos que odiáis para comprar cómics que no necesitáis.

La primera regla de la secuela del club de la lucha es que nadie habla de la secuela del club de la lucha. 

Ninguna de estas frases aparece en Fight Club 2, la secuela en cómic de El club de la lucha, pero podrían. Son el tipo de frases que convirtieron a la obra de Chuck Palahniuk en un libro de culto, y que habéis reconocido nada más empezar a leer. Son una de las frases que en boca de Edward Norton o de Brad -Tyler Durden- Pitt podían cambiar nuestra manera de ver las cosas, en la película dirigida por David Fincher. Y es el tipo de frases que nos hemos encontrado en el cómic.

Pero vamos a ir al grano. Necesitaréis un par de calcetines negros una camiseta negra, unos pantalones negros...

El propio Palahniuk se ha encargado de escribir la secuela. Fight Club 2 no es una adaptación, sino que nació directamente como un cómic, y eso se puede deducir de cada una de sus páginas. El lenguaje de las viñetas es perfecto para volver a contar la historia de Sebastian y Marla, de Tyler Durden y de sus animales de poder, de los grupos de ayuda para enfermos terminales. Porque ya os advertimos que se repiten todos los temas que trataba el primer libro. 

Esta vez, los personajes vuelven a caer en una espiral -desde el club de la lucha al Proyecto Mayhem- que les destruye, mientras tratan de salvar el mundo a su manera. Gracias señor Durden por apuntarme con aquella pistola a la cabeza. La principal diferencia con la historia original son los dibujos de Cameron Stewart. Son fieles a la historia, son salvajes cuando deben, son sexuales en el momento adecuado... pero no son tan crudos como nuestra imaginación (o las imágenes reales). El estilo caricaturesco, con línea clara no se presta demasiado a ver cómo un personaje pierde los dientes en una pelea. Se llama Robert Paulson! Se llama Robert Paulson!

Tampoco transmite el drama de los niños con envejecimiento prematuro. Ni se notan los pliegues en las quemaduras de ácido, al aprender a fabricar jabón... o glicerina... o explosivos. Pero eso es lo de menos. En Fight Club 2 la presencia de los personajes dice más que sus acciones. Queremos ver a Sebastian y a Tyler saliéndose de las páginas, coincidiendo con el club de escritura del propio Palahniuk y paseando junto a un cine en que se estrena la película. 

El resultado es un tomo de ritmo ágil, con infinidad de guiños para el lector enseñado, y una historia delirante, que quizá se parece demasiado a la original. Su dibujo estilizado (con efectos realistas en algunas páginas) puede chocarnos al principio, pero sirve al propósito de este cómic editado por Dark Horse: incomodarnos y poner nuestra vida acomodada en perspectiva.   

Pero eso era exactamente lo que hacía el primer Club de la lucha. 

Por eso, aquella novela se convirtió en una obra de culto. En la puerta de entrada hacia una bibliografía mágica: Nana, Diario, Superviviente, Monstruos invisibles... capaz de inquietarnos -Damned, Beautiful You- asquearnos -Fantasmas, Asfixia- y demostrar que la realidad siempre es peor que la ficción: Stranger than Fiction, Fugitives and Refigees. Y por eso, el hecho de que Palahniuk se haya prestado a una continuación, le resta fuerza.

Nos lo hemos pasado muy bien con Fight Club 2, pero al pasar sus páginas, Tyler, Marla Singer y Sebastian han abandonado el mito, y se han convertido en consumidores de Ikea. Con insomnio todo parece una copia de una copia de una copia. Soy la sorpresa desagradable de Jack.

NOTA IMPORTANTE: Conserve este análisis. Puede tener que volver a leerlo. - Si tiene alguna duda, consulte a su médico o farmacéutico. Este análisis se le ha recetado a Vd. personalmente y no debe darlo a otras personas. Puede perjudicarles, aun cuando sus síntomas sean los mismos que los suyos. Aquí podéis leer la crítica de la película El club de la lucha.