Figuras Ocultas - Crítica de la película nominada al Oscar

Las Figuras Ocultas a las que hace referencia el título del film son las matemáticas Katherine Johnson, Dorothy Vaughan y Mary Jackson, que durante los años de la Guerra Fría jugaron un papel crucial en la carrera espacial entre los Estados Unidos y la Unión Soviética gracias a sus brillantes capacidades en los campos de las matemáticas y la aeronáutica. Para ello, tuvieron que luchar y reivindicarse no solo por su condición de mujeres, en la sociedad machista de los años 60 y en un mundo como el de las agencias estadounidenses dominado casi exclusivamente por hombres, sino también por el color de su piel, en una época en la que la discriminación racial estaba tan asumida como para tener lavabos diferentes. La película ha logrado varias nominaciones tanto a los Globos de Oro como a los Oscar.

La película recoge la historia de esta tres mujeres basándose en el libro biográfico de Margot Lee Shetterly. Y lo hace de una forma tan convencional como efectiva. Una fórmula (la de contentar al público con una historia y recursos mil veces vistos) que ya empleó su director, Theodore Melfi, en su anterior film, St. Vincent, con Bill Murray haciendo de viejo cascarrabias redimido por un chico al que encasquetan a su pesar. Lo mejor de este planteamiento es que Melfi demuestra de nuevo que domina este enfoque hasta el punto de que lo clava. Lo peor es que aunque lo lleve a la perfección, apenas queda hueco para la sorpresa o la reflexión. Desde el primer minuto ya sabemos qué va a pasar y cómo va a pasar.

Eso no impide que la película se vea con agrado, nos cuente una historia curiosa y hasta ahora desconocida para una inmensa mayoría y lo haga con tanta amabilidad que sea imposible no dejarse llevar por sus buenas intenciones. En su formato de telefilm de lujo -sin demasiados alardes, la película ofrece una factura irreprochable- lo que eleva el listón para que esta producción se haya destacado en la cartelera hasta el punto de lograr tres nominaciones a los Oscar (incluida mejor película) es el atractivo y brillante elenco de actrices y actores.

Tareji P. Henson (en su esforzado y eficaz protagonismo), Janelle Monáe y sobre todo Octavia Spencer (nominada como actriz de reparto y ganadora hace unos años en esta misma categoría por Criadas y Señoras) logran dar a sus personajes tanta fuerza como gracia y llenan la pantalla de talento y entusiasmo en cada plano. Por su lado, Kevin Costner recibe un goloso papel que le va como anillo al dedo, un Elliot Ness de la NASA, tan profesional como justiciero, el único capaz de dejar a un lado los prejuicios sexistas y raciales para apostar por el inmenso valor de estas mujeres. También aparece Kirsten Dunst en el -siempre necesario en este tipo de películas- rol antipático y uno de los actores del momento, Mahershala Ali, nominado a mejor actor de reparto por otra de las películas del año, Moonlight, y famoso por ser uno de los villanos en la serie Luke Cage.

El buen trabajo del texto (también nominado) apuesta claramente por la épica y el humor antes que por el drama, asentado en unos buenos diálogos, un más que apreciable ritmo y a la habilidad para traducir las cuestiones técnicas de forma que todos las entendamos (hasta los que suspendimos matemáticas en su momento). Mención especial merece la más que buena banda sonora, a medias entre las partituras siempre efectivas de Hans Zimmer y los excelentes temas con el aire de los 60 de Pharrell Williams (con colaboraciones del calibre de Alicia Keys).

Un entretenido film para ver con media sonrisa y salir (aunque solo sea por unos instantes) con la sensación de que todo es posible con talento y perseverancia. Aquí tenéis nuestra tertulia por si queréis saber más sobre los nominados a los Oscar que se entregarán el próximo domingo.