Hobby Consolas, hace 20 años: Stunt Race FX
Hace dos décadas, la situación gráfica estaba completamente al revés: casi todos los juegos usaban sprites y era algo excepcional ver gráficos con polígonos. Mucho antes de que PlayStation, Saturn y compañía dieran el vuelco a la situación, Super Nintendo dio pasos de gigante con el Chip Super FX, que daba un impulso a la consola, no solo para mover una cantidad razonable de polígonos con soltura, sino en otras tareas gráficas.
Hacía algo más de un año que Starwing (llamado Star Fox fuera de Europa, nombre que acabaría cuajando en entregas posteriores) había dejado flipado al personal con sus naves tridimensionales. Era el momento de volver a la carga con una entrega que hiciera la competencia al exitoso Virtua Racing de Sega: en octubre de 1994 se lanzó Stunt Race FX.
Si los niños de hoy se enamoraron de Rayo McQueen en Cars, los de mediados de los 90 también tuvieron su ración de coches con ojos. La divertida estética (y unas reglas propias para las carreras) era uno de sus puntos fuertes, pero sobre todo destacaba el rendimiento técnico del juego. Sonará inocentón, pero en la época era una pasada ver 256 colores en pantalla, acompañando montones de detalles en movimiento a lo largo de los circuitos.
Por alguna razón, Stunt Race FX no llegó a convertirse en el megahit que merecía, así que la saga se quedó en una sola entrega. Ey, Nintendo, ¿qué tal incluir a alguno de sus vehículos en Super Smash Bros.?
Los locos años 90
La semana que viene seguiremos repasando otros juegos que nos sorprendieron a finales de 1994, pero recordad que ya podéis leer otros análisis que publicamos en "la antigua Hobby Consolas":
VALORACIÓN:
Se vuelve más atractivo cada vez que se juega. Si le sumáis una técnica envidiable, resulta un juego imprescindible.LO MEJOR:
La velocidad que alcanzan los coches. Las sorpresas que puedes encontrar.LO PEOR:
El cupé no es tan detallado como otros. Que el tráiler solo se pueda usar en los bonus.Versión comentada: Retro
95
ExcelenteDescubre más sobre Daniel Quesada, autor/a de este artículo.
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