Sharknado: que la 4ª te acompañe - Crítica de la nueva cinta de SyFy

¿Qué se le pide a una buena película? ¿Interpretaciones sólidas? ¿Encuadres preciosistas? ¿Efectos especiales verosímiles? La saga Sharknado ha venido a poner de manifiesto que existe el mundo al revés y que, desde 2013, la serie B tiene una legión de fans agrupada frente al televisor cada verano para ver cómo nos sorprende Anthony C. Ferrante. 

Queremos ver una película mala y cuanto más mala, mejor. ¡Feliz no cumpleaños! Así que ver a Tara Raid (resucitada como April tras la encuesta realizada en Internet) con un desfibrilador compuesto por dos miniescualos o un timón de barco ensartando tiburones es un cachondeo fabuloso para entretener estas calurosas noches estivales.

En Sharknado: que la 4ª te acompañe, las cotas de ridículo parecen haber tocado techo, pero esto siempre hay que decirlo en bajito porque podéis apostar un brazo biónico con sable láser incorporado a que es posible llevar la locura más allá. De momento hemos visto arenados, piedranados, petronados, nucleonados, electronados, lavanados y, mi favorito, vacanados.

No me voy a molestar ni en dar pistas sobre el argumento de la película porque... ¿A quién le importa? Solo diré que hay bodas, muertes, explosiones, reencuentros y toda esa plasticidad necesaria para darle forma: una postproducción bochornosa, fallos de raccord, momentos dramáticos de telenovela y todo mensurado desde la mayor de las desproporciones.

Este año además Sharknado: que la 4ª te acompañe ha sabido aprovechar el tirón de grandes éxitos comerciales para hacernos morder con mayor facilidad el cebo como el de Star Wars y su despertar de la fuerza. Pero además es sin duda la cinta más autoconsciente de la saga y con más referencias a la cultura pop. Ese "Volveré" al estilo Terminator, la alusión a Star Trek, el momento Armageddon, el homenaje a La matanza de Texas y por supuesto el guiño a Los vigilantes de la playa.

El recorrido argumental (por llamarlo de alguna manera) nos lleva desde Las Vegas hasta el monte Rushmore, el bosque de Yellowstone o las cataratas del Niágara. Estados Unidos empieza a quedarse pequeño para la amenaza sharknadil así que... cerrad la ventana por si acaso.

Entre los grandes atractivos de la película están sus cameos, y en este sentido la dosis de caras famosas paseándose por la pantalla es fabulosa sobre todo al comienzo, por más que muchas de ellas no nos sean familiares en nuestro país: tenemos a los actores Gary Busey y Steve Guttenberg, a la compañera de reparto de David Hasselhoff en Los vigilantes de la playa Alexandra Paul, el cantante de Mötley Crüe Vince Neil, al músico Paul Shaffer o al cantante Wayne Newton. Y hablando de música ojo al último tema compuesto por The Offspring para la película:

Ya os estaréis preguntando si habrá quinta parte de este clásico ya y yo os digo que The Asylum solo hace malas películas, así que su calidad no tiene nada que ver con su futuro.

Depende más bien de su repercusión en redes sociales y de su éxito así que si eres de los que frunce el ceño y dice "no es más que basura", has de saber que es exactamente la basura que se demanda para pasar un rato entretenido en familia o con amigos, zampando pizza y disfrutando de las sobreactuaciones, los efectos de baratillo y las ridículas situaciones en las que se ven envueltos los personajes, muchos de ellos viejas y no tan viejas glorias rescatadas para regocijo de los nostálgicos y suyo propio, ya que al menos una vez al año, tienen trabajo.

Hay quien dice que la saga Sharknado acusa el desgaste en esta cuarta entrega, pero es que no debieron ver Sharknado 2 y Sharknado 3: Oh Hell No! Todo cabe en ella porque es un monumento al asburdo, inconsecuente, caótica, impredecible y ahí radica su atractivo. Si sigue gustando a sus fans, y todo apunta a que sí, tendremos tormentas en el horizonte para rato. Hay vicios peores... ¿Cuáles han sido vuestros momentos favoritos de la película?