No es, desde luego, la primera vez que hablamos del crowdfunding. Páginas como Kickstarter o Indiegogo sirven para que cualquiera que crea en un proyecto busque financiación mediante el apoyo colectivo de los internautas. Gracias a ello, ideas tan estupendas como la del videojuego Broken Age o el film El cosmonauta han salido adelante cuando la industria "clásica" no parecía apoyarlos.
Parece más que probado, por tanto, que el cowdfunding puede hacer realidad metas que antes nos aprecían inalcanzables... Pero esas metas también pueden estar en el terreno de lo absurdo. Esta es la historia de Zack Danger Brown, un chaval que decidió, probablemente por echar el rato, publicar una petición alocada en Kickstarter: que los internautas le ayudaran a financiar una ensalada de patata. Su única descripción: "básicamente, voy a hacer una ensalada de patata. Todavía no sé de qué tipo". Su proyecto pedía un total de 10 dólares y los suscriptores podían aportar un mínimo de un dólar.
Pues bien, cuando aún quedan 25 días para que se cierre la campaña, el proyecto ha recibido... ¡Más de 34.000 dólares! En otras palabras, más de 25.000 euros, al cambio. Más de 3.000 personas han donado para el proyecto (suponemos que cannabis mediante), así que el autor, que todavía debe de estar celebrándolo en la Cibeles de su ciudad, ha añadido nuevas metas para el proyecto, que ya han sido ampliamente rebasadas: usar mejor mayonesa, traer a un chef para que la cocine... ¡Hasta grabar un documental sobre la preparación de la ensalada e invitar a todo el mundo a una fiesta!
En fin, como veis, todo tiene cabida, si hace bastante gracia al personal. El márketing lo es todo... A raíz de esto, podemos sacar dos conclusiones. Una, que nadie usa la palabra "micromecenazgo", salvo algún profesor de universidad o presentador de Telediario. Dos... ¡Yu Suzuki, por el amor de Dios, Shenmue III! ¡Que esto es una jodida ensalada de patata!
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