Borderlands: La caída de Fyrestone - Review del cómic

Tras haber leído el cómic Borderlands: Orígenes, dedicado a las historias de trasfondo de los héroes originales del videojuego Borderlands de Gearbox Software. tenemos en nuestras manos el siguiente tomo Borderlands: La caída de Fyrestone (Borderlands: Fall of Fyrestone). Fandogamia ha editado este mes el segundo tomo de la colección, que reúne la siguiente etapa de la adaptación del videojuego original.

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Y decimos adaptación porque ante nosotros tenemos una obra que en sí no expande ningún hecho sucedido de manera paralela al videojuego de Borderlands. En su lugar, Borderlands: La caída de Fyrestone es una narración que cuenta cómo habría sido la primera misión del grupo de buscadores de la Cámara de haber colaborado en equipo. Esto es, la versión canónica de los acontecimientos de acuerdo con el lore del Universo Borderlands. 

Abalando este relato tenemos como guionista a Mike Neumann, el mismo responsable de la historia del videojuego. En cuanto al apartado visual, se lo debemos a dos talentos nacionales: Agustín Padilla (Transformers: Beast Hunters, Green Arrow, Smallville), quien realiza las ilustraciones, y Esther Sanz, colorista del cómic. Este equipo, a lo largo de cuatro episodios se encargaran de narrar cómo Brick, Mordecai, Rolland y Lilly se encargaron de la plaga que suponía el bandido caníbal Nueve Dedos, salvando la población de Fyrestone y empezando así su caza de la Cámara. 

Si eres jugón, lo disfrutarás

Como ocurrió con el anterior cómic, y cómo ya os contamos en su review, el tomo Borderlands: La caída de Fyrestone se postula como un producto orientado eminentemente a gamers. Aunque el universo de Borderlands es muy rico y atractivo, con esa amalgama entre Firefly, Mad Max y Aliens, en realidad quien haya jugado a los juegos sabrá exprimirlo más, ver las coincidencias y divergencias con el juego y, de alguna manera, situarlo dentro de un contexto. Aunque, ojo, eso no significa que un lector medio que no haya jugado a ningún juego no vaya a poder disfrutarlo. 

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La historia del cómic, como ya os hemos apuntado, es básicamente un adaptación de las primeras misiones, culminando con la caza de Nueve Dedos, "el primer boss" del juego. No obstante, el desarrollo de esta historia en cuatro episodios es bastante libre y no por ello respeta la sucesión de hechos del Borderlands que jugamos, ni tampoco algunos detalles en torno a la personalidad de ciertos NPC. Esto, claro, entendemos que se ha adaptado para hacer posible el relato. Así, Scar es cazado mucho antes que Nueve Dedos, por ejemplo. Igualmente, personajes como Marcus o el primer Claptrap son elevados a algo más que meros secundarios de relleno, siendo dotados de mayor personalidad o una implicación mayor en el juego, mientras que otros, como el "Ángel", son eliminados de la trama. 

No obstante, entendemos que Mike Neumann, que fue el guionista original del primer Borderlands adopta estas decisiones para el verdadero objetivo de este cómic: el desarrollo de los personajes de los jugadores. Hilando con los eventos de Borderlans: Orígenes, Roland y su tropa son desarrollados, exhibiendo ciertas características que tan solo veríamos en los posteriores juegos. Sirva como ejemplo, el alcoholismo de Mordecai, que si bien aquí no acaba de ser una completa adicción, sí se apunta ya a que el cazador tiene problemas con la bebida. 

En este aspecto, los forofos de Borderlands podrán disculpar las "licencias" tomadas, ya que de algún modo se presenta una versión "canónica" de cómo hubiera sucedido todo antes de Borderlands Pre-Sequel. Ah, y como detalle que sirve de lazo, hemos también de apuntar que la traducción denota un interés, respetando la terminología del juego en su traducción española. Un detalle que no siempre cuidan las grandes editoriales, y que en cambio una editorial pequeña como Fandogamia ha tenido el buen gusto de tener en cuenta. 

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Ahora bien, según os decimos esto, también os señalamos a ciertos problemas en la presentación. No podemos discutir el buen hacer del dibujante Agustín Padilla, quien en este cómic nos presenta una mejora ostensible de su labor respecto a lo plasmado en el anterior volumen. Cuanto menos, en Borderlands: La caída de Fyrestone hay cierta constancia en cuanto a la calidad de las ilustraciones. El respeto por la estética y el diseño del mundo y de sus habitantes, por otro lado, también resulta muy fiel al juego, lo cual no rompe al lector que esté familiarizado con dicho entorno.

En cuanto a acabado, el color de Esther Sanz, si bien no presenta ninguna pega destacable, siendo bastante correcto, contradice el punto anterior. Y es que la paleta de colores que utiliza no recuerda precisamente a la del juego. A nivel técnico no es algo intrinsecamente malo, pero desde luego, no ayuda a crear la atmósfera propia del título original. En cambio, lo que sí merece una reprimenda son las tintas. En primer lugar, porque son inconstantes. Se recurre de manera habitual a lo largo de las páginas al uso de manchas de tinta para crear sombras y luces. Sin embargo, en ciertas páginas se obvia. Y no por una decisión técnica o un cambio de escenario, sino más bien por lo que entendemos es un descuido del dibujante. En segundo, porque el cómic requiere un entintado más elaborado y definido. El que tiene aprueba, pero con un entintador especializado, el dibujo ganaría algunos enteros. 

Dicho esto, concluimos añadiendo que Borderlands: La caída de Fyrestone está editada en un formato manejable y con una buena calidad de papel. Esta presentación, junto a sus puntos fuertes, hacen de este una mejora respecto al anterior cómic, postulándose como una buena opción de lectura para gamers y fans de Borderlands.

Borderlands: La caída de Fyrestone puede encontrarse en librerias especializadas y grandes superficies, así como en la página web de Fandogamia a un precio de 10 euros. Al igual que el tomo anterior, la edición española del cómic de Borderlands cuenta con un bonus, la portada exclusiva de España, realizada por Pedro R.M. Andreo "Electrocereal", cuyos trabajos podéís ver ArtStaiton, con color de Xabi Gaztelua.